Raquel Petraglia.
Licenciada en Psicología, Raquel Petraglia.
SOCIEDAD

Tiempos de espera: ¿cómo impacta la pandemia en cada adolescente?

Hay rasgos que se visualizan según el adolescente, “su circunstancia, sus recursos psíquicos y su familia”, dice la licenciada Raquel Petraglia, al ser consultada por Democracia.

Durante el transcurso del denominado aislamiento social, preventivo y obligatorio, uno de los grupos etáreos afectados fue el de los adolescentes.
En este aspecto, suceden situaciones de vida observadas por los mayores, a veces con preocupación, y también ansiedad, esperando que la aparición de una herramienta médica pare los contagios y se vislumbre una “nueva normalidad”.
Al ser consultada por Democracia, la licenciada Raquel Petraglia, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Filial Junín, y del Centro de Estudios Psicoanalíticos, se refirió a cómo viven quienes transcurren la adolescencia en aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Cabe aclarar que la licenciada se refirió a chicos cuyas edades son desde la pubertad (entre los 10 u 11 años), hasta los 18 a 19 años inclusive, con los que viven en familias de clase media.


La profesional también evitó las generalizaciones, es decir mostró que cada persona vive distinto, según su circunstancia, sus recursos psíquicos y su familia.
“A partir de la aparición del Covid-19 y el consecuente confinamiento ante la posibilidad de contagio, han y están apareciendo diferentes reacciones frente al mismo. Es una situación inédita que nos sorprendió a todos, nos llena de temores e incertidumbres”, comenzó diciendo la licenciada Petraglia.
Tras recordar que en la adolescencia se reconfiguraban los vínculos con los padres y pasaba al primer lugar el grupo de pares, apuntó que había “una necesidad de salir paulatinamente de la endogamia del grupo familiar y una búsqueda de autonomía”.
“Este confinamiento ha hecho que muchos padres e hijos convivan varias horas en su casa. Hay padres que trabajan online en el caso de que hayan conservado sus trabajos; hijos que permanecen horas delante de las pantallas por la educación a distancia o como única forma de comunicación con el afuera”, planteó el panorama, la licenciada Petraglia.

La reacción
Según lo expuesto, esta situación podía reavivar viejos conflictos familiares u originar nuevos. 
“Los hábitos se trastocan. Hay jóvenes que realizaban, más allá de la asistencia al colegio, otras actividades como deportes, práctica de idiomas, asistencia a clubes, salidas, reuniones de amigos, fiestas, etc. etc. y con esto han tenido que renunciar a estos encuentros ante el confinamiento obligatorio y responsable”, afirmó.
Otro aspecto que mencionó es que había quejas por falta de privacidad, no solo por parte de los adolescentes sino también sus padres. “Teniendo en cuenta las diferencias, según el medio social y económico donde ellos se desarrollan, me estoy refiriendo en general al adolescente de clase media”, aclaró.
La psicóloga dijo que no había que generalizar ni decir “los adolescentes”, porque “las generalizaciones no eran válidas.
“Se trata de saber cómo impacta la situación que estamos travesando en cada uno de ellos, respetando la singularidad. De cómo impacta según sus recursos psíquicos y sus circunstancias, las características de la familia, la pertenencia a una clase socioeconómica determinada y cómo ha impactado en esa familia esta pandemia”, dijo.


Según lo observado por la licenciada Petraglia, no todos los adolescentes actuaban igual en este confinamiento obligatorio.
“Hay jóvenes que han acrecentado las inhibiciones, las fobias sociales y vemos que se aíslan y eligen no salir. Otros transgreden las recomendaciones o los protocolos y niegan la gravedad de un contagio. Esto último lo vemos en la desarticulación contínua de fiestas  clandestinas”, apuntó.
“Se nota el abuso de las pantallas, la desorganización con los horarios, en  algunos la apatía, el aumento de las agresiones, trastornos del sueño, falta de interés en el aprendizaje y las tareas escolares, desánimo; otros reaccionan con respuestas creativas, encuentros virtuales con sus amigos, películas en simultáneo, lectura a través de internet o de libros, preocupación por realizar actividades físicas, se anotan en cursos virtuales, inventan emprendimientos que le reportan no solamente una salida creativa sino salidas laborales inclusive; otros piden ayudas terapéuticas”, dijo.
Acotó que “en realidad estamos atravesando esta situación y no sabemos aún cuales van a ser las secuelas en nuestros jóvenes y aún en nuestra sociedad”.
Respecto a si los adolescentes eran en general renuentes a cumplir los protocolos, dijo que la respuesta era variada, según cada caso: “ algunos se adhieren a los protocolos en caso de inhibiciones o de familias más rígidas, y otros los trasgreden como saliendo o juntándose o negando la posibilidad de un contagio”.

Los de 6° del secundario
Una situación referida por la especialista, es la de los chicos que están terminando el colegio secundario. “Entre las cosas que tuvieron que renunciar, están todos los rituales de despedida: el viaje a Bariloche, la fiesta, la entrega de diplomas, las movidas que realizan durante todo el año como forma de despedida. Estos jóvenes han sido muy afectados, y los que ingresan al Secundario, también, porque es una nueva etapa que han tenido que hacer desde su casa”, dijo.
“También están los que tenían proyección de futuro, el ingreso a la facultad, algunos incluso se habían trasladado a otras localidades como para realizar sus estudios, tuvieron que volver y dejar postergado ese proyecto de desprendimiento de la familia y engancharse a estas nuevas formas de aprendizaje y de conexión a través de las redes, con todo el esfuerzo que eso implica”, acotó.

“Cansados”
“En general se los nota cansados y sin saber cuándo termina, entonces algunos han abierto la posibilidad de salir. Otros, los padres están luchando para que vuelvan para reinsertarse en su grupo de amigos o para que retomen sus hábitos cotidianos, incluso se pasan durante muchas horas durante la noche, pegados a la pantalla, jugando a juegos, dejando de lado todas las demás actividades e intereses que tenían, y otros, como dije, han reaccionado de una forma más creativa”, describió la profesional, al referirse al amplio abanico de adolescentes.

El amor
La licenciada Petraglia también abordó un punto, que si bien no denonima amor, podemos decir que es un nuevo “sentir” que viven los adolescentes en esta etapa de su vida.
“Los adolescentes están justo en una etapa que están con el interés de formar una pareja, o de sus primeras experiencias de formación de parejas y la necesidad de contacto físico-corporal – dijo- . Evidentemente este confinamiento ha retrasado estos encuentros y ha tenido que renunciar a ese contacto físico, ese despertar sexual en relación al otro. También eso se ha visto postergado, la necesidad de conocerse, de formar pareja, de enamorarse, entonces se está reduciendo a encuentros virtuales, el conocimiento de nueva gente pero con la renuncia al contacto físico que es tan importante en este momento”.

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