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VÍCTIMA DEL CORONAVIRUS

Hugo Arana: se fue un maestro que se movió entre lo popular y lo culto

El mundo del espectáculo se vistió de luto tras conocerse la muerte del actor, activo hasta sus últimos días. Partícipe de filmes oscarizados, se convirtió en ícono por sus personajes en “Matrimonios y algo más”.

El Covid se ha llevado a uno de los grandes: Hugo Arana murió ayer a los 77 años en una clínica privada de Buenos Aires en la que permanecía ingresado tras ser hospitalizado por un accidente doméstico y ser diagnosticado con el virus.
Es el adiós de un actor versátil y prolífico, de importantes intervenciones en las “oscarizadas” películas “La tregua” y “La historia oficial”, entre otras grandes producciones del cine nacional, pero indeleble en la memoria nacional gracias sus trabajos populares en televisión, en recordadas publicidades y con una amplia galería de queridos personajes en el programa cómico “Matrimonio y algo más”.
Y lo más trágico es que Arana se fue en plenitud: esta labor variada y prolífica no tuvo respiro desde su aparición en escena, en 1970, en la película “El santo de la espada” hasta hace pocas semanas, participó junto a Moro Anghileri de la serie “Historias virales”, con temática ligada a la cuarentena. 
De hecho, su único freno fue forzado: tiempo atrás, lo operaron de las cuerdas vocales y estuvo dos años sin trabajar. Luego, frenó por una operación del corazón. Un accidente doméstico volvió a llevarlo recientemente al hospital, aunque en principio parecía que no era nada grave.
Allí lo hisoparon y lo encontraron positivo de COVID. En las últimas horas del sábado había circulado información que daba cuenta de cierta preocupación en su estado de salud.
Finalmente, el domingo se conoció su muerte: fue su hijo, fruto de su matrimonio con la actriz Marzenka Novak, con quien se había casado en 1978 (y a cuya muerte, en 2011, ligaba Arana sus problemas de salud posteriores), quien lo acompañó. 

Carrera ilustre
Nacido en la localidad bonaerense de Juan José Paso pero criado en Monte Grande, el primer gran impacto popular llegaría en 1972, al protagonizar una recordada publicidad de un vino de mesa, dirigida por Juan José Jusid, cuyo éxito obligó a realizar toda una saga que continuara la historia. Sí: la de “vino y escarpines”, en la que un hombre descubre que va a ser padre, en la que Arana hacía gala de su expresividad y aportaba un rostro querible, dos de sus marcas actorales.
Con una sólida formación actoral con estudios con Augusto Fernandes y tras cimentar cierta experiencia con el grupo de teatro Errare Humanum Est, su aparición en “El santo de la Espada”, en 1970, y su popularidad a partir de la publicidad, lo llevaron a convertirse en una cara familiar en la producción cinematográfica y televisiva de la época. La mencionada “La tregua”, “La Madre María”, “El soltero”, “Y mañana serán hombres” y “La isla” fueron algunas de las películas que lo tuvieron en el elenco en los `70, en tanto que “Papá corazón” sería el título televisivo más relevante en aquellos años.
Pero cuando parecía que los niveles de popularidad alcanzados con la publicidad de vino no iban a ser superados llegó “Matrimonio y algo más”, el programa televisivo picaresco de Hugo Moser, en donde Arana descollaría con dos entrañables personajes de grueso trazo, como el caso de “El groncho” y “Huguito Araña”. 
Aunque se trataría de dos retratos que serían duramente cuestionados hoy, el primero por su carácter misógino y el segundo por su burla a la diversidad sexual (a pesar de que algunos dentro de las minorías defienden hoy esos personajes como parodias hechas con amor, sobre todo tras su rol como homosexual en “Para vestir santos”), el pulso del humor de la época consagró a este actor como uno de los grandes comediantes de la televisión argentina.
La figura de Hugo Arana reunió fundamentalmente el cariño de todo tipo de público gracias a su capacidad para saber componer personajes susceptibles de reflejar la idiosincrasia del argentino medio, tal como ocurrió desde sus primeros pasos en la famosa publicidad rebautizada a nivel popular como la saga del “tío francés”.
Sin embargo, Arana continuaría con sus incursiones en un cine más “comprometido”, con igual grado de efectividad, como en el caso de “La historia oficial”, “Made in Argentina”, “Un lugar en el mundo”, “Las puertitas del Señor López” y “El verso”, entre otras.

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