Tres juninenses que eligieron la danza como una potencial fuente de trabajo
Tres juninenses que eligieron la danza como una potencial fuente de trabajo
RELATOS DE BAILARINAS LOCALES

Entre el costo de emigrar y la posibilidad de cumplir un sueño

¿En qué momento pensaron el arte como trabajo? ¿Cómo fue el proceso de emigrar para profesionalizarse? ¿Qué valoración tienen acerca del choque cultural? ¿Qué mensaje pueden dar a partir de su bagaje? Democracia entrevistó a cinco juninenses que lograron trascender y cumplir sus objetivos.

Un fenómeno que viene siendo recurrente en nuestra ciudad a lo largo de las últimas décadas es el hecho de emigrar por distintos motivos: turismo, formación académica, desafío personal o búsqueda laboral. Precisamente, en torno a este último punto, hay una infinidad de aristas que lo conforman, como puede ser la empresarial, la deportiva o artística.

En tal sentido, en lo que hace a este último mundo, es decir, el del arte y la danza, Democracia entrevistó a cinco juninenses que lograron trascender las barreras de los prejuicios y cumplir su sueño de desarrollarse laboralmente en el baile y la cultura.

Para eso, se entrevistó a Yazmín Crocinelli, formada en los estudios de Nené Gralatto y Marina Adaglio, como así también en las academias de Flavio Mendoza y Julio Bocca, para ganarse una beca de especialización en Estados Unidos. Tras ello, logró dar el salto al viejo continente para trabajar en Turquía y Marruecos.

Asimismo, este medio dialogó con Wendy Fernández, quien actualmente trabaja en la India y se formó con Jonatan Tomasino además de asistir a diferentes escuelas de urbano de Buenos Aires.

Una tercera experiencia con la que tuvo contacto Democracia fue con la de Lara Abraham, formada en el Instituto de Arte Junín y con especializaciones en danza clásica y danza española. Fue así que inició un virtuoso recorrido en la Argentina por Buenos Aires, La Plata y Bariloche, previo a emigrar a Chile. Luego de cruzar la frontera fue por más y continuó su trayectoria en España, Francia e Italia.

Profesionalización de la práctica

La génesis de las distintas historias tienen que ver con el momento en que comenzaron a vislumbrar el arte como una potencial fuente de trabajo. A partir de allí es cuando se inicia el camino artístico de cada caso, independientemente de la edad en la que haya ocurrido. 

En el caso de Crocinelli fue algo que estuvo latente desde un comienzo. “Vivir de la danza siempre fue un objetivo. Por eso, me formé con esa meta y no fue un pasatiempo. Era lo que yo quería hacer y siempre lo intenté tomar con mucho profesionalismo para estar a la altura de Buenos Aires, que era donde había más nivel dentro de Argentina”, expresó. Y explicó que “la posibilidad de emigrar se da a través de una empresa de Turquía que hacía audiciones en Buenos Aires y en Córdoba. Justo estaba de vacaciones en Córdoba y me inscribí para audicionar. Quedé seleccionada y trabajé dos años en Turquía”.

De símil naturaleza en cuanto al deseo por la profesión y la forma de desembarcar en el profesionalismo, Fernández contó: “Siempre tuve la idea de que viviría con la danza como mi herramienta de trabajo, vida y pasión. Fui a un casting en 2023 de Seans Organization y quedé seleccionada. Trabajé con ellos 6 meses, y desde ahí no volví más a Argentina.  Ahora solo quiero trabajar en el exterior conociendo otros países”.

Sin embargo, Abraham fue haciendo camino al andar. Si bien desde joven tuvo afinidad por la práctica, fue en el momento en que emigró a Buenos Aires cuando se volcó de lleno en su carrera debido al contacto con distinguidos profesionales del ámbito. 

“Después de cuatro años en Capital, y de adentrarme en el teatro y el lenguaje musical, elegí mudarme a La Plata. Ese fue el lugar que me permitió profesionalizarme en la docencia. Me permitió entender cuáles eran las instancias artísticas a habitar y al bailarín como una integralidad de música, cuerpo y sensaciones”, consideró. 

Otras culturas

Un denominador común a cada caso es el choque cultural registrado con los países transitados, siendo muy distintos entre sí. Por eso, Crocinelli explicó que “vivir afuera es adaptarse a las culturas. Me tocó estar en Turquía y Marruecos, donde tienen costumbres y dinámicas diferentes. Ambos son seguros, pero con dinámicas totalmente distintas: desde la ropa, respetar sus rezos, cómo conciben a la mujer, y la comida”.

“Lo que más valoro de nuestro país es a la persona argentina que, vaya donde vaya, hace sentir hogar a otras personas porque somos muy cálidos. Destaco nuestros valores, energía y la personalidad que tenemos que nos ayuda para desenvolvernos en el mundo”, agregó la joven juninense de 26 años.

Abraham coincidió con Crocinelli en cuanto a la imagen del ciudadano argentino. Al respecto, manifestó: “Lo más hermoso como latinoamericanos es la hermandad, la capacidad de abrazo y la apertura que tenemos. Estando en el propio país, tanto el saludo y el afecto se expresa de otra forma. Como latinoamericanos estamos en todos lados y me he cruzado con pares que nos devuelven al lugar de donde somos aunque sea por un instante. Es muy enriquecedor el intercambio cultural que tiene mi vida”.

Siguiendo con una perspectiva similar de análisis, Fernández compartió: “Estoy en la India y es un país superdiferente. En las comidas la pasás mal porque tienen demasiado picante o simplemente por la contaminación del país, que uno nunca sabe toda la verdad de su elaboración. Por otro lado, soy vegetariana y en la India eso lo manejo muy bien porque aquí hay un gran porcentaje que lo es también y, por ende, hay muchísimas opciones de menú”.

“Viví prejuicios y los ignoré también. Lo que más valoro de Argentina es esa libertad de expresión y de ser como y quien quieras ser. Eso sumado a la comida, por supuesto, y las condiciones de vida”, añadió. 

Objetivos a largo plazo

Del momento de génesis del arte como trabajo a un camino en pleno desarrollo, para complementar ese recorrido Democracia indagó en torno a las metas trazadas para el futuro por cada bailarina.

Sobre eso, Fernández señaló: “Estoy bien, ya que en la India me alquilo una casa y trabajo como freelance, entonces tomo lo que realmente quiero hacer. Por ahora mis objetivos son viajar por el mundo y conocer países de la mano de la danza. No descarto irme a otro destino”.

A su turno, Crocinelli analizó: “Estoy conforme con la carrera que estoy haciendo. Uno va descubriendo muchas cosas y siempre quiere más. Actualmente me planteo como objetivo recorrer Dubái, seguir por Francia y desembarcar en Estados Unidos. En algún futuro, cuando quiera regresar a Argentina, me desarrollaría como profesora”.

Con un posicionamiento en el aquí y ahora, Abraham planteó: “Mi futuro es un enigma, pese a que estoy en Barcelona disfrutando mi presente. Estoy en un momento de vida donde quiero integrar todo lo andado y explorado. Quiero que salga lo más genuino y mi recorrido artístico hoy se divide en dos áreas: salud e intercambio cultural. Me interesa la conciencia corporal y la naturaleza”.

Mensaje 

Como un último aspecto, este medio invitó a las profesionales del arte a brindar un mensaje para aquellas jóvenes que tienen la inquietud de emigrar para profesionalizarse. 

Fernández relató: “Nada es fácil. Hay que animarse, pero también chequear e investigar a dónde vas, cuánto dura, si tendrás comidas, visa, boletos y, por supuesto, cuál es el lugar de trabajo. Desde el 2024 está lleno de agencias que llevan bailarines incluso sin audicionar. A veces hay gente que va a otros países como ´un viaje de egresados´ y esto es trabajo en convivencia con otros profesionales. Igualmente aconsejo que se animen a salir del país si está la oportunidad, pero siempre con información y precauciones”.

Crocinelli adhirió a la realidad que “nada es fácil” y dio su mirada: “Irse a un país o continente nuevo da vértigo, pero es confiar en uno y no dejar lugar a dudas. No hay que compararse, sino alimentar al artista que llevamos en todos los frentes: físico, técnico, emocional y mental. Es un proceso constante donde nadie se puede relajar. Uno disfruta, pero, a la par, es un poco estresante”.

Finalmente, Abraham cerró: “El factor del deseo y la intuición son los que más se entrenan y me trajeron adonde estoy hoy. Me hicieron experimentar situaciones únicas e inolvidables. Quiero seguir aprendiendo de las decisiones que tome y darle valor simbólico y real a mi recorrido para soñar con hechos y desafíos que me inviten a seguir creciendo. Si hay algo muy hermoso que regala el arte es la sorpresa de cada espacio y persona. Soy una eterna aprendiz”.

En el presente, cada una de las bailarinas juninenses repartidas por el mundo se encuentra escribiendo una historia única y relativa para, quizás en algún futuro, regresar a nuestra ciudad y servir de ejemplo y referencia para el mundo artístico de la región.

El tango como puerta hacia el mundo

Francina Pedrini y Martín Beligni tienen toda una vida ligada al tango y desde hace 10 años promovieron su propia compañía llamada “Junta brava”. Además de ser pareja de baile son pareja de vida, en la que esta disciplina se ha constituido como un motor para su crecimiento y aprendizajes.

Para complementar esta nota, Democracia dialogó con la reconocida pareja que vivencia el arte desde un lugar más “amateur”, como una puerta hacia el mundo. 

Resumiendo su experiencia, Pedrini comentó: “Hemos estado en países latinoamericanos y europeos, pero lo más distinto que vivimos fue en Estambul: la cultura más distinta que vivimos. Con países limítrofes tenemos una cultura más similar”.

Y siguió: “El tango cobró una injerencia mundial y encontrás una milonga porteña en pleno París o Madrid. Pero ver eso en Estambul fue algo fuerte, en el sentido en que la cultura es distinta y tomaron el tango como algo propio”.

Remontándose al plano local, Beligni consideró: “El mercado para el tango show, que es lo que nosotros hacemos, es muy reducido en Junín. Buscamos mostrar nuestro producto sin querer llegar a algún lugar puntual”.

“Es cierto eso de que Dios está en todos lados, pero atiende en Capital. Para lograrlo hay que irse a Buenos Aires. Uno sabe que es así y se maneja en torno a esa dinámica”, agregó el artista juninense.

De tal forma, y de manera unísona como pareja, manifestaron: “Los dos estamos sumamente agradecidos al tango porque nos ha dado oportunidades valiosas y nos ha permitido cosas muy lindas como bailar al lado de figuras muy importantes, como bailarines o músicos, como viajar y estar de gira fuera del país. Estamos sumamente agradecidos con esa posibilidad y tener una compañía que coordinamos”.

“Hay que animarse a vivir la experiencia de lo que a uno le gusta. Nos mueve a hacerlo incluso desde el amateurismo. Aprender y tomarse un tiempo para eso es lo más lindo. Uno saca experiencias y aprendizajes de los distintos lugares”, concluyeron.

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