"Gritan que no respira", fue uno de los desesperados llamados al servicio de emergencias 911 minutos después de la violenta golpiza a Fernando Báez Sosa que derivó en su muerte, el sábado pasado en Villa Gesell. En los audios que se difundieron se escuchan los diálogos entre la Secretaría de Seguridad local y el centro de emergencias, para pedir una ambulancia para atender a la víctima en momentos en que todavía estaba vivo.
La primera llamada fue a las 4.55 de la madrugada del sábado, cinco minutos después del homicidio. "Hola, llamo desde la Secretaría de Seguridad. Tengo un masculino en Le Brique. Le dieron una golpiza y quedó inconsciente. Está muy golpeado", indicaron desde el municipio, y mencionaron el boliche frente al que se produjo el homicidio.
Apenas tres minutos más tarde, a las 4.58, se produjo la segunda comunicación, con un contundente reclamo para que la ambulancia rápidamente al lugar. "Tengo dos, tres llamados del mismo evento. Gritan que no respira. Dale", exige la operadora, de acuerdo a los registros de las llamadas que difundió Crónica TV.
Por el homicidio están detenidos diez rugbiers, que fueron arrestados poco después del asesinato en una casa que habían alquilado para pasar sus vacaciones a pocas cuadras del boliche. Por el caso la fiscal Verónica Zamboni imputó a los rugbiers Máximo Thomsen y Ciro Pertossi como coautores, por "homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas", por haber provocado la muerte de la víctima.
Mientras que a los otros ocho imputados los consideró "partícipes necesarios". Se trata de Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Alejo Milanesi, Enzo Comelli, Juan Pedro Guarino, y Blas Cinalli, que están acusados de haber impedido que los amigos de la víctima pudieran auxiliarlo.
Además dispuso la liberación de Pablo Ventura, el último de los jóvenes detenidos por el hecho, ya que no pudo probar que haya estado en esa ciudad balnearia al momento del asesinato. El propio Ventura había declarado el lunes ante la fiscal que estaba en Zárate al momento en que se produjo el crimen. Había sido incriminado en la causa por los rugbiers imputados en la investigación.
Los rugbiers detenidos por el homicidio estaban lúcidos al momento de la detención, de acuerdo a los investigadores. El fiscal general de Dolores Diego Escoda le dijo a TN que "nada indica que estuvieran bajo los efectos de alcohol o drogas" cuando los arrestaron en una casa ubicada a pocas cuadras de la escena del crimen, vivienda que habían alquilado para pasar sus vacaciones.
Dijo además que "estaban ubicados en tiempo y espacio", que se les hizo un informe médico y que todo indica que no habían consumido alcohol ni otras sustancias. Explicó que el delito por el que están acusados los imputados tiene una pena de prisión perpetua y que luego de la realización de las ruedas de reconocimiento se determinará si se les mantiene o les modifica la calificación.
Consideró que los acusados "tuvieron la intención de matar" a Báez Sosa, como finalmente ocurrió. "Teniendo en cuenta la cantidad de personas que agreden, el carácter de los golpes, la forma, y la violencia nosotros sostenemos por ahora desde la fiscalía que la intención claramente era dar muerte", afirmó.
Adelantó que entre hoy y el viernes se realizarán las ruedas de reconocimiento de las que participarán todos los imputados. Además dijo que las muestras de sangre que se les extrajeron a todos los acusados serán enviadas a analizar a La Plata "para cotejo de ADN de las prendas incautadas a los imputados y muestras de la víctima", así como "el calzado secuestrado a los detenidos para pericias scopométricas de la impronta que quedó en la víctima".
A través de esta pericia los investigadores buscarán determinar quién le dio la patada a Fernando cuando estaba tirado en el piso y que le provocó el traumatismo de cráneo, según la autopista realizada al cuerpo por los médicos forenses. Los peritos científicos compararán un elemento indubitable (la marca) con otros dubitativos (las zapatillas). En ese caso contrastarán la marca en el cuerpo de la víctima con las zapatillas secuestradas para determinar quién fue el que dio el golpe mortal.
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