Para Pablo Passarello, explotar el potencial de cada artista es prioritario.
Para Pablo Passarello, explotar el potencial de cada artista es prioritario.
CRECEN LAS INICIATIVAS Y PROYECTOS

El porqué del protagonismo de los productores musicales: ¿emergente o necesidad?

Su rol en el mundo de la música, tanto independiente como mainstream, se ha tornado fundamental. Componen, acompañan, asesoran y proyectan; están detrás de cada éxito y cada nuevo comienzo. En diálogo con Democracia, referentes locales ponen el fenómeno bajo la lupa.

No comenzó con Bizarrap, David Guetta, Big One o Pharrell Williams. No es sólo cuestión de popularidad o golpes de suerte, ni tampoco de una industria que imprime a todos el mismo sello identitario. 

En el último tiempo, los productores musicales se han tornado protagonistas de la escena, al punto de trabajar con cada artista como si fuesen miembros de la banda, y conocer en profundidad sus propósitos, objetivos y aspectos en los que trabajar. 

Es que ya no es sólo en el mundo mainstream sino también en la música independiente. Para profundizar en el fenómeno, Democracia consultó a productores juninenses de renombre que dialogaron sobre su actividad y dieron su punto de vista al respecto.

El rol del productor

La figura del productor musical tiene larga data en el ámbito. El recuerdo de referentes de los setenta, como George Martin, fundamental para Los Beatles, o Tony Visconti, que trabajó junto a David Bowie; y sus sucesores de los ochenta, como Nile Rodgers y Trevor Horn, que asistieron a la profesionalización de la actividad, indican que no se trata de un rol nuevo en el mundo de la música.

No obstante, su figura de “comodín” en el trabajo a diario con las bandas a veces opaca la posibilidad de delimitar y definir de forma concisa a qué se dedican en particular.

“El rol del productor yo lo concibo con 3 aspectos: el musical, es decir, revisar las estructuras de las canciones, las letras, hacer los arreglos o ver la tonalidad; el del sonido, que es procurar que eso se escuche bien; y la gestión, lo que involucra contratar el estudio, y, en general, ver que todo esté bien”, explicó Paulina Chiarantano, técnica de grabación y productora musical.

Y agregó: “La producción no es difícil de definir, es algo muy concreto y se basa en ayudar a la banda o el artista a que pueda reflejar lo que quiera”.

En dicho sentido, es incontrastable que se trata de un trabajo personalizado y, al respecto, Javier Medialdea, productor abocado al pop electrónico, señaló que “el rol muta con los años y de acuerdo al artista con el que se trabaje”.

Además, contrario a la idea de que es el productor quien debe llevar todas las ideas a la banda, precisó que en realidad debe “guiar al artista para maximizar su obra”, incluso si eso implica intervenir de forma técnica o musical, es decir, en la composición.

En la misma línea, Pablo Passarello, que trabaja en la escena local hace ya tiempo, agregó que “el productor debe darle herramientas al artista para que pueda realizar los proyectos que quiera”, lo cual puede derivar en una búsqueda de identidad o la imposición de su impronta, como suele suceder con los productores más conocidos del mainstream.

Sin embargo, la forma de trabajar en las grandes ciudades no es la misma que en el interior, sobre todo si se trata del mundo de la música independiente. “El productor musical, y sobre todo en Junín, abarca muchas cosas”, afirmó Sebastián Colacilli, ingeniero musical y productor que trabaja en el ámbito hace más de 20 años. Además, precisó que ello implica “desde buscar y acertar con el sonido que la banda quiere, hasta interpretar al conjunto y ser un traductor y guía para mejorar el proyecto”.

Profesión en auge

Es indudable que la figura del productor musical ha sido siempre clave en el ámbito pero, desde hace pocos años, ha adquirido un protagonismo nunca antes visto. 

No se trata sólo de figuras que ya hicieron historia, como Bizarrap, David Guetta, Pharrell Williams o Gustavo Santaolalla, sino de un ascenso generalizado del rol que tiene el productor en el mundo de la música actual.

En busca de respuestas a dicho fenómeno, los referentes consultados expresaron su punto de vista al respecto.

“El rol del productor ha cambiado mucho, hoy tiene otro protagonismo”, observó Passarello, que lo atribuye “a la importancia que tiene lo individual hoy en día, y que una persona sola pueda hacer una canción”.

Es que la democratización de los recursos técnicos es señalada como el principal factor de la creciente popularidad. De acuerdo a Medialdea, “el rol del productor no es algo nuevo. Lo que cambió es que hoy en día cualquier persona puede hacer música desde su computadora, sin tantos recursos técnicos”.

Asimismo, la expansión de la música independiente ante el predominio casi absoluto que tenían las discográficas también tuvo efecto sobre dicha figura. “Hay más gente independiente y menos injerencia de los sellos, entonces nosotros ahí podemos trabajar de forma más colaborativa, y eso luego se reconoce”, explicó Chiarantano.

Por otro lado, es también notable que, en tanto figura que trabaja de forma continua junto a los músicos y bandas, la compañía que brinda el productor es irreemplazable.

Passarello reconoce que a veces oficia de psicólogo, otras de amigo, y advierte que “siempre se necesita la ayuda del productor”, porque “es la compañía para llevar adelante los proyectos”.

Es que el oído detrás de la computadora hace a un buen producto. David Grattón, productor local, señaló que “el productor le da forma a la música y al artista, exprime el talento y lleva a hacer algo muy bueno, aunque eso implique conflicto”. Además, contrario a la idea de que el mainstream sólo está dominado por ciertos géneros musicales, advirtió que “no hay un género que te lleve al éxito, eso se puede lograr con cualquier canción”.

“Cualquier éxito tiene algo bueno detrás, siempre hay algo para comunicar y mucha gente trabajando detrás”, agregó Passarello.

Un soporte, una compañía y una guía. El productor puede ser todo eso, y no puede faltar en cualquier pieza musical. Para Colacilli, se trata de “un traductor de lo que ejecutan los artistas” y, además, quien “tiene el conocimiento sobre cómo llegar a cierto punto”, la razón por la que es contratado. 

Asimismo, explicó que, “antes de elegir el estudio, conviene contratar el productor, que es quien dice dónde se va a grabar y cómo”.

No obstante, Medialdea también advirtió que el modo en que opera hoy el mainstream nacional indica que las figuras individuales son las que más suenan en los géneros urbanos, y ello deriva en que “el productor se convierte en coequiper de ellos”, incluso como compositor.

Proceso de trabajo

Hasta que el single o el disco llega a todas las plataformas para ser escuchado, hay mucho trabajo previo en el que el productor es fundamental. 

“El proceso de producción suele ser bastante largo y se necesita cierta confidencia con el artista o la banda”, señaló Chiarantano, que elige primero chequear si hay conexión y buena relación para trabajar en el proyecto.

Asimismo, cabe señalar que cada disco y cada producción son diferentes, y puede que ello no sea acorde a cualquier productor musical. “También evalúo si lo que yo puedo ofrecer o aportar a la banda le sirve, porque tal vez su propuesta no me queda cómoda”, agregó Paulina.

Por su parte, Passarello explicó que “es muy amplio, porque a veces se trabaja con músicos que llegan con una idea muy clara y otras hay que dar un mayor impulso”. 

“La mejor manera de trabajar es que haya química con el artista. La música se crea entre ambas partes”, afirmó Grattón, aunque, de fondo, la disyuntiva está en cuánto debe aportar el productor para no borrar la identidad de la banda. “Más que proponer yo, prefiero consultar y tirar del hilo para que eso salga de la banda o el artista”, señaló Paulina y, en la misma línea, Passarello explicó que disfruta de “exprimir el talento para sacar el mayor potencial”, por lo que no pondera su impronta sino la del artista.

Mirar el monitor u opinar, la línea es casi imperceptible, y ello depende de la propuesta de cada músico y lo que buscan de su productor. “Hay artistas que vienen con todo muy cocinado y necesitan un empujón de confianza, ahí el productor ayuda a cerrar la idea y aporta. Pero hay otras producciones más globales, en donde hay que involucrarse en todo el proceso”, afirmó Medialdea.

No obstante, en el proceso de trabajo, el rol del productor es también el de oficiar de “comodín” en diferentes actividades, sobre todo en el mundo de la música independiente. Por ello, Passarello observó que “el trabajo del productor se entrelaza también con la grabación, mezcla, y la participación con algunos instrumentos, pero lo ideal es que esas actividades estén separadas”.

Propuestas musicales

Dueños de un oído entrenado y un gusto musical muy heterogéneo, muchas veces, los productores musicales también ponderan su propia carrera musical y suelen tener presentaciones en vivo junto a otros artistas. 

Un claro ejemplo es el de Javier Medialdea, que lo hace desde hace mucho tiempo y se aboca al sonido experimental. Próximamente, presentará su nuevo disco, “Insert”, para explotar su faceta como artista y performer.

“Todos los productores somos músicos y tenemos nuestros proyectos. Necesitamos hacer algo para nosotros, porque trabajamos todo el tiempo con ideas de otras personas”, señaló el reconocido productor.

Por su parte, Paulina Chiarantano señaló que “está lleno de productores que no hacen su propia música porque no es necesario”, pero en su caso también opta por desarrollar ese aspecto de la carrera. “Con algunas bandas les mezclo temas y hago la producción y después me sumo a tocar en vivo”, agregó.

Para Grattón, la experimentación en el mundo de la música urbana es donde se siente más cómodo. “No hago géneros, busco nuevos sonidos con diferentes instrumentos para aportar a las canciones”, afirmó el productor, que en apoyo de los artistas solía regalar producciones y sesiones en su estudio. Para Chiaramonte, las propuestas alternativas y experimentales son también valiosas. “Me gusta lo novedoso, no me molesta que sea mainstream pero quiero que sea algo diferente”, afirmó.

Cabe destacar que Junín cuenta con una notable trayectoria musical, y son muchos los artistas locales que emprenden sus proyectos con gran nivel y dedicación. Para Colacilli, que llegó a la ciudad hace poco más de una década, “hay una calidad de bandas y músicos muy buena”, y llamó a “apoyar la movida under”.

No es el único que lo piensa. A pesar de trabajar en Buenos Aires, Medialdea sigue en contacto con Junín y observó que “hay muchos productores y buenos estudios, se ve una escena bien armada”.

En cuanto a los géneros, si bien se trata de una ciudad históricamente rockera, también han avanzado el trap y el rap, y Passarello celebró el “talento y diversidad que hay en la juventud”.

Lo cierto es que Junín y la Región cuentan con artistas talentosos que tienen ganas de crecer y se profesionalizan. Ante ello, el rol de los productores se torna fundamental. “Junín es muy potente en cuanto a artistas y bandas. Sobra comida y falta hambre, siento que falta apoyo e incentivo a la actividad”, lamentó Grattón, que anhela que “la ciudad sea reconocida por su cultura musical” y llama a la colaboración entre artistas y proyectos para lograr propuestas novedosas.

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