Oliver Daemen, Mark Bezos, Wally Funk y Jeff Bezos (de izquierda a derecha) a poco de aterrizar
Oliver Daemen, Mark Bezos, Wally Funk y Jeff Bezos (de izquierda a derecha) a poco de aterrizar
UN HITO EN LA CARRERA POR EL TURISMO ESPACIAL

Bezos cumplió el gran sueño de ir al espacio

El dueño de Amazon cruzó ayer el límite de la atmósfera terrestre en una cápsula de su propiedad, Blue Origen

Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, concretó ayer el sueño de tripular su propia nave espacial y el mundo tuvo un pequeño adelanto de lo que podría convertirse en la nueva diversión de multimillonarios: flotar algunos minutos mirando la Tierra desde lo alto.
Durante poco más de diez minutos, el empresario estadounidense y los otros tres tripulantes -su hermano Mark, una aviadora de 82 años y un joven de 18-, cruzaron ayer el límite de Karman, una frontera imaginaria que separa la atmósfera terrestre y el espacio exterior a bordo de la nave reutilizable New Shepard. “¡Es increíble!”, “¡Ay Dios!”, gritaron los cuatro casi al mismo tiempo cuando la New Shepard pasó los 100 kilómetros de la Tierra, alcanzó la gravedad cero y sus cuerpos comenzaron a flotar.
Emocionada, Wally Funk, la mayor del grupo, se abalanzó sobre Bezos para abrazarlo mientras a un costado Oliver Daemen, el menor, daba vueltas carnero. Los cuatro tripulantes se chocaron dentro del pequeño habitáculo y gritaron de felicidad. Alguien lanzó pelotitas de color naranja que contrastaban con el azul eléctrico de sus trajes.
El video fue subido por Bezos, fundador de Amazon, a su cuenta de Instagram poco tiempo después de que su aventura concluyera y es quizás, una pequeña muestra de lo que el empresario busca con Blue Origin, su compañía, un turismo espacial y de elite para divertir multimillonarios. Bezos no anunció todavía cómo serán los programas para conocer ese espacio exterior que hasta ahora parecía sólo terreno de astronautas. Sin embargo, el único lugar disponible en la nave fue subastado en 28 millones de dólares.
Diez minutos más tarde de la hora prevista, las 10.10 de Argentina, la New Shepard fue lanzada desde una instalación remota en el desierto del oeste de Texas llamada Launch Site One, unos 40 kilómetros al norte de Van Horn, la ciudad más cercana.
A los siete minutos del lanzamiento, la nave se separó de la cápsula que transportaba a Bezos y sus acompañantes y regresó sana y salva a la base. En el espacio, colgado de tres paracaídas quedó flotando el pequeño habitáculo que lentamente emprendió el regreso a la Tierra hasta aterrizar en medio del desierto. Desde la ventanilla se podía ver al empresario sonriente y con los puños en alto.
Pocos minutos después salieron los cuatro tripulantes. Hubo gritos y festejos con champagne y sombreros de cowboys. El vuelo duró poco menos de once minutos que se pudieron ver en directo desde BlueOrigin.com.
En su hazaña espacial, Bezos estuvo acompañado por su hermano Mark, un financista que dirige la Fundación Familiar Bezos y trabaja como bombero voluntario. Además, el despegue quedó a cargo de Wally Funk, una mujer de 82 años y una leyenda de la aviación, quien ayer se convirtió en la persona de mayor edad en volar al espacio. Por el contrario, Oliver Daemen, el cuarto tripulante, fue, con 18 años, el más joven luego de que su padre participara de una subasta para conseguirle un lugar.
La misión de Bezos se concretó después de que el fundador de Virgin Galactic, el magnate británico Richard Branson, realizó el domingo de la semana pasada el primer viaje de turismo espacial.
Branson ya anunció que podría comenzar sus operaciones comerciales a principios del próximo año. Y ya lleva vendidos unos 600 billetes que costaron entre 200.000 y 250.000 dólares cada uno. A este duelo espacial entre multimillonarios se sumará en septiembre Elon Musk, quien lanzará Space X con la que también busca sumarse a la carrera del turismo espacial.

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