Nazareno Quiroga freestyle
Nazareno Quiroga (Qydenz), en su video “Sale Natural”.
RIMA URBANA

La movida del freestyle, rap y trap: un fenómeno joven que crece en Junín

Son las bandas sonoras del presente y Argentina es la gran usina de artistas. Es un fenómeno que tiene un trasfondo profundo, ligado a la existencia de una generación joven, con sus contradicciones, sus tradiciones, sus valores y sus transformaciones a través del tiempo.

Hoy en día es imposible no saber qué es el freestyle, no conocer a algún rapero o no haber escuchado alguna rima viral de trap. 
Pero lo que es importante saber de este fenómeno es que tiene un trasfondo profundo, ligado a la existencia de una generación joven, con sus contradicciones, sus tradiciones, sus valores y sus transformaciones a través del tiempo.
Detrás de los videos de recopilaciones, hay un sentido de pertenencia con la cultura del hip hop, forjado por la plaza y el barrio, que genera que el lazo entre la escena y los jóvenes sea cada vez más fuerte.
En Junín el freestyle empezó a pisar con fuerza hace más de cinco años en las plazas de la ciudad donde se llegan a concentrar hasta 200 personas (entre jóvenes de todas las edades) en cada evento que se organiza a través de las redes sociales.
En Plaza Soulet, Villa Belgrano y en el Skatepark a la vera del ferrocarril, antes de la pandemia, cada fin de semana las batallas frente a frente se lucían acompañadas por la música que sale de la propia voz de algún espectador que le da color a ese contexto de expresión e improvisación.
Los horarios y detalles, hasta el 20 de marzo, se informaban a través del Instagram y Facebook “Desli Free”.

“La explosión del rap”
En diálogo con Democracia, un cantante de nuestra ciudad, Nazareno Quiroga (Qydenz), recordó: “El 2013 fue un año de gestación del rap y Freestyle, donde casi no había raperos old school y estaba el Chango Logan. El hip hop llegó a Junín por los grafiteros y bboys y bgirls. Fueron años de aprendizaje y había un nivel básico, pero estaba buenísimo por el valor de ir al lugar, a juntarse con gente de afuera”.
“En ese momento no era tan usual que un rapero tenga temas subidos a internet, ya que además no había la misma accesibilidad a la información que hay hoy. Lo mismo sucedía para aprender a hacer freestyle, ya que no se veían chicos subiendo videos”, informó.
Entre 2015 y 2016 “se empezó a ver la explosión del rap, que empezó a tener mayor visibilidad por las redes sociales e iba más gente a las competencias, que se animaba a participar más allá de no ser del palo del hip hop. Apareció gente con mucho flow, muchas técnicas para rapear y creció muchísimo el nivel”.
“Por ejemplo hace tres años atrás, el juninense Darío Felipín empezó a ir a escuelas a rapear  y organizó una competencia en la que se creó un ambiente más familiar a la hora de empezar a competir”, recordó. 
"Esto hace que se genere una renovación en la generación del freestyle, ya que los raperos que iban hace cinco años a las competencias, hoy están enfocados en sacar sus temas y difundir por ese lado, junto a producciones visuales", dijo. 

Del freestyle a la composición
El Quinto Escalón fue un encuentro de batallas de freestyle rap. El mismo se organizaba domingos de por medio en el Parque Rivadavia, ubicado en el barrio de Caballito en la Ciudad de Buenos Aires. Llegó a ser la competencia de plazas más concurrida de Argentina.
Este fenómeno del Quinto Escalón en 2016 marcó un antes y después, ya que “se abrió una industria musical. Por ejemplo el Duki ganó una de esas competencias, sacó el tema ‘No vendo trap’ que es cuando explotó el trap y empezaron a surgir más artistas”, afirmó Nazareno.
“En ese entonces fue cuando salió la posibilidad de que puedas vivir de tu música que hoy está en auge y poder vivir también del freestyle a nivel competitivo y si querés llevarlo a más podés hacer tus canciones con tus conceptos. Hay una industria que está creciendo”, subrayó.
“Yo lo considero más trascendental el escribir y sacar un tema y creo que por eso se le está dando más lugar a los roles de los productores musicales que te graben, alguien que te filme el video, y que te edite la portada para subir a Spotify”, concluyó.

“Un estilo de vida”
Darío Felipín, otro rapero de Junín, que hace unos meses largó su nuevo clip “Que no se corte”, aseguró: “Lo que está pasando actualmente es una locura, con solo el hecho de tomarlo como un estilo de vida. Hace varios años me lo planteé. Dejé muchas cosas de lado y siempre quise comunicar esa tranquilidad de que no es nada malo. Hay muchas cosas buenas detrás de esto”.
“Yo primero arranqué a competir en las clásicas batallas de freestyle, como los payadores de antes, con la diferencia que se hacen en plazas. Yo comencé a competir en 2016 con ‘El Coliseo de la rima’ que se organizaba en Plaza Soulet”, afirmó.
“Después cuando empecé a escribir canciones y cantar en vivo me di cuenta que eso era lo que me gustaba, más allá de la competencia. Desde ahí empecé a dar shows, hacer videos clip y hace años que me dediqué a organizar talleres”, subrayó.

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