Daniel Vargas: “La historia debe servir para iluminar el presente”

Pareciera que Daniel Vargas no puede dejar de hablar con las convenciones típicas de un historiador, aun cuando se refiera a sí mismo. “Soy tercera generación de juninenses por parte de madre –explica–, mi infancia, en Villa Belgrano, tuvo como escenario el parque San Martín, donde ahora se levanta el barrio Metalúrgico”.
Es que efectivamente, después de años vinculados al periodismo, se dedicó de lleno a la investigación histórica, primero en Junín y más adelante en Buenos Aires, explorando temas de trascendencia nacional, como los referentes a la vida de Eva Duarte y del Papa Francisco, y a la historia de la Legislatura porteña.

Periodismo
Fue en la secundaria en el Colegio Marianista, con la influencia de algunos docentes de la institución, como Don Lorenzo Azpe, los sacerdotes Luis Madinabeitia y Julio Santamaría, o los profesores Valmaceda, Mabel Gaviria o Tessie Lawler, en donde nació su interés por lo histórico. “Pero el Marianista también me aportó una sensibilidad y un compromiso por la realidad social y por ayudar a la gente”, recuerda.
Estudió teología en la Universidad Católica Argentina y luego de seis años regresó a Junín para dedicarse al periodismo, donde pasó por todas las jerarquías: desde colaborador hasta jefe de redacción. Según dice, “fue una experiencia riquísima” que le ayudó “a valorar el testimonio oral”.
En 1998 volvió a Buenos Aires “por una necesidad profunda de superación personal y profesional”. Por la gestión de la periodista María Seoane, empezó como free lance en el suplemento Zona del diario Clarín. Luego, entró en Dirección General de Prensa y Difusión de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, a través de un concurso público en el que se presentaron 50 mil personas para 260 vacantes, lugar donde aún continúa trabajando.

Historiador
Su pasión por la historia había nacido mucho antes de irse a Buenos Aires.
“Hice algunos trabajos y publicaciones con Roberto Carlos Dimarco –recuerda–, me invitó a participar de su Manual de Historia de Junín, luego trabajar en su libro sobre Delio Destéfani, y publicamos juntos ‘Evita. Casamiento en Junín’, en 1995”.
Además, fue uno de los fundadores de la Junta de Estudios Históricos de Junín, junto con Jorge Howden, Dimarco, Marta Casanueva, Dante Balestro, César Scioli y Heberto Lacentra, entre otros. “Fue una época hermosísima”, sostiene.

Historias
Entre sus investigaciones, se destaca las que hizo sobre la vida de Eva Perón. En un artículo suyo, publicado en la prestigiosa revista Todo es historia, que dirigía Félix Luna, sostuvo que “ella nació en Junín”.
Según su análisis, fue la figura más representativa de nuestra ciudad: “Acá terminó su escuela primaria e hizo sus primeras actuaciones. Y esto se trasladó a la esquina de la Casa Arini y, luego, al Crystal Palace y al Teatro Italiano. De modo que su vocación artística adquiere en Junín una fuerza tal, que la mueve a irse a Buenos Aires en su búsqueda de triunfar”.
Además, asevera que su inclinación por lo social estaba presente en ella antes de conocer a Juan Domingo Perón: “Ella ya llevaba de Junín la sensibilidad por la pobreza y esto se fue acentuando a medida que avanzaba en su carrera. Esto la motiva a ella a unirse a otros colegas para constituir la Asociación Argentina de Actores, en el año 1953”.
Ya en Buenos Aires, formó parte de la comisión asesora del Archivo Histórico del Palacio Legislativo, con la que hizo publicaciones destacando el valor arquitectónico y simbólico que tiene ese edificio. “Logramos que se declarara Monumento Histórico de la ciudad y, luego, de la Nación”, afirma.
Con todo, su trabajo más profundo fue el que hizo, y continúa haciendo, sobre la biografía del Papa Francisco.
Como miembro de la Junta de Estudios Históricos del barrio de Almagro, hizo una investigación sobre el bautismo de Jorge Mario Bergoglio en la Basílica San Carlos y María Auxiliadora, que fue presentada en el Auditorium de la Fundación Gutenberg.
“Encontré cosas hermosísimas –asegura– como que el cura que lo bautizó, Enrique Pozzoli, era un italiano, salesiano y muy amigo de su padre, don Mario Bergoglio. También descubrí que ahí se habían casado sus padres, sus abuelos, y había sido bautizada su madre, Regina Sívori”.
El propio Francisco leyó el trabajo y lo llamó para agradecerle y animarlo para que lo amplíe: “Esto pinta la sencillez, la humildad de este hombre. Por supuesto que yo no lo podía creer, fue muy fuerte. Y me aportó algunos datos como para que yo siguiera adelante”.
Es probable que en un futuro escriba una suerte de biografía en la que cuente “lo muy desconocido de él, sus orígenes”.

“Iluminar el presente”
Al momento de pensar su trabajo como investigador, Daniel Vargas analiza qué tiene que tener un tema para que lo movilice a investigarlo: “Algún mensaje de vida, una lección para el hoy. La historia debe servir para iluminar el presente. Debe despertar en nosotros, ciudadanos de hoy, valores, actitudes, gestos, para mejorar esta realidad y acercarnos al futuro de grandeza al que están llamados este país y esta ciudad”.