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PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Postales del futuro

Cuando terminó el partido en el que San Lorenzo se coronó campeón de América, a Marcelo Tinelli se lo vio emocionado. En una catarata de agradecimientos que incluyó a su padre por haberlo hecho “cuervo”, el empresario y conductor televisivo sorprendió con un sentido elogio a Julio Grondona, el hombre que dirigió la AFA durante más de 30 años. Y quedó en claro que pese a que la sociedad rechazaba el unicato del fallecido mandamás del fútbol, la dirigencia estaba en otra sintonía.
No faltaron entonces los que entrevieron que el techo dirigencial de Tinelli no es San Lorenzo, como en su momento no lo fue Boca Juniors para Mauricio Macri. Y las especulaciones cobraron más densidad cuando Juan Sebastián Verón confirmó que será candidato a presidir Estudiantes de La Plata. El dato se irradió en distintos campamentos políticos: el animador de Showmatch y el emblema “pincha” buscarían tirar en yunta para alzarse con la presidencia de la AFA en 2015.

En clave política

Los movimientos de Tinelli son seguidos con atención por los principales políticos del país. Especialmente los de la provincia de Buenos Aires, que lo consideran prácticamente como un “jefe de campaña” del diputado Martín Insaurralde, quien aspira a la Gobernación. Su rol de armador en las sombras ya es muy comentado: por eso el intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca, es mencionado cada vez con más frecuencia como posible compañero de fórmula del lomense.
Claro que aún falta determinar por cuál espacio político competirá Insaurralde el año próximo, aunque ese no es justamente un problema para Tinelli. La relación entre Daniel Scioli y el intendente de Lomas -en uso de licencia- está más fría que nunca, a juzgar por el trato meramente protocolar que se brindaron el último viernes en un acto en ese distrito del sur del Conurbano. Allí se entregaron patrulleros y el ministro Alejandro Granados sumó otro “poroto” para la Policía local.
Pero en las conversaciones previas con Insaurralde, debió escuchar un reproche por la “escasa” cantidad de camionetas Toyota que la Provincia destinó a la fuerza local, que representó una cuarta parte de las enviadas a la ciudad de Mar del Plata y el partido de General Pueyrredón. En términos políticos, Insaurralde interpretó que se estaba premiando al intendente Gustavo Pulti y castigando a Lomas. Aunque sabe que esas situaciones forman parte de las “reglas no escritas” de la política.
Eso también lo tiene más que claro José Manuel de la Sota, el gobernador de Córdoba, cuya provincia no recibe aportes nacionales desde que decidió enfrentar políticamente a la Casa Rosada. “El Gallego” está ahora en campaña de instalación de su candidatura presidencial y sorprendió con una invitación a Scioli a competir en las PASO de 2015 por afuera del FpV. “¡Cómo me gustaría que se aparte de ese lugar donde no está cómodo!”, exclamó en una recorrida por el Conurbano.
Nadie pudo precisar si la invitación surgió en forma espontánea o si De la Sota lo habló previamente con Sergio Massa, ante quien el gobernador mediterráneo podría enfrentarse en las internas previstas para agosto del año próximo. Pero es un hecho que este segundo semestre viene acompañado por una serie de movimientos políticos que pueden derivar en realineamientos de magnitud. El caso más evidente, por su exposición pública, es el del Frente Amplio UNEN.

La ida de Carrió

Ese entramado de fuerzas políticas no peronistas quedó inmerso en una fuerte discusión sobre su destino electoral en el mismo momento en que Elisa Carrió decidió retirarse de un acto mientras hablaba Fernando “Pino” Solanas, un férreo opositor a un eventual entendimiento con Mauricio Macri. Y aunque la mayoría de la dirigencia de UNEN acuerda con el líder de Proyecto Sur, otros referentes con necesidades territoriales no ven con malos ojos un acuerdo con el alcalde porteño.
De hecho, varios precandidatos radicales a las gobernaciones de distintas provincias se reunieron en secreto la semana pasada en la Capital Federal, en procura de armar un bloque de poder interno que se siente a la mesa de las decisiones cuando llegue el momento de sellar alianzas. Entre ellos estuvieron el ex presidente de la UCR Gerardo Morales, de Jujuy, así como el riojano Julio Martínez, el formoseño Ricardo Buryaile, el tucumano José Cano y el santacruceño Eduardo Costa.
Aunque esos dirigentes no estarían analizando solamente el escenario de un eventual entendimiento con Macri, sino también con el Frente Renovador massista. Así las cosas, a los precandidatos presidenciales de la UCR, Julio Cobos y Ernesto Sanz, se les complica por demás mantener a la tropa unida. El propio ex vicepresidente sucumbió a la tentación en 2007, cuando fue compañero de fórmula de Cristina Kirchner, en lo que se dio en llamar la Concertación Plural ahora disuelta.

El cristinismo

Lejos de esa mirada más amplia de la política que propuso en aquel momento Néstor Kirchner, la Presidenta se repliega ahora en una estrategia que apunta a reforzar la identidad política del cristinismo, desentendiéndose de antemano de las necesidades electorales de los candidatos oficialistas a su sucesión. Por eso tienen cada vez más entidad las versiones que indican que la mandataria no bendecirá a ningún postulante en la interna del FpV y se declarará prescindente.
“Se va a sacar fotos con todos, pero no le levantará la mano a nadie”, fue el comentario más escuchado en el acto del kirchnerismo duro en el estadio Luna Park porteño, al que no fueron invitados Scioli ni Florencio Randazzo, el ministro del Interior y Transporte que luce convencido de que le puede dar batalla al Gobernador en las PASO del Frente para la Victoria. Incluso, algunas fuentes sostienen que al único que Cristina ungiría como heredero político es a Axel Kicillof.
El ministro de Economía se convirtió en el funcionario más importante del Gobierno después de la propia Presidenta, opacando a figuras históricas como Carlos Zannini o más recientes como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ya habría decidido regresar a Chaco antes de fin de año. Esa próxima salida alimentó rumores acerca de que Kicillof podría reemplazarlo, mientras procura ganar terreno y colocar hombres propios en otros ministerios, como el de Agricultura.

Cantos de guerra

La Presidenta encontró en Kicillof un instrumento ideal para atrincherarse, en el tramo final de su mandato, en un discurso que pinta al Gobierno como indomable para los poderes económicos y corporativos. El predicamento interno del titular de Palacio de Hacienda llegó a su punto culminante en medio de la pelea con los “fondos buitre”, pero también se proyecta en la aplicación de las leyes de Abastecimiento y Antiterrorista, proclamadas casi como un canto de guerra.
Las fuerzas de oposición y los empresarios salieron a denunciar al unísono que la Argentina no hace más que ingresar, de ese modo, en el camino de la inestable Venezuela. Pero más allá de las declaraciones políticas, deberían advertir que el país está lejos de sucumbir en un proceso de “chavización” y que, en cambio, el Gobierno sube el volumen de sus amenazas porque no le encuentra la vuelta a dilemas como el que plantean para la economía la inflación y la recesión.
Los despidos y suspensiones en la actividad privada son la cara más visible de esta situación, que le brinda al sindicalismo -tanto al tradicional peronista como al clasista de izquierda- de una plataforma de reclamos justos que, no obstante, serán utilizados políticamente con toda seguridad. Sin ir más lejos, el próximo miércoles se reunirán en un plenario las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, que se encaminan a convocar a un nuevo paro nacional para el 4 de septiembre.
Será la tercera medida de fuerza de magnitud contra el Gobierno de Cristina Kirchner, que estará basada centralmente en la paralización de los medios de transporte. Una postal repetida en una Argentina que en forma cíclica vuelve a caer en la política pendular y la crisis económica. 

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