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VIDA SANA

Comer mal, un problema que explota a las puertas del verano

Casi la mitad de los argentinos no controla la sal o las grasas que ingiere. Con la llegada de los primeros calores, todos quieren ponerse en forma pero ya es demasiado tarde. ¿Cómo organizar un plan alimentario más saludable?

La escena se repite todos los años pero no por eso pierde actualidad: a las puertas del verano, todo aquel que no se cuidó durante el año quiere bajar los kilos de más ganados en el invierno y, en cuestión de días, en pocas semanas nomás, tener un cuerpo soñado. Aunque improbable y casi imposible, el sueño de llegar en forma a la playa o a la pileta choca con una realidad que los especialistas señalan y ubican como el gran problema de fondo: la mala alimentación que, sea en invierno o en primavera, mantiene la mayoría de las personas.
“Lo más preocupante no son los adultos con problemas de alimentación sino la cantidad creciente de chicos que se presentan a la consulta”, advierte la nutricionista María Clara Olivera, quien apunta que “la obesidad infantil nos demuestra que la mala alimentación no sólo es un problema actual sino una amenaza para las futuras generaciones. Tenemos que tener en cuenta que el nene que no se cuida hoy es el hipertenso de mañana”.

Lo que dice la experta no parece caprichoso a la luz de los últimos datos sobre la cuestión. Casi la mitad de la población de nuestro país, de hecho, no controla la sal, el azúcar o las grasas que ingiere en las comidas, según un trabajo reciente realizado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el cual también mostró que las mujeres tienen hábitos alimentarios más saludables que los hombres.
Los resultados se obtuvieron a través de una “encuesta probabilística realizada en todo el país a 1002 personas de 16 años y más, utilizando entrevistas personales como instrumento de recolección de datos”, informó el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la universidad. “El 43% de la población no controla la sal que ingiere en sus comidas, el 47% no controla el azúcar y el 49% las grasas”, reveló el estudio, y agregó que “el hábito de control es menos frecuente entre los hombres y los jóvenes”.
Claro que este estudio no es el único que alerta sobre la problemática. Hace poco, el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia difundido por Unicef vino a precisar que casi dos de cada cinco adolescentes presentan sobrepeso en la Argentina, país que presenta la mayor prevalencia de América Latina respecto de la malnutrición, el sobrepeso y la obesidad.


El reporte detalla además que un 20 por ciento de los niños menores de 5 años de América Latina y el Caribe presentan trastornos de crecimiento como consecuencia de una mal nutrición que puede comenzar incluso antes de los seis meses de edad. De acuerdo al trabajo, el país de la región con mayor prevalencia de estas enfermedades es Argentina, donde casi 2 de cada 5 adolescentes tienen sobrepeso.
“El sobrepeso infantil puede conducir a la aparición temprana de diabetes tipo 2, estigmatización y depresión, y es un fuerte factor de riesgo para el desarrollo de obesidad en la edad adulta, con graves consecuencias para la salud y la economía”, indicó Unicef.
Acaso para avalar aún más los datos de Unicef, basta con señalar los revelados por la 2ª Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, según los cuales el 41,1 por ciento de los chicos y las chicas de 5 a 17 años tienen sobrepeso y obesidad en la Argentina.

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