Enfermeros en la pandemia: Indispensables en la lucha contra el Covid
PERSONAL DE SALUD

Enfermeros en la pandemia: Indispensables en la lucha contra el Covid

Hace un año, el mundo cambió y ellos, junto con los profesionales y los equipos médicos, se convirtieron en los esenciales de la lucha contra el coronavirus. Qué enseñanzas dejaron los últimos 12 meses para el personal y cómo se enfrenta lo que viene.

Hace un año se declaraba en Argentina el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) como respuesta al avance de la pandemia de coronavirus que ya había llegado al país. Desde ese momento, la vida de todos cambió rotundamente. Se terminaron los besos, los abrazos, las salidas y las visitas. Nadie debía salir de su casa salvo para cuestiones esenciales: alimentación y salud.
Mientras la mayoría de las personas se quedaron puertas adentro trabajando de forma remota, unos pocos -o no tanto- fueron declarados personal esencial y debieron continuar su rutina laboral en un escenario de total incertidumbre.
El personal de salud fue el encargado de poner el cuerpo ante la COVID-19 en una lucha desigual y hoy se prepara para volver a dar batalla.

Tiempos difíciles
Varias veces en el testimonio de Natalia Vega se repite una frase de la que nadie duda pero que solo los trabajadores de la salud y quienes perdieron a sus seres queridos por el virus pueden comprender en otra escala: “Fue un año muy difícil”.
Natalia es enfermera de terapia intensiva en el Sanatorio Junín y vivió como nadie lo que fue el impacto de la pandemia en la ciudad.
“El año pasado me tocó estar desde el inicio de la pandemia hasta fines de año, que me infecté, como todos mis compañeros porque no estuvimos libres de contraer la enfermedad, debido al tiempo de exposición a pacientes críticos de Covid y que requieren de asistencia mecánica ventilatoria. Hay mayor riesgo a contraer la enfermedad por esa exposición”, contó en diálogo con Democracia.
“Fue un año muy difícil, sin licencias, ni vacaciones, trabajando más de un día turnos dobles, porque obviamente tuvimos muchas bajas de personal, algunos con certificados por ser personal de riesgo. Y a los que se fueron enfermando hubo que cubrirlos en el aislamiento. Estuvimos complicados como todas las clínicas en este contexto”, aseguró.
Lo más difícil, en líneas generales, “fue la exposición en el trabajo, y también se nos hizo muy difícil estar lejos de la familia. Fue un año muy difícil”.
Ante el inminente rebrote, aseguró: “Esperamos que este año, más allá de quienes recibieron la dosis completa de la vacuna o los que recibieron una, creemos que eso va a ayudar un poco, el impacto no sea tan grande como fue el año pasado”.
No obstante ello, remarcó que “las medidas siguen siendo las mismas, distancia social, lavado de manos, cubreboca y nariz que nos aísla de posibles contagios y que debemos respetar”.
“El año fue difícil para todos, socialmente, económicamente y también fue difícil para las clínicas. Uno quiere pensar que si esperamos una segunda ola,  no sea tan difícil como la primera y que podamos estar más tranquilos en nuestra tarea esencial”.
“Como referente de los trabajadores de la salud, apoyo a mis compañeros en este momento difícil que pasamos y en el que todos pusimos voluntad y vamos a seguir. También por los que quedaron en el camino en todo el país. Y por todos los equipos de trabajo de salud, no solo enfermeros y médicos, sino personal de limpieza, camilleros, todos”, concluyó.

Alertar y concientizar
Maricel Martínez,  coordinadora provincial del servicio de inmunización del HIGA, se encuentra hoy a cargo de la vacunación de Covid en la posta del Hospital. Desde su tarea, hoy clave para la inmunización de la población contra el coronavirus, asegura que es esencial promover en todo momento el cuidado y la prevención para que la sociedad no se olvide de lo que estamos atravesando y los riesgos que conlleva.
“Veo que la gente se está relajando mucho y no hay una verdadera conciencia de lo que es el virus. Noto que la población en general se ha relajado”, reflexiona con preocupación.
“Por pensar en tener las dos dosis, muchos piensan que ya está y no es así. Eso va a reducir el impacto, a calmar el virus, pero no evita el contagio. Podemos contagiar y por eso hay que seguir cuidándonos a pesar de las vacunas”, explicó.
“Creo que en eso se ve la empatía social, ¿qué tanto pienso en el otro?”, destacó.
Aseguró que desde su lugar, como trabajadores de la salud: “Necesitamos desde nuestro lugar promocionar el seguirnos cuidando. No ser precursores del ‘está todo bien’. Hay que seguir alertas y cuidarnos”.
De hecho, aseguró que trata de cumplirlo no solo desde su lugar de trabajo sino en todo lugar: “Yo vivo promoviendo el cuidado, el uso de barbijo, evitar los contactos, no juntarse, mantener la distancia. Y consultar a los profesionales y no automedicarnos en este contexto”.
“Uno puede pensar en lo que vivimos el año pasado, en cómo encontrarle la vuelta para que la gente entienda que corre peligro la vida. Incluso quienes ya lo tuvieron pueden contagiarse de nuevo y no ser tan simple”, porque el rebrote trae además una nueva cepa, nuevos vectores: “No se pueden prever”.

“Esto no ha pasado”
Antonela Culaciatti, licenciada en Enfermería y especialista en Epidemiología y Control de las Infecciones, se desempeña en infectología y en terapia de adultos en el Hospital Interzonal.
También aseguró que atravesaron un año muy complejo y que nada terminó aún en cuanto a la pandemia.
“Fue muy complejo todo en medio de la pandemia, la necesidad de una reestructuración de funcionamiento, de recursos humanos, fue un aprendizaje de golpe”, aseguró. 
A su vez, remarcó que “esto no ha pasado, un año no es nada en tiempo en una pandemia, pero sirvió para aprender, porque esto va a seguir”.
Antonella alertó que “la vacunaciones es una medida superefectiva pero vamos a tener que seguir trabajando, no nos vamos a poder relajar, ni nosotros ni la población. Pero nosotros solos no podemos modificar nada si la población no acompaña”.
“Hasta que nos adaptemos a esto, hay que seguir reforzando las medidas, que son lo más efectivo que tenemos junto con la vacuna. Y velar por la salud de aquellos con factores de riesgo, los adultos mayores, los chicos”, consideró.
Aseguró que “el aprendizaje fue muy de golpe, abismal. No dio tiempo. Y claro que como personal de salud estamos cansados, lo veo en mí, en mis compañeros. Pero seguimos trabajando para ayudar al paciente, que es nuestro objetivo”.

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