Recordá que una capa de polvo protege la madera de los muebles... Una casa se transforma en un hogar cuando podés escribir “Te quiero” sobre el polvo de los muebles.
Yo solía pasar al menos 8 horas cada fin de semana para dejarlo todo perfecto, “por si venía alguien”. Al final, entendí que nadie ”venía” porque todo el mundo estaba viviendo la vida y pasándoselo bien.
Ahora, si viene alguien, no tengo que explicar en qué condiciones está mi casa: están más interesados en escuchar las cosas que he hecho mientras vivo la vida y me divierto.
Por si no te has dado cuenta... La vida es corta: ¡pásalo bien! Deja los platos sucios si es necesario y agarra a los chicos y llévalos a una plaza, tírate en el suelo a dibujar con ellos. Más allá del cansancio, del trabajo, de las preocupaciones, ¡démosle prioridad a la VIDA, a vivirla y a disfrutarla!
Limpia, si hace falta...
Pero sería mejor pintar un cuadro o escribir una carta, hacer unas galletitas o un pastel, chupar la cuchara o plantar una semilla, pensar sobre la diferencia entre “querer” y “necesitar”.
Limpia, si hace falta, pero no hay mucho tiempo...
Con todas las playas que hay para nadar y montañas para escalar, ríos para navegar, la cervecita para tornar, música para escuchar, libros para leer, amigos para querer y vida para vivir.
Limpia, si hace falta, pero...
El mundo allí fuera: con el sol en la cara, el aire en el pelo, la nieve que cae, un chaparrón... Ese día no volverá...
Limpia, si hace falta, pero...
Ten en cuenta que la vejez llegará y estará bueno poder contarle a quienes estén ahí, anécdotas maravillosas.
Y cuando te toque irte -e irte deberás- ¡tú misma te convertirás en polvo!.
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