Juan Pablo II y Francisco. El fallecimiento del último papa en ejercicio había sido el 2 de abril de 2005.
Juan Pablo II y Francisco. El fallecimiento del último papa en ejercicio había sido el 2 de abril de 2005.
CEREMONIA FINAL

El rito de confirmación de la muerte del Santo Padre

La muerte del papa Francisco en la madrugada del lunes generó inquietudes sobre aquellos rituales y celebraciones propios del principal exponente de la Iglesia Católica y los tiempos de cada uno de estos momentos de despedida. Quienes se preguntan a qué hora es el rito de confirmación de la muerte del papa Francisco, deben saber que este suceso se llevó a cabo ayer, a partir de las 20, hora de Roma.

Esta ceremonia se realizó con la disposición de su cuerpo en su ataúd, en la Capilla de Santa Marta y con la presencia del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, familiares de Jorge Bergoglio y los directivos del Departamento de Sanidad e Higiene del Vaticano.

Posteriormente, el féretro será llevado a la Basílica de San Pedro para una capilla ardiente, y allí la gente podrá acercarse a despedir a Francisco. La tradición indica que el funeral del Santo Padre se realiza entre cuatro y seis días después del fallecimiento, aunque no está confirmada aún la fecha exacta.

Una vez que se lleve a cabo la primera Congregación de Cardenales, se establecerá la modalidad y el día y la hora para el homenaje de todos los fieles. En principio, se estima que esta despedida podría ser el miércoles 23, por la mañana.

 

La idea de Francisco

El Papa buscaba asegurarse que su funeral fuera “el de un pastor y no el de un poderoso de este mundo”, de acuerdo a las modificaciones que hizo en 2024, a los rituales de las exequias del máximo jefe de la Iglesia Católica. El 20 de noviembre de 2024 el Vaticano publicó la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que regula cómo deben ser los rituales de las exequias de un Papa.

Entre los principales cambios se encontraron la decisión del Papa sobre la constatación de la muerte, solicitando que no se haga en su habitación, sino en la capilla; la deposición inmediata del cuerpo del difunto adentro del ataúd; la exposición a la veneración de los fieles directamente en la basílica del Vaticano y no en el Palacio Apostólico, sin el catafalco y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble.

Además, Francisco incorporó otra novedad, que fue “la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana”: precisamente en respuesta al deseo de Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.

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