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"La tecnología puede potenciar negativamente los intentos de suicidio", explicó Alejandra Lorden, diputada bonaerense de Cambiemos.
SEGÚN LOS ESPECIALISTAS

Advierten que la tecnología potencia el riesgo de suicidio en adolescentes

La diputada Lorden llevó adelante un proyecto que se adhiere a la ley 27.130 de Prevención del Suicidio y advirtió también sobre la necesidad de "regular e intervenir un poco más" sobre la tecnología.

Si bien las nuevas tecnologías tienen una injerencia sin duda positiva para el cotidiano de nuestras vidas, especialistas sostienen que para los adolescentes pueden ser nocivas. Por supuesto, el contexto que rodea a un adolescente, como la falta de contención social o familiar, son determinantes para que un menor de edad intente suicidarse.
"La tecnología puede potenciar negativamente los intentos de suicidio", explicó Alejandra Lorden, diputada bonaerense de Cambiemos y presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Sin embargo, advirtió que pesar del riesgo que representan las redes sociales "tiene que haber un contexto para que el chico tome esa decisión".
Lorden llevó adelante un proyecto que se adhiere a la ley 27.130 de Prevención del Suicidio y advirtió también sobre la necesidad de "regular e intervenir un poco más" sobre la tecnología.
Admitió que la prevención de suicidio en menores es un tema "muy difícil" ya que "hay que trabajarlo puntualmente, no se puede trabajar de forma masiva", pero remarcó la necesidad de aunar esfuerzos y "coordinar acciones entre todas las jurisdicciones y disciplinas".
Por su parte, Sonia Almada, investigadora en el área de Infancia y Adolescencia indicó que "uno de los más recientes escenarios del ejercicio de la violencia en sus diferentes modalidades es el ciberespacio".
Almada también remarcó que "Sin negar las múltiples ventajas de internet, también estos nuevos tipos de interacción están siendo utilizados para intimidar y victimizar a los usuarios, en perjuicio de los sectores más vulnerables como niños, niñas y adolescentes".
La investigadora mencionó como ejemplos "la promoción del racismo y la xenofobia, pornografía realizada con niños, trata de personas, cibersexo, bulimia y anorexia, sin pasar por alto el hiperenlace que nos da acceso a la violencia física o al acoso sexual, al masoquismo o al sadismo, y en casos extremos, al "snuff" (películas de asesinatos reales) o las conocidas invitaciones al suicidio como el juego Ballena azul".
Para Almada hacen falta "campañas de prevención del suicidio y promoción y cuidado de la salud infanto juvenil" y preparar a especialistas en adolescencia y salud mental que puedan brindar atención a quien busque ayuda.

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