Santiago Kalinowski
Santiago Kalinowski, lingüista y lexicógrafo.

"Es falso decir que la lengua es inocente de los sesgos de género"

El lingüista y lexicógrafo Santiago Kalinowski aseguró que "es falso decir que la lengua es inocente de los sesgos de género" y que prohibir una "intervención" como el lenguaje inclusivo, que busca visibilizar esos desequilibrios, "es discriminatorio y afecta el derecho a la libertad de expresión".
En diálogo con Télam, el coautor del libro "La lengua en disputa: un debate sobre el lenguaje inclusivo" ratificó que el rol de la lingüística, los lingüistas y sus instituciones es "describir" las lenguas, estudiar su evolución e identificar el estándar culto de cada momento establecido por los hablantes, más "no regular su uso".
"Pero en muchos lugares se usa la autoridad cultural para tratar de intervenir el uso de los hablantes con fines políticos. Cuando la RAE condenaba nuestro voseo, la intención detrás de eso era establecer una suerte de orden jerárquico donde un grupo era dueño un estado de lengua considerado superior y designaba a los que tenían un estado inferior degradado y degradante; cuando desde el punto de vista lingüístico no hay nada más para hacer que decir en Argentina se vosea", dijo.
En ese sentido, recordó cómo durante toda la década de los '80 y por influencia de la RAE, en las escuelas argentinas se prohibió el voseo y "desde un montón de lugares se intentó que los niños dejaran de decir 'vos tenés' para decir 'tú tienes', pero la lengua no se puede gobernar" y no consiguieron dar marcha atrás con este cambio lingüístico, "porque además los alumnos y alumnas son seres críticos, que después vuelven a sus casas y los contenidos de la escuela tienen que competir con los que se producen allí".
"En todo ese panorama, aparece una intervención del discurso público (el lenguaje inclusivo) que elige ciertas palabras y les produce un cambio que no codificado, que no forma parte del sistema lingüístico como lo conocemos -aunque provenga de allí- que tiene como objetivo crear conciencia sobre la persistencia de la desigualdad de género, y por eso expresa un posicionamiento político", puntualizó el también director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, aunque no expresa la postura institucional.
No obstante, "no se trata de un cambio lingüístico como el que hizo que nosotros usemos el vos, sino de una intervención del discurso" como lo fue el intentar eliminar el uso del vos, "pero no por ser (el lenguaje inclusivo) una intervención está mal", dijo.
"Muchos hablantes tomaron la decisión de intervenir palabras referidas a seres humanes con el objetivo específico de crear conciencia sobre la desigualdad de género y tratar de inducir a que cambien los consensos, la cultura para terminar impactando en el modo en que se ordena la sociedad en general. Es una intervención discursiva, es un recurso retórico", agregó.
A diferencia de las intervenciones en la lengua, "el cambio lingüístico tradicional es inconsciente, nadie lo decide, va sucediendo, lo hacemos todos y nadie al mismo tiempo" y "la dimensión del cambio que implicaría el inclusivo es enorme" porque tendría impacto gramatical y morfológico.
"Es probable que no sea gramática, pero el lenguaje inclusivo no busca ser gramática, su objetivo es otro, es impactar socialmente", agregó.
Por otro lado, Kalinowski aseguró que la lengua tiene un sesgo ideológico de género "como también racistas y antisemitas".
"A la lengua no se la encuentra hecha, la hacemos los hablantes, y es bastante esperable que esté atravesada por los sesgos y dinámicas de poder de las sociedades que las hablan. Acá hubo un monopolio ancestral del varón que tuvo una especie de correlato en el modo en que se codificó el género en la lengua; porque no se puede disociar el hecho que se tome el masculino como genérico, del hecho que los lugares de visibilidad era masculinos, que el paisaje humano era masculino. Eso no se puede disociar de la historia social ancestral de la especie que es androcéntrica", dijo.
Y así como el sesgo ideológico de género aparece en lo lexicológico (y perra no es solo el contrario de perro como zorra no lo es de zorro, por ejemplo) "también es esperable que haya sesgo ideológico en las reglas gramaticales" y más bien "lo no esperable es que una lengua no se tiña de los sesgos vigentes en la sociedad que hable esa lengua.
"Las lenguas son ideológicas, es falso decir que la lengua es inocente de los sesgos de género. Sostener lo contrario es un absurdo", dijo.
En este contexto, "dado que la intervención del lenguaje inclusivo está muy marcada políticamente con el objeto de modificar el entorno político y cultural en el sentido del rechazo de la predominancia del varón", es una forma de pronunciamiento político y como tal "no lo podemos prohibir porque estaría afectando su libertad de pronunciarse políticamente ante un tema
"Si le prohibís a alguien su derecho a hablar con ese lenguaje inclusivo, no le prohibís solo esas palabras, sino las ideas que hay atrás, y esto es un rasgo discriminatorio que afecta el derecho a la libertad de expresión", concluyó.
No obstante y por las mismas razones aseguró que "estigmatizar a alguien porque usa la 'o', es problemático", porque además ese uso responde a "la lengua tal como está codificada" y el genérico masculino se utiliza hasta "de manera inconsciente".

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