Madre e hija, responsables de la institución, denunciadas por maltratos y corrupción de menores.
ESCÁNDALO EN MORENO

Corrupción de menores en un jardín

Madre e hija, que administraban el establecimiento sin habilitación, quedaron detenidas. Según relataron madres de las víctimas, obligaban a los chicos a hacerse pis encima, intercambiar ropa interior y a tocarse entre ellos.

La denuncia por casos de corrupción de menores en un jardín de infantes sin habilitación desató un escándalo en la localidad de Moreno, después de que familiares de los chicos asistentes denunciaron que los menores eran obligados a hacerse pis encima y a tocarse entre ellos en el marco de juegos en los que algunas veces también participaban adultos.
Los hechos, que fueron denunciados en el mes de junio y que provocaron el cierre del establecimiento en agosto, hicieron que la justicia decidiera detener a dos mujeres bajo el cargo de corrupción de menores agravada. Ambas son madre e hija y manejaban el jardín.
Oportunamente, ambas mujeres dijeron que las denuncias formaban parte de un “trasfondo político” al tiempo que las calificaron de “mentiras”. Mientras tanto, la polémica se instalaba en el barrio, donde los vecinos se dividen entre quienes están a favor de las madres y quienes están a favor del jardín.

Una larga historia
El jardín de infantes “Patito Feo” funcionó durante 35 años en Thames al 1300, en la localidad de Trujui, partido de Moreno, en situación de total ilegalidad. 
A pesar de no tener habilitación albergó a miles de chicos, muchos de los cuales hoy ya son adultos. 
Sin embargo, las denuncias llegaron en junio de este año, cuando su directora y una maestra (hija de la primera) fueron acusadas por madres de alumnos de maltratar a sus hijos y obligarlos a participar de juegos sexuales entre ellos.
La justicia logró confirmar a través de pericias psicológicas y exhaustivas pruebas que estos manejos realmente existieron, y que los menores fueron sometidos a prácticas aberrantes que afectaron su maduración sexual.
Entre las situaciones que contaron los hijos a sus madres y que motivaron siete denuncias ante la Justicia, se contaron maltratos y casos más graves, como el expresado por una mujer que se sumó después a las denuncias. 
“Nos comentó que a sus hijos los hacían jugar al “sapo Pepe”, un juego que consistía en bajarse los pantalones, intercambiarse la ropa interior, orinarse y tocarse. Y las “docentes” a veces miraban y otras participaban”, detalló una mamá en un programa televisivo. Peritos y psicólogos no detectaron señales de abuso sexual pero sí una alteración grave en el desarrollo de los menores. 
Lo cierto es que las pericias psicológicas fueron prueba suficiente para que la Justicia ordenara la detención de las mujeres.