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Vista aérea de 'La Guerida'.

La casa de verano de los Kennedy, vendida por 70 millones de dólares

Se la conoce como ‘La Guerida’ y fue una de las propiedades más amadas por el clan Kennedy. En ella, John Fitzgerald Kennedy escribió el discurso con que inauguraría su breve pero inmortal mandato, en 1961. También fue el lugar donde JFK pasó su último fin de semana antes de ser asesinado en Dallas, en 1963.

En manos de la familia hasta 1995, ha vuelto a ser vendida. Y por una cifra exorbitante: 70 millones de dólares, 62,5 millones de euros al cambio actual. El comprador final es un misterio, pues ha sido inscrita a nombre de un fideicomiso que gestiona una abogada local.

En el 1095 N de Ocean Boulevard, Palm Beach (Florida), y mirando al Océano Atlántico, fue denominada la White Winter House, es decir, la Casa Blanca de invierno. JFK celebraba conferencias de prensa y reuniones presidenciales en La Guerida e incluso mandó construir un búnker nuclear en la Isla del Cacahuete, entre Palm Beach y West Palm Beach.

Construida en 1925 y diseñada por el famoso arquitecto Addison Mizner, la mansión consta de tres edificios con 11 habitaciones y 14 cuartos de baños, cancha de tenis, piscina y un garaje para cuatro coches, ocupando algo más de un kilómetro cuadrado sobre más de 4.000 metros de terreno.

Aunque los Kennedy eran muy proclives a dejarse ver en Cape Cod (Massachusetts), la infancia del presidente más famoso de EEUU sucedió aquí. A JFK le encantaban las hamburguesas del Hamburger Heaven (cerró en 2012) y asistía a misa dominical en la iglesia de San Eduardo; su banco favorito está marcado con una placa: JFK rezaba aquí.

Joseph F. Kennedy, padre de JKF, compró la finca en 1933 por 120.000 dólares de la época y no salió de la familia hasta 1995. El comprador de entonces, John Castle, volvió a venderla 20 años después por 27,6 millones de euros a Jane Goldman, hija de Sol Goldman, magnate que llegó a ser uno de los más importantes propietarios de Nueva York. Ella encargó una ambiciosa renovación de toda la finca a la firma Pembrooke & Ives .

El comprador se hace con una propiedad soberbia pero en la que apenas queda rastro de la única familia real que ha conocido Norteamérica. En 2015, John Castle subastó multitud de objetos de su herencia, hasta 153, entre los que se hallaban muebles de caoba Luis XV, las camas de nogal y una mesa de masaje que usaron John F. Kennedy y su familia.

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