En todos los países desarrollados cuidan su patrimonio cultural a través de leyes que preservan su cultura como basamento histórico de los pueblos.
Específicamente me voy a detener en una parte del patrimonio cultural de Junín. Tal vez la mayoría de los juninenses no tengan conocimiento sobre el pasado brillante de la Biblioteca Popular del Centro Social Democrático, así fue llamada cuando se fundó el 26 de agosto de 1900.
Su primera comisión estuvo integrada por las siguientes personas: presidente, De Juan B. Justo; secretario Dr. Abraham Piñeiro; Cajero (Tesorero), Francisco Martello; bibliotecario: Juan Donoso; vocales, Javier Castro, Juan Mazza y Santiago Balbi.
Llegó a ser una de las mejores bibliotecas del país. En 1928 contaba con 3150 volúmenes y concurrieron 3402 personas con el fin de consultar diferentes textos.
Además quiero hablar de la casa anexa, llamada Casa del Pueblo, donde vivió el Dr. Juan B. Justo a principios del siglo XX. Eminente médico y político argentino. Esta Casa del Pueblo fue la primera fundada en el continente americano.
Hoy vemos la biblioteca y dicha casa, situada en la calle Pellegrini, a pocos pasos de Sáenz Peña, en un estado de abandono.
Lamentablemente durante décadas se fue devastando esta gran biblioteca, hasta llegar al estado actual. Como ciudadana no veo una política municipal de protección a nuestro patrimonio, con algunas excepciones.
Pero la mayor responsabilidad la tiene el Partido Socialista, no se nota una voluntad expresa por proteger lo que dio prestigio cultural a Junín.
Creo que como argentinos hemos olvidado el ejemplo de dos grandes personalidades, como fueron el Dr. Juan B. Justo y su esposa, la Dra. Alicia Moreau.
El conocimiento de nuestra historia y su cultura, que no se pueden separar, es fundamental en el país y en nuestra ciudad. De lo contrario no tenemos elementos para poder llegar a entender el futuro.
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