Las fuertes tormentas vienen azotando a la Región desde febrero de 2022.
Las fuertes tormentas vienen azotando a la Región desde febrero de 2022.
TEMPORALES MÁS FUERTES

Por el cambio climático, las tormentas tropicales serán más frecuentes en Junín y la Región

Especialistas consultados por este diario destacaron la prevención y “tomar en serio” los alertas emitidos por el Servicio Meteorológico Nacional; el trabajo del “día después” y la concientización sobre estos fenómenos que llegaron para quedarse.

El fuerte temporal que el fin de semana azotó la región central del país, recorriendo más de 1.500 kilómetros desde su formación en el océano Atlántico, fue consecuencia de varios factores climáticos intensificados que vienen azotando a Junín y la Región desde febrero de 2022, cuando comenzaron a registrarse estas tormentas tropicales, debido al cambio climático.

"Tormentas severas con ráfagas destructivas", es el nombre del fenómeno, que entre la tarde del sábado y madrugada del domingo azotó con fuerza la región central de la Argentina con vientos de más de 150 kilómetros por hora, provocando la muerte de, al menos, 14 personas, la caída de miles de árboles, postes, cortes de suministro eléctrico y graves daños materiales.

Especialistas consultados por Democracia destacaron la prevención y “tomar en serio” los alertas emitidos por el Servicio Meteorológico Nacional; el trabajo del “día después” y la concientización sobre estos fenómenos que serán más frecuentes y que llegaron para quedarse.

Calentamiento, deforestación y el Niño

Al respecto, Alejandro Signorelli, jefe del INTA local, destacó a Democracia que son múltiples factores que están incidiendo en estos temporales cada vez más fuertes y con vientos huracanados.

Por un lado, “hay una cuestión que tiene que ver con el calentamiento global. El aumento de la temperatura promedio del planeta está generando que haya una mayor temperatura global planetaria y eso genera que se almacene una mayor cantidad de energía a nivel atmosférico”, dijo. 

“Entonces, eso provoca que se den eventos de gran magnitud. Cada vez vemos vientos más fuertes, sequías más severas, lluvias más abundantes, y tormentas más fuertes”, agregó.

“Por otro lado, tenemos el fenómeno del ‘Niño’, que genera un mayor índice de precipitaciones en lo que es principalmente el Litoral argentino, Uruguay y sur de Brasil. Eso también tiene un impacto importante”, afirmó. 

También, continuó, “ha aumentado significativamente en los últimos años la deforestación de las selvas amazónicas en todo lo que es Brasil, por avance de la ganadería y la agricultura principalmente”. 

Por ejemplo, “las selvas amazónicas sufren un rol importantísimo en la estabilidad climática del continente sudamericano, principalmente por su rol en el ciclo hidrológico, ya que la selva, digamos, transpira mucha agua, genera mucha humedad y regula todo el ciclo hidrológico tanto de Brasil como de Sudamérica”, indicó. 

Entonces, “todas estas cuestiones del calentamiento, del Niño, y también la pérdida de masa forestal en Sudamérica, están generando que se den situaciones de tormentas tropicalizadas en zonas templadas, en zonas donde no estamos preparados ni con infraestructura, ni en sistemas de alerta, ni en sistemas de respuesta”, explicó. 

“La sociedad no está acostumbrada a que le emitan una alerta por vientos fuertes, por tormentas, por lo que sea”, afirmó.

A diferencia de países como Estados Unidos, “nosotros acá en Argentina realmente no hemos tenido catástrofes ni climáticas ni de otra magnitud, así que el alerta no está tan presente”, señaló. 

“Hoy tenemos instrumentos, o sea, el alerta está porque el INTA emite, al igual que el Servicio Meteorológico Nacional. Hay un montón de organismos del Estado que funcionan correctamente y emiten alerta en tiempo y forma”, afirmó. 

“El tema está también en las autoridades, por un lado, en tomar esa información que generamos los organismos técnicos y gestiones, y que tomen las decisiones adecuadas para eso”, expresó Signorelli. 

Y por otro lado, también, “hay que trabajar en campañas de prevención y concientización por parte del ciudadano y que el gobierno competente local, provincial o el que sea esté atento con la información que se genera desde los organismos técnicos como el Servicio Meteorológico Nacional o el INTA”, subrayó.

“Hay que desarrollar más y trabajar en comité de emergencias locales, no sólo postemergencia. Si bien tenemos el comité de vista de emergencia hídrica o por sequía y nos juntamos todos, tiene que haber un comité permanente que esté evaluando situaciones, pronósticos, alertas, haciendo protocolos de evacuación, teniendo protocolos de reasignación de lugares, protocolos de emergencia, y un montón de cosas que se podrían llegar a llevar a cabo, pero de forma permanente y previo a la catástrofe. Eso es fundamental”, confirmó.

Principalmente “todo lo que es el fortalecimiento de Defensa Civil, capacitación de bomberos, bueno, armar toda la estructura y que esté trabajando con simulacros. El tema de realizar simulacros es fundamental también, ya que se hace muy poco simulacro de catástrofe, ni en escuelas ni en casi ningún lugar. Y bueno, creo que vamos a tener que empezar a trabajar en ese sentido también”, concluyó.

Conciencia, prevención y el después de la tormenta

Al respecto, el jefe del Cuartel de Bomberos de Junín, Javier Di Pierro, sostuvo a este diario: “Nosotros tenemos los alertas que existen libremente para la obtención desde el Servicio Meteorológico Nacional, que es lo que nosotros miramos, y hay alertas que son puntuales, tanto naranja como amarillo, como ha habido en este último tiempo”.

“Lo que hay que mirar es a qué refieren concretamente, porque uno dice alerta amarillo pero abajo te dice qué es, y para qué zona. Si bien las personas no están continuamente mirando el teléfono, hoy en día tenemos esa posibilidad y si no se aprovecha es una pena porque es lo que hay disponible y realmente sirve”, destacó. 

Si bien es cierto que hay fenómenos que son muy severos y que producen una rápida baja de la presión atmosférica, “son muy difíciles de detectar para la persona común porque uno justamente no está continuamente con el teléfono, entonces nosotros nos remitimos al Servicio Meteorológico Nacional, pero bueno hay otras medidas, otros métodos para que haya aplicaciones de alarma y demás”, afirmó. 

“Nosotros acá estamos preparados y trabajamos de manera conjunta con Defensa Civil que tiene esa información y nos la vamos intercambiando, nos vamos informando continuamente y por otro lado, desde nuestra dirección, recibimos reportes cuando tenemos alertas”, indicó Di Pierro. 

En caso de destrucción, se trabaja “con órdenes de prioridades, haciendo una especie de triage de qué es la prioridad, y no salir en medio de la tormenta a resolver situaciones que pueden esperar. Si hay vidas en riesgo, o hay un inminente peligro, ahí sí se sale, pero si no se espera y hay que estar preparado para eso”, informó. 

En ese sentido también, “nosotros trabajamos de manera coordinada con Defensa Civil y nos distribuimos las tareas y lo que nosotros vemos es que por ahí la gente, o no está informada o si está informada no le presta atención a la gravedad que puede llegar a tener y no se interioriza de las situaciones. Entonces por ahí uno piensa, no me va a pasar”, apuntó. 

“Lo que estamos mirando, también, son las características destructivas. Nuestra ciudad últimamente no ha tenido vientos que vuelen gran cantidad de techos, pero los podemos llegar a tener y siempre hay que estar atentos de resguardarse”, dijo.

Continuando con la entrevista, el Jefe de Bomberos señaló: “Lo que sí nosotros recomendamos es que la gente preste atención y que sea consciente y que cuando haya una alerta no salga el boliche, no deje su auto bajo una planta, que se resguarden lugares seguros, que trate de suspender los planes que no son prioritarios”.

“Entonces lo que yo recomiendo es que no se acerquen a lugares donde hay plantas altas con los vehículos, que no se resguarden ahí porque las plantas, sobre todo el eucalipto, tiene mucha altura y poca base y ante viento fuerte puede suceder”, explicó. 

También, “los rayos son atraídos por los árboles, así que si hay tormenta eléctrica no hay que resguardarse debajo de los árboles. Que se resguarden en lugares, en sus casas primeramente o en lugares así sólidos y que suspendan cualquier tipo de salida que no sea prioritaria”, destacó.

Además, “es importante, así como en las obras de construcción, que la gente -que vive en edificios de altura- tenga en cuenta las macetas y todo lo que pueda llegar a estar en el balcón que puede llegar a ser afectado porque va a salir proyectado”, manifestó. 

También pidió “que se mantengan limpias las canaletas porque son épocas en que con tanto follaje eso hace acumulación no solamente del mismo vegetal sino también de tierra y eso tapa las canaletas y produce inundaciones en las canaletas y los desagües de los techos. Eso también es importante”, indicó Di Pierro.

Por otro lado sugirió registrar los teléfonos de emergencia, y “usarlos solamente en caso de verdadera necesidad, y no desesperarse porque en caso de una gran tormenta hay muchas personas que van a necesitar esa atención, así que puede demorar y obviamente que se hace un análisis de qué es lo que está pasando y se va dando prioridad de acuerdo a la gravedad”. 

Por último, comentó que “hay casos que llamaba gente y decía que había una rama caída, mientras que en otro lugar había un árbol enorme cortando la ruta. Y la rama caída, bueno, puede esperar. A veces en primera instancia se corta la calle y se espera, porque hay cosas que son más prioritarias. No es que no sea importante, pero hay cosas que son realmente más importantes y ponen en peligro a otras personas”.

Plan Operativo de Emergencias

Ante un evento climático con fuertes tormentas, lluvia y viento con ráfagas de entre 100 y 150 km/h, la empresa distribuidora de energía eléctrica EDEN activa un procedimiento llamado POE (Plan Operativo de Emergencias). 

Como primera medida, y en coordinación con el Municipio y las fuerzas vivas de la ciudad (bomberos, defensa civil entre otros), se conforma una mesa de trabajo para ir atendiendo los casos más urgentes y garantizar el suministro de energía a las entidades o usuarios que son considerados “esenciales” (hospitales, centros asistenciales, clínicas, electrodependientes etc), en la medida en que las condiciones seguridad y climáticas lo permitan.

“Asistimos a los usuarios electrodependientes, con la puesta en marcha de grupos electrógenos, y un seguimiento personalizado durante la contingencia, (estos usuarios se encuentran identificados en nuestro sistema comercial)”, explicaron.

Paralelamente, a partir de la mesa de coordinación articulada, “priorizamos  garantizar la seguridad en la vía pública, y se realiza relevamiento de los daños producidos por el evento climático”, dijeron.

“Para poder atender a nuestros vecinos de manera eficiente y segura reforzamos los equipos de guardia, sumando cuadrillas de mantenimiento, de redes subterráneas, contratistas, y si es necesario (según la magnitud del caso), está previsto reforzar el personal operativo con equipos de otras sucursales de la zona o región”, agregaron. 

En el caso del temporal que ocurrió el fin de semana pasado, en la localidad de  Mercedes, operada por EDEN, concurrieron cuadrillas de Lincoln y Lobos para poder iniciar el proceso de reconstrucción de la red.

El evento climático del fin de semana pasado tuvo la particularidad de que, en el caso de EDEN, tuvo epicentro en más de 10 localidades del área de concesión, un acontecimiento sin precedentes. “Tuvimos vientos de entre 100 y 150 kilómetros en todas esas localidades en simultáneo”, afirmaron. 

En las 10 localidades afectadas, se trabajó con entre 80 y 100 personas por sucursal, más los equipos que trabajan desde las oficinas coordinando equipos, asistiendo a usuarios vulnerables o casos de complejidad, atendiendo el call center, las redes sociales, emitiendo comunicados. “Se trabaja sin parar, priorizando la seguridad de nuestros equipos y de la comunidad”, informaron.

Dos tipos de cuadrillas

Desde EDEN, además, afirmaron que cuentan con dos tipos de cuadrillas. 
Cuadrillas pesadas: trabajan con grúas que realizan las reparaciones más complejas y sofisticadas.
Cuadrillas livianas: son camionetas relevando el estado de situación y quitando peligro, reponiendo suministros con daños simples, y contribuyendo a suministrar insumos para planificar el trabajo de las otras cuadrillas.  

“Generalmente las zonas rurales suelen ser las que mayor demora tenemos en restablecer el servicio, ya que, por lo general, los caminos se vuelven intransitables, y las camionetas y grúas no pueden ingresar. Incluso, en ocasiones, es necesaria la ayuda de vehículos especiales como tractores para conseguir el ingreso”, concluyeron.

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