Educación para el Desarrollo Sostenible: la piedra angular del nuevo modelo de enseñanza

Educación para el Desarrollo Sostenible: la piedra angular del nuevo modelo de enseñanza

A principios de este año, la Argentina renovó su compromiso con la agenda 2030, con la firma de la carta de intención por parte de la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Marisol Merquel, y el coordinador de ONU Latinoamérica, Roberto Valente. A través del documento, se comprometieron a triplicar esfuerzos con miras al cumplimiento de la agenda, construyendo consensos que abran espacio al diálogo y al trabajo conjunto de las instituciones en el país.

El cuarto objetivo hace alusión a la educación de calidad, entendida como el vehículo que permite la movilidad social ascendente, un elemento clave para salir de la pobreza. En la meta 4.7 se contempla que todos los niños y niñas puedan adquirir los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para la promoción del desarrollo sostenible a través de la educación, y lograr cumplir con los demás objetivos de forma transversal. Y no es para menos. Es necesario repensar el rol de la educación en el desarrollo mundial general, ya que su efecto es por demás catalizador de bienestar para todas las personas.

Es en este momento, que la educación debe estar en línea con los desafíos y metas a nivel global, promoviendo valores que conduzcan al crecimiento sostenible e inclusivo de los estudiantes. Es por esta razón que la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) busca desarrollar competencias en los estudiantes, que los empoderen e inviten a la reflexión respecto de su actuar, teniendo en cuenta las consecuencias económicas, culturales, sociales y ambientales desde el punto de vista local y global.

En este sentido, la EDS habrá de concebirse como la piedra angular de una educación de calidad y ser incorporada en la currícula de los colegios públicos y privados desde el jardín de infantes hasta el secundario. Esta educación no solo busca ser transformadora y holística, integrando contenidos de las diferentes problemáticas sociales planteadas en la agenda 2030, sino que además busca crear espacios de aprendizaje cuidados, interactivos y centrados en el estudiante.

Esta pedagogía orientada a la acción se caracteriza por su tendencia hacia la resolución de problemas, la creación de vínculos, la transdisciplinaridad, el aprendizaje autodidacta y el trabajo colaborativo, entre otras competencias claves para fomentar el desarrollo sostenible. Además, la EDS promueve en los estudiantes, la adopción de estilos de vida sostenibles, la igualdad de género, la ciudadanía mundial, la diversidad cultural y la no violencia, permitiendo la transversalidad de dichas competencias, haciéndolas extensibles a los demás objetivos.

COMENTARIOS