Investigadores de la prestigiosa Clínica Mayo Clinic establecieron nuevos criterios para un síndrome de pérdida de memoria en las personas mayores que suele confundirse con la enfermedad de Alzheimer. La buena noticia es que el Síndrome Neurodegenerativo Amnésico (LANS, por sus siglas en inglés) progresa de forma más lenta, tiene un mejor pronóstico, y ahora está definido de manera más clara para los médicos que trabajan a fin de encontrar respuestas para pacientes con pérdida de memoria.
Y es que antes de que los investigadores norteamericanos desarrollaran los criterios clínicos publicados en la revista Brain Communications, las características del síndrome solo podrían confirmarse examinando el tejido cerebral después de la muerte de una persona.
En su lugar, los criterios propuestos proporcionan un conjunto de pautas para que los neurólogos y otros especialistas clasifiquen la afección en los pacientes que viven con los síntomas, ofreciendo un diagnóstico más preciso y con posibles tratamientos. Para ello consideran factores como la edad, la gravedad del deterioro de la memoria, los escáneres cerebrales y los biomarcadores que indican los depósitos de proteínas específicas en el cerebro.
Los criterios fueron desarrollados y validados utilizando datos de más de 200 participantes en bases de datos del Centro de Investigación de la enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic, del Estudio de Mayo Clinic sobre el Envejecimiento y de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer.
“En nuestro trabajo clínico, vemos pacientes cuyos síntomas de memoria parecen imitar la enfermedad de Alzheimer, pero cuando mira de cerca sus imágenes cerebrales o biomarcadores, queda claro que no tienen Alzheimer. Hasta la fecha, no había un diagnóstico médico específico que apuntara a esto; pero ahora podemos ofrecer a los pacientes algunas respuestas”, explica el neurólogo David Jones, autor principal del estudio.
“Esta investigación crea un conjunto preciso de pautas que otros profesionales médicos pueden utilizar para tratar a sus pacientes. Este conjunto tiene importantes consecuencias para las decisiones de tratamiento, incluidos los medicamentos para reducir el amiloide, los nuevos ensayos clínicos y el asesoramiento sobre el pronóstico, la genética y otros factores de los pacientes”, asegura.
“Históricamente, se veía a alguien de 80 años con problemas de memoria y se pensaba que esa persona puede tenía Alzheimer.
Y mucha gente todavía piensa así. Pero nuestro estudio permite definir un síndrome diferente que ocurre mucho más tarde en la vida. A menudo, los síntomas se limitan a la memoria y no progresan e impactan otras áreas cognitivas, por lo que el pronóstico es mejor que el de la enfermedad de Alzheimer”, afirma el doctor Nick Corriveau-Lecavalier, primer autor de la publicación.
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