El detox digital requiere de la fijación de objetivos y plazos a cumplir.
El detox digital requiere de la fijación de objetivos y plazos a cumplir.
EL OBJETIVO ES REDUCIR EL ESTRÉS

Detox digital: la técnica que propone liberarse del celular para vivir la vida

Como si se tratase de una dieta luego de las fiestas, la desintoxicación tecnológica es una opción viable para abordar la problemática del uso y abuso de los dispositivos digitales. Se recomienda personalizar la experiencia para obtener mejores resultados al abandonar las pantallas. Las opiniones de especialistas juninenses.

Un usuario promedio tiende a pasar entre 6 a 8 horas navegando en los dispositivos tecnológicos, revisando redes sociales como Instagram, Facebook, Snapchat o consumiendo algún tipo de contenido on demand de plataformas como Youtube o Twitch. 

El surgimiento de la sociedad digital ha favorecido la dependencia creciente de las pantallas, así como también ha debilitado el control ejercido de cada uno sobre su propia rutina. Los dispositivos electrónicos nos acompañan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Ciertamente, las veces que éstos sufren un daño o se pierden se genera una sensación de ansiedad, desconcierto o estrés, que tiene su explicación muy arraigada en la psicología, por su similitud a los síntomas de abstinencia que se tienen al tratar de dejar alguna adicción.

Diversos estudios científicos han comprobado que el uso de las tecnologías digitales es adictivo. Esto sucede debido a la segregación de un bioquímico en el cerebro llamado dopamina, a lo que apuntan la mayor parte de las interacciones en el entorno digital. Cuando una acción, elemento, o sustancia genera segregación de dopamina de manera constante, se vuelve adictivo. Esta es la razón por la cual se genera satisfacción cuando hay una buena cantidad de likes, comentarios o reposteos en alguna publicación que se hace en una red social.

Asimismo, las plataformas de redes sociales también atienden a las necesidades de reconocimiento y pertenencia social. El sentimiento de aceptación levanta el ánimo y, en consecuencia, genera que se produzca un apego a las pantallas, en busca de una mayor dosis de dicha sensación. Todo el contenido digital está apropiadamente segmentado para despertar el interés del usuario y generar mayor interacción.

No obstante, cabe destacar que la tecnología brinda muchas oportunidades y simplifica la vida en múltiples aspectos, pero su abuso puede significar una pérdida de tiempo y producir falta de atención y desenfoque permanente, fortaleciendo el hábito de la procrastinación.

Las vacaciones son el mejor momento para sincerarse con este tipo de cuestiones y probar nuevas alternativas, como un detox digital, una técnica que muchos usuarios ya han implementado con el objeto de disminuir su dependencia de las tecnologías digitales.

Se trata de una desintoxicación de pantallas. Algo parecido a lo que se acostumbra a hacer luego de las fiestas con la comida y bebida, pero relacionado a los consumos de internet. Es un periodo de tiempo en el cual una persona se abstiene o evita el uso de dispositivos electrónicos como smartphones, computadoras, televisores o tabletas, con el fin de centrarse más en la interacción social y conectarse con el mundo físico a su alrededor.

Cómo desconectarse
Realizar un detox digital es simple, pero requiere fundamentalmente de dedicación y compromiso,  es decir, una actitud activa del usuario que decide llevarlo a cabo.

Para empezar, lo primero que se debe hacer es determinar la duración de la desintoxicación, en base a las necesidades de cada uno. ¿Qué tiempo se quiere pasar alejado de la tecnología? ¿Tres días? ¿Una semana? ¿Un mes? Determinar el tiempo es totalmente importante para evitar la ansiedad. Quienes realizaron la experiencia recomiendan empezar a hacerlo con un detox de una semana. 

El segundo paso es organizar ideas, tareas, objetivos. Se debe tener un propósito, ¿con qué fin se quiere intentar un detox digital? Si lo que se busca es reducir el estrés, disminuir la exposición a las pantallas puede resultar efectivo para tratarlo, considerando que se quita al cuerpo un estímulo continuo y duradero, que lo mantiene, muy a menudo, en tensión.

Además, la mayor parte del tiempo, todo lo que se hace se adjunta en el teléfono o dispositivo móvil, como las tareas de la universidad, los to-do list de un proyecto, las listas de compras, los trámites por hacer, y más. Antes de empezar es relevante saber dónde se va a anotar y guardar todo ello, para evitar el uso de las pantallas para dicho propósito. 

La frontera entre el entorno digital y el mundo físico a menudo se disipa, y la vida social y afectiva se desarrolla también en las plataformas y redes sociales. Para evitar la incertidumbre ante un detox digital, se puede avisar a los contactos importantes, socios, amigos y familiares que se estará lejos del teléfono y los dispositivos por un tiempo. 

Para que el procedimiento sea efectivo, es muy importante configurar las notificaciones del teléfono móvil, computadora o tablet para evitar recibir aquellas de menor importancia, dado que es algo que muchas veces capta la mayor parte de la atención de los usuarios.

Un detox digital puede funcionar mucho mejor si se desactivan las cuentas más usadas. Para hacer esto primero se debe empezar con la recuperación y recopilación de las contraseñas. Una vez que se tengan esos datos, es hora de desactivar.

Personalización
Crear reglas específicas o de uso también es una buena herramienta para administrar el detox digital. En dicho sentido, se puede determinar con precisión a qué hora, cómo, dónde, cuándo sí y cuándo no hay que utilizar el dispositivo. Por ejemplo: “queda totalmente prohibido utilizar mi dispositivo al levantarse por la mañana, durante las comidas o mientras se viaja en transporte público. Sólo se utiliza en casa a determinadas horas”.

Una recomendación es crear reglas en base a cómo se está de ánimo. Si uno se siente muy abrumado al principio, es mejor poner reglas más flexibles y poco a poco ir aumentando la dificultad.

El detox digital es una experiencia muy personal, precisamente porque se trata de la relación entablada con los dispositivos digitales de uso individual. Su extensión, alcance y carácter deben adecuarse a las necesidades y objetivos de cada uno, lo importante es pensar a la desconexión de las pantallas como una herramienta para un mejor control de la propia rutina y de los efectos nocivos que éstas tienen, tanto a nivel biológico como psíquico.

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