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CONFLICTOS EN LA ADOLESCENCIA

Autolesiones: la importancia de saber escuchar y poner límites a los chicos

Es un fenómeno que preocupa en las escuelas y a especialistas. El psicólogo Fernando Osorio brindó una charla para padres en el Colegio Padre Respuela. Las claves para detectar el problema y tratarlo.

Los casos de autolesión infantil y adolescente inquietan a los profesionales, quienes hacen hincapié en la imposición de límites y el saber escuchar a los chicos. Por el fenómeno, del que se habla cada vez más en las escuelas como una cuestión natural, el Colegio Padre Respuela organizó una charla dictada por el licenciado en psicología Fernando Osorio, especialista en el tema.
En diálogo con TeleJunín, Osorio dijo que el tema de la autolesión aparece como “algo habitual” pero que ya es un fenómeno en los consultorios, los hospitales y las escuelas. “No tiene nada que ver con el intento de suicidio”, aclaró.
El profesional dijo que el infligirse heridas a uno mismo, “es un tipo de problemática que apunta más a una marca de existencia, una necesidad de limitar alguna cuestión vinculada, en general, a los procesos de crianza de la familia”.
“En general es un mensaje hacia los padres, a los adultos. Es necesario que el adulto esté advertido de qué es lo que está pasando y que preste atención, no sólo si aparece en forma directa un hijo contando que hace eso, si no, si la información le llega a los padres o a los docentes a través de compañeros o amigos de esa persona que se está autolesionando. Hay que tomar cartas en el asunto”, advirtió el psicólogo.
Si bien no es una problemática que está directamente vinculada al suicidio, puede tener consecuencias muy negativas. “En el fondo, como cuestión basal, es una persona manipuladora y transgresora.
Alguien que se autolesiona esta como transgrediendo un límite, está pasando de una normativa que tiene que ver con un cuidado personal , con algo que no se hace, que está mal”, dijo Osorio.
El especialista habló de tres grupos distintos dentro de las personas que se autoinfligen. “Uno relacionado a la tristeza, la depresión y que la posibilidad de una marca en la piel le da como la sensación de pertenencia, de existencia. Son chicos que se juntan en grupo para hacerlo. Tienen una pertenencia social porque son parte de esos grupos de autolesiones”, afirmó.
Otro grupo es el de quienes están más “emparentados con una manipulación y un proceso de extorsión hacia el adulto” para oponerse a la imposición de límites. “No me podes decir lo que quiero o puedo hacer porque, si no, me corto, me lastimo”, ejemplificó.
“Y después hay otro grupo que tiene más que ver con que la autolesión. Está vinculado a algo auto punitivo en el sentido de que son pacientes que tienen un desequilibrio de personalidad, un desencuentro de la realidad y hace que por alguna razón tengan la sensación de una voz interna que los lleva a tener que lesionarse, lastimarse. Eso es más una cuestión delirante, mas vinculada a un trastorno de personalidad”, detalló Osorio.
Una cuestión de moda
El especialista señaló además que dentro del primer grupo hay “un ritual de pertenencia grupal, social”, al que definió como “una cuestión de moda y un fenómeno muy interesante” en el que advierten que no hay “pacientes con grandes psicopatologías o trastornos de personalidad muy graves”.
No obstante, dijo que sí hay “historias familiares complejas que llevan a los chicos a desarrollar este tipo de conductas” y que “se trata de un trastorno de ansiedad que genera múltiples conductas individuales y comportamientos sociales”.
En cuanto a la problemática de la ansiedad, el psicólogo dijo que las autolesiones pueden aparecer cuando esta primera conducta no se resuelve aunque “se puede prevenir muy tempranamente”.
En esa línea, aseguró que “hay una gran cantidad de chicos, por ejemplo en el nivel inicial, jardín de infantes, que muestran niveles de ansiedad que no son atendidos”. Y se refirió a los chicos que están todo el tiempo comiendo golosinas o con una necesidad de la utilización de la tecnología, que están todo el tiempo pidiéndole el celular al padre para los jueguitos electrónicos o tienen una tablet encima.
“Son chicos muy chicos que muestran niveles de ansiedad muy altos y que si no se atienden a esa edad temprana es muy probable que ese trastorno de ansiedad después se construya y se convierta en un trastorno compulsivo”, dijo.
“Y de ese trastorno compulsivo, como estamos en una época donde hay una gran oferta de consumos, aparece el tema de las autolesiones, el consumo de sustancias toxicas, del alcohol y la marihuana que tienen la misma modalidad conductas individuales que se llevan a lo grupal pero responden a parámetros distintos, según la historia familiar de cada uno de los chicos que se acerca a esa situación”, agregó.
Osorio dijo también que la problemática está “íntimamente vinculada a padres que no han sabido codificar el vinculo, que no han sabido interpretar esos procesos de ansiedad de los chicos y como no atendieron ese proceso de ansiedad, lo dejaron desarrollarse”.

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