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CRIANZA 3.0

Aseguran que ya casi la mitad de los nenes menores de dos años usa tablets

Así lo advierten distintos trabajos internacionales sobre el tema. Qué dicen los expertos y cuáles son las consecuencias de sobrecargar a la infancia con dispositivos tecnológicos.

Lucía está a punto de cumplir los dos años pero su dedito índice sabe a la perfección que ícono apretar para que se activen los dibujitos que mira en la tablet. “Si agarra una revista busca pasar las fotos como si fuera una pantalla táctil -cuenta María Laura, su mamá, pero lo hace con un gesto que oscila entre la ternura y la preocupación-. Nosotros tratamos de que no se entretenga mucho, pero te digo la verdad: a veces es lo único que la calma si le agarra un ataque de llanto”.
El caso de Lucía y el “chupete electrónico” que encuentra en la tablet de sus padres no es nuevo ni aislado, pero lo que hasta hace unos años era una tendencia en auge hoy parece convertida en una realidad que, pese a las recomendaciones de todos los informes internacionales (ver aparte), atraviesa a cualquier hogar donde convivan criaturas pequeñas con dispositivos tecnológicos. Según distintos informes internacionales, de hecho, casi la mitad de los nenes menores de dos años utiliza tablets y móviles de forma regular en su día a día.
“Nadie duda de que estamos ante nativos digitales -dice la psicopedagoga Susana Dissero-, pero no podemos dejar que un bebé aprenda a usar una tablet casi al mismo tiempo que aprende a caminar. Se trata de un desafío para muchos padres, y como todo desafío a veces resulta un tanto engorroso encarar, pero frente a esta realidad tenemos que tener en cuenta los distintos cuestionamientos que esta modalidad tiene en todo el mundo”.
Uno de esos cuestionamientos, precisamente, fue lanzado hace poco por uno de los principales fabricantes de tecnologías del mundo, Taiwán, país que prohibió directamente el uso de tablets y móviles a los menores de dos años por los daños irreversibles que pueden ocasionar a la retina.
Para Dissero, “nadie dice que sea sencillo de evitar, pero el esfuerzo es necesario por una razón fundamental: está en juego el aprendizaje de nuestros hijos, y por más tentador que sea dejar a un bebé frente a la tablet para que no llore, nosotros los adultos tenemos quie saber que no le estamos haciendo ningún favor”.
Al tanto de lo que dicen los expertos y vienen registrando los distintos estudios sobre el tema, las preguntas que se hacen muchos padres resuenan como gritos desorientados en medio de la jungla digital. ¿A partir de qué edad se le puede dar una tablet a un chico? ¿Es bueno que las usen desde que son bebés? ¿Hay que restringir su uso aunque sepan usarla casi de manera natural?
Si bien las posturas no son todas determinantes, existe un consenso generalizado en que recién a los 3 años un chico puede ponerse frente a la pantalla de un televisor, pero con una condición fundamental: tiene que haber un acompañamiento de los adultos. Dejar solos a los chicos frente a la pantalla, dicen, limita su desarrollo.
Este consenso, por lo general, se basa en la famosa regla del 3-6-12 , elaborada en 2008 por el psicoanalista francés Serge Tisseron y avalada por varios especialistas en el tema. La propuesta es que los chicos eviten mirar tele hasta los 3 años, que a partir de los 6 incorporen la Web y el uso de la computadora y que recién a los 12 tengan su primer celular.
“Una cosa es la teoría y otra muy distinta lo que ocurre en la casa -dice la psicopedagoga-. Porque muchos padres pueden tener en claro que dejar a un nene frente a la pantalla mucho tiempo no es lo mejor, pero a veces ellos vienen cansados, tienen que hacer otras cosas o están ocupados y la solución más a mano es encender una pantalla y listo”.
Lo que dice la experta se confirma en cualquier relevamiento sobre el tema: según los estudios más recientes, los chicos de hoy están expuestos un promedio de 4 veces más de la recomendada a Internet, con consecuencias que amenazan su salud. En algunos casos la media de exposición a las nuevas tecnologías es de 45 horas por semana, lo que representa casi una jornada escolar.
Y no se trata sólo de problemas de vista: también se cree que las tablets podrían estar afectando negativamente al desarrollo social y emocional de los más pequeños, dado que, cuanto más pasan metidos en las pantallas, menos interactúan con otras personas de su entorno.
“Tampoco se trata de demonizar a la tecnología -aclara Dissero-. No es malo que los chicos aprendan a utilizar tablets y celulares desde que son pequeños, pero todo en su justa medida y con el control adecuado, gestionando su uso para que no sean abducidos por las pantallitas”.

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