Cuando el año pasado la Organización Mundial de la Salud abrió una cuenta oficial en Tik Tok ( que con sus 800 millones de usuarios es la red social más utilizada por el público juvenil) quedó claro que la necesidad de llegar a los adolescentes con información veraz sobre el Covid no podía verse obstaculizada por prejuicios en torno a los nuevos recursos para comunicar.
En medio de la desinformación y las noticias falsas, tanto agencias de salud como divulgadores científicos no han dudado en recurrir a influencers, memes y plataformas no tradiconales como TikTo para acercar noticias relacionadas con la pandemia a un público más juvenil.
Uno de las primeras organizaciones en explorar nuevos recursos con ese propósito en nuestro país fue la Red Interuniversitaria de Áreas de Prensa y Comunicación (Rediap), donde buscan hacer circular la información científica con otro tipo de estética aunque la misma veracidad y confiabilidad que en un sitio oficial.
“Hoy en las generaciones más jóvenes la circulación de información se da en formatos como Tik Tok Con otro tipo de lógica, que va en relación con el fenómeno de los influencers. Este tipo fenómenos ponen en manifiesto que tanto la producción como la divulgación de la ciencia no pueden estar desconectadas de las prácticas culturales de los públicos”, explica Malvina Rodríguez, coordinadora ejecutiva de la Rediap.
El video minuto, difundir contenidos científicos en una historia, los podcasts y hasta la exploración de nuevos formatos como los “memes” constituyen “formas culturales que hoy son parte de la comunicación, sobre todo de los más jóvenes”, comenta la especialista en comunicación.
Los medios universitarios que forman parte de esta Red trabajan en la conformación de un Banco Universal de Contenidos Audiovisuales en Salud, con videos de fácil difusión que tengan la estética de la redes sociales, en especial de Tik Tok.
La pandemia puso en evidencia no solamente la importancia de comunicar la ciencia, sino también de combatir la desinformación
En este contexto de pandemia, con la proliferación de noticias falsas, “la información de medios universitarios es información veraz, sin distorsiones, con fuentes directas y chequeadas, se trata de difundirla de una manera más descontracturada”, asegura la coordinadora de Rediap.
Si bien reconoce que la descontracturación en las formas de divulgar la ciencia es un fenómeno que se viene dando desde hace años, Rodríguez cree que la pandemia la aceleró.
“Siempre hubo algo como aburrido, frío en el mundo científico. Ahora pretendemos no rechazar los formatos a los que podemos dar otro tipo de contenidos; aunque sabemos que entre loscientíficos existe cierto rechazo a trabajar con la lógica del youtuber, del influencer o de Tik Tok”, expresó.
“Se está avanzando en una mejor comunicación de la ciencia”, dice por su parte Emanuel Pujol desde la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad de La Matanza, que divulga sus materiales por Facebook, Youtube e Instagram”.
“Al aumentar el flujo de información científica por la pandemia, también se incrementa el flujo de información equívoca. Durante la pandemia, periodistas de cualquier especialidad se vieron en necesidad de hablar de temas en los cuales no eran especialistas”, comenta Pujol.
Con la irrupción del coronavirus “hubo que salir a la trinchera; el Estado con todas sus herramientas, los medios públicos y los medios universitarios tuvimos que salir a contrarrestar la infodemia, la subinformación, la mala información o la información verídica presentada de manera confusa o mal contextualizada”, dice Rodríguez.
“Tratamos de transmitir los temas más complejos en un lenguaje accesible. Nadie puede garantizar la total decodificación de parte del que recibe la información, la gente hace su propia interpretación”, cuenta Matías Loewy, editor de noticias de la Agencia Científica del Instituto Leloir.
“No es tan fácil garantizar que el sentido que tenga la información científica sea el sentido de la información que el comunicador quiere que le llegue a la gente”, destacó el profesor de cursos de periodismo científico que se dan en el Instituto Leloir.
Para Loewy, “comunicar la ciencia es algo dinámico, no es dogmático. Uno comunica con los datos que tiene en el día, lo cual puede cambiar si surge otra evidencia”.
“Plantear que la gente tenga una alfabetización científica es algo que llevará muchos años, pero para evacuar la duda sobre la seguridad y eficacia de una vacuna no se puede mirar lo que le pasó a un familiar o a un famoso. Hay que mirar los ensayos clínicos”, destacó Loewy, para quien “un científico puede participar del diálogo en redes, pero no se puede obligarlo a hacer algo que no le sale o no siente”.
INFLUENCERS, MEMES Y TIKTOK
Estrategias en redes para hablar de Covid
En medio de mitos y noticias falsas sobre la pandemia, tanto la OMS como otras agencias científicas buscan cómo acercarse al público juvenil
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