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INSEGURIDAD URBANA

Afirman que hay menos delitos “graves” pero más robos de motos y “escruches”

Pese a que las estadísticas –elaboradas sobre la base de lo que se denuncia- muestran un descenso en el número de ilícitos con uso de armas de fuego o violencia, crecen otras modalidades delictivas en nuestra ciudad.

“La inseguridad no bajó.” La afirmación, expresada en estricta reserva a este diario, corresponde a un alto funcionario de la seguridad juninense.
Es que si bien las estadísticas locales hablan de un descenso en el número de delitos “calificados”, como los robos a mano armada a comercios o viviendas (considerados de los más peligrosos para la vida de las víctimas), los especialistas consultados aseguran que la delincuencia va mutando de formas y que, a contrapelo de la caída de los ilícitos con armas de fuego, han crecido otras modalidades, como el robo de motos y ciclomotores en la vía pública o los llamados “escruches” (robos en negocios o casas en ausencia de los moradores o propietarios).
Asimismo, fuentes policiales y municipales reconocieron que se denuncia un espectro muy bajo de los ilícitos que ocurren en nuestra ciudad.
“Se percibe otro clima, no tenés hechos graves como los ocurridos a comienzos de año, hay menos homicidios y menos violencia”, destacó un funcionario del área de seguridad. No obstante, aclaró: “Esta semana hubo muchos ‘escruches” en casas y comercios, con roturas de puertas y vidrieras”.
“En 14 días hubo al menos diez robos de motos y en una semana, tres robos en casas”, señaló una alta fuente policial consultada por este diario.
Sobre las causas de la baja en la cantidad de delitos graves cometidos en nuestra ciudad, el titular de la Dirección de Atención a la Víctima del gobierno local, Andrés Rosa, explicó que la Policía está redoblando los esfuerzos en los operativos, y que la Justicia ha logrado aprehender a varios delincuentes juveniles que eran reincidentes.
Para Osvaldo Giapor, presidente de la sociedad de fomento del barrio Prado Español y a cargo de la Tasa Complementaria de Seguridad, si la Justicia y la Policía “no van de la mano” es muy difícil combatir el delito, que reconoce que ha bajado, aunque en el último tiempo ha habido algunos robos o tentativas en comercios y viviendas particulares en el sector, “en la zona de Vázquez Diez y Coronel Suárez, donde rompieron la puerta de una casa y sustrajeron un televisor plasma, en Chacabuco y Carlos Tejedor y en la farmacia Martínez (Arias 655)”.
El conflicto de la inseguridad en Junín se explica, para el dirigente fomentista, por el problema de la reincidencia. “Siempre hay una excusa para soltarlos”, opinó Giapor.
La venta de alcohol en comercios de barrio en horarios prohibidos es, según el fomentista, otro punto conflictivo.

“Más patrullajes”

“Se nota que se están haciendo más patrullajes y en muchos barrios son los propios vecinos los que se están organizando entre ellos y se están cuidando más”, señaló Giapor, que pidió a los ciudadanos que “no dejen de hacer la denuncia”.
“Antes del 10-M por ahí hubo un relajamiento de la Policía, pero hoy se está trabajando bien”, consideró.
No obstante, se mostró preocupado por el estado de los patrulleros. “Hay que mantenerlos por cinco años y en este camino no llegamos”, afirmó. Y detalló: “Gastamos 50 mil pesos por mes, de todos los vecinos de Junín, sólo en reparaciones de móviles policiales y otros 200 mil pesos mensuales en combustible”.
De hecho, desde que la Provincia se desligó totalmente del mantenimiento y la provisión de combustibles para los patrulleros de la ciudad, las erogaciones de la Comuna en estos rubros son cada vez mayores.
El dinero para solventar esta demanda se obtiene de lo recaudado por la Tasa Complementaria de Seguridad, con lo que se debe dar combustible y reparar los móviles de la Policía Bonaerense que se distribuyen en las Comisarías Primera y Segunda de la ciudad, y en la Patrulla Rural.
De acuerdo a los datos que maneja Giapor, encargado de controlar el flujo de dinero proveniente de dicho tributo, el año pasado se recaudaron $ 2.700.000.
Giapor, que además preside uno de los foros de seguridad, afirmó que “los ingresos alcanzan con lo justo para cubrir los gastos. Este año la recaudación va a ser mayor porque hay algunos ítems que aumentaron y otros que se agregaron. Como esta tasa está relacionada directamente con los medidores de energía eléctrica, al haber más casas –y por ende, más medidores– se superará lo del año pasado; suponemos que llegará a los $ 3.500.000”.
En todo el partido de Junín hay 32 patrulleros funcionando y la gran mayoría de ellos tiene menos de dos años de uso.
En 2011, la Provincia le dio un subsidio al Municipio que le permitió adquirir 18 automóviles, que actualmente se encuentran en funcionamiento. Luego, la Comuna recibió otro subsidio de la Gobernación con el que se compraron 20 camionetas, de las cuales, cinco se están ploteando en La Plata, otras cinco están en Junín pero sin identificación y 10 están incorporadas a la flota de la ciudad.
En tanto, hay que agregar que la escuadrilla cuenta con otros vehículos, más viejos, que están en las localidades del partido.
A todos esos móviles se los provee de combustible y mantenimiento.

Tasa de Seguridad

La Tasa Complementaria de Seguridad fue impuesta en la década del ’90, cuando la Provincia decidió mandar más patrulleros con la condición de que el Municipio se hiciera cargo de la provisión de combustible.
Luego de un largo debate, las autoridades locales resolvieron crear este gravamen, que nació como un complemento pero que hoy en día cubre todas las necesidades del mantenimiento de los móviles.
“En esta última etapa –cuenta Giapor– la Provincia le dio subsidios a la Municipalidad para comprar patrulleros, con el compromiso del intendente de hacer el mantenimiento. Entonces, los 28 vehículos fueron comprados por la Comuna con apoyo de la Provincia, es decir que son de los juninenses. Si un policía rompe el patrullero, está atentando contra el patrimonio de la ciudad, eso es lo que queremos que entiendan”.
Cuando se impuso esta tasa, se creó una Comisión de Seguimiento y Control de ese dinero. Para eso se hizo una ordenanza, que varios años después fue objetada por los concejales por problemas de formas. A raíz de este hecho, y luego de idas y vueltas, no se pudo renovar la comisión y Giapor quedó como responsable del seguimiento de esa tasa, en una designación que contó con el apoyo del Concejo Deliberante.

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