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ACOSO POR FACEBOOK

Conmoción y debate tras suicidio adolescente

Tras soportar 3 años de hostigamiento generado por una foto suya desnuda, una chica canadiense de 15 años se suicidó y reabrió una fuerte polémica sobre la relación de los chicos y las redes sociales.

Amanda Todd tenía 15 años y fue víctima del bullying durante tres años. El miércoles 10 de octubre último no pudo resistirlo más y decidió quitarse la vida. Ahora, su suicidio genera conmoción y disparó un encendido debate no sólo en Canadá, donde la chica vivía, sino en buena parte del mundo sobre el uso apropiado de Internet por parte de los adolescentes.
En un video divulgado en YouTube y visto por millones de personas, Amanda dijo que sufría de ansiedad, “depresión profunda” y ataques de pánico después de que una foto de sus pechos desnudos, captada durante un videochat con un extraño hace ya tres años, fue distribuida entre sus conocidos en la provincia de British Columbia, en el oeste de Canadá.
Todd afirmó que por este acoso virtual se había escondido y caído en las drogas y el alcohol, y “lloraba todas las noches”.
En las grabaciones que subió a Internet, la joven lamentaba la falta de amigos debido a la polémica, así como el haber tenido que cambiar de escuela varias veces para escapar del chantaje. “No tengo a nadie -decía- necesito a alguien”.
Tras varios intentos fallidos de suicidio y la publicación del video en YouTube manifestando su tristeza, Todd finalmente se suicidó el 10 de octubre y su muerte dio lugar a debates en los colegios, en los medios, en los círculos políticos y en las mesas familiares de todo el país sobre cómo mantener seguros en línea a los jóvenes con vastos conocimientos informáticos pero con insuficiente experiencia de vida, algo que, según los expertos, es una combinación que hace difícil evaluar los riesgos e imaginar consecuencias futuras.

En debate

Luego de que se conociera el suicidio de la joven, el grupo de hackers Anonymous identificó a un hombre de 32 años que vive en el área de Vancouver como el acosador anónimo de Todd, diciendo que frecuentaba sitios web dirigidos a chicas adolescentes (ver aparte).
El hombre habría tratado de chantajear a la joven, de acuerdo con su video subido a Youtube, diciéndole, tras obtener la foto de sus pechos que la distribuiría ampliamente si ella no “montaba un espectáculo” para él. Ella se negó.
Ahora, la noticia de Anonymous llevó a la policía federal a lanzar una advertencia contra la vigilancia parapolicial, diciendo que quienes la ejerzan “corren el riesgo de cometer un delito”.
El tema tiene a Canadá por estas horas en vilo y en pie de debate. La primer ministra de Columbia Británica, Christy Clark, llegó aún más lejos al llamar a penalizar el acoso cibernético. Mientras tanto, una página de Facebook creada en memoria de Todd ya reunió casi un millón de “Me gusta”, algo que resulta un tanto cruel y paradójico si se tiene en cuenta que, según contó la propia Amanda, ninguno de sus compañeros la apoyó sino todo lo contrario: se apartaron de ella como si padeciera una enfermedad contagiosa. El caso reabre el tema del bullying, una problemática que afecta a varios adolescentes a nivel mundial. Según trascendió, de hecho, en un colegio del Gran Buenos Aires se produjo hace poco un episodio con características similares, aunque no tuvo un desenlace suicida como el de Amanda, quien sobrevivió en más de una oportunidad a los químicos, situación que también le valió la broma cruel de muchos de sus compañeros de escuela (uno de ellos llegó a escribirle en su cuenta de Facebook que lo mejor hubiese sido que se muriera).
Así, la chica, se preguntaba cada mañana frente a la computadora: “¿por qué estoy aquí todavía?” A los 15 años había extraviado todos los motivos para hilvanar un día con otro. “No tengo a nadie. Necesito a alguien”, escribió en la penúltima oración de su video mudo.
Las estadísticas oficiales aseguran que el suicido en la adolescencia ha disminuido en la última década en esa provincia del oeste canadiense. La profesora Jennifer Shapka, una experta en intimidación de la Universidad de Columbia Británica, considera que la muerte de Amanda alertará sobre la existencia de este fenómeno en la región. Otra especialista, la criminóloga Brenda Morrison, indicó a los medios que la sociedad del país norteamericano se ha acostumbrado a ver el acoso como un problema institucional, ajeno a las comunidades.
“El caso de esta chica pone en evidencia otro problema aún más grave que el acoso virtual -dice la psicopedagoga Cecilia Traversa-: es el tema de la indiferencia, porque esta chica pidió ayuda y nadie supo o quiso dársela. Culpar al acosador está bien pero no es lo único. Hay una sociedad que también en parte es responsable”.
Lo que dice la experta sintoniza con las últimas revelaciones del caso: Amanda sufrió los efectos de la intimidación durante tres años. Lanzó su grito de ayuda en Youtube hace un mes pero nadie se lo respondió. Ahora, miles de personas lamentan el desenlace de su historia en las redes sociales y la noticia ha dado la vuelta al mundo. Ni los titulares ni los comentarios en Facebook le devolverán la vida. Y su último video pidiendo simplemente la compañía de alguien es una prueba en contra de otra gran responsable de su muerte: la indiferencia humana. 

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