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ESTABA DESAPARECIDA

Apareció Sérpico, la mujer que capturó al asesino de su hijo

La encontraron en las inmediaciones del Hospital Ramos Mejía. La última vez que la vieron en su casa fue cuando salió a votar, el 27 de octubre pasado.

La Policía de la Ciudad encontró ayer sana y salva a Nélida Fátima Sérpico, la mujer que se hallaba desaparecida desde el pasado 27 de octubre y cuyo nombre tomó notoriedad pública porque durante siete años entró camuflada a la villa 1-11-14 del Bajo Flores para encontrar al asesino de su hijo.
Según se informó, la División de Búsqueda de Personas de la Policía halló a Sérpico en las inmediaciones del Hospital Ramos Mejía, en el barrio porteño de Balvanera. 
La denuncia por su desaparición se radicó el viernes pasado. La realizó un allegado que se acercó a la Comisaría de la Policía de la Ciudad y contó situaciones de amenazas hacia Nélida. Además, confirmó que la última vez que se supo de ella fue en la Escuela de la Medalla Milagrosa en la calle Curapaligüe al 1100, el domingo 27 de octubre, cuando fue a votar para las elecciones presidenciales.
Personas cercanas a Nélida contaron que la vieron con un bolsito, lo que hizo pensar que se pudo haber ido por sus propios medios. Aunque también está la versión de un mensaje que recibió uno de sus hijos y que corresponde al número de teléfono de la mujer. Allí había un pedido de llamado, pero cuando lo hicieron, nadie atendió. 
La Policía tomó la denuncia, se activaron todos los dispositivos de búsqueda de personas y emitieron una alerta nacional. El caso recibió la calificación de averiguación de ilícito y quedó a cargo del fiscal Marcelo Ruilópez y del Juzgado N° 43, que conduce Pablo García de la Torre.
Fuentes policiales indicaron que “la División Búsqueda de Personas tomó contacto con la familia y habló con el hijo, quien no dio mucha importancia a la desaparición y dijo que para las elecciones tenía un bolso armado. Se entrevistaron con una amiga, fueron a su domicilio y no había rastros”. Además, informaron que “no hay registros de Nélida en viajes de larga distancia, tampoco en los hospitales Santojanni, Peña o Piñero”.
Durante siete años, entre 2006 y 2013, Nélida Sérpico visitó los pasillos del barrio Rivadavia I y la villa 1-11-14 del Bajo Flores, en busca del asesino de su hijo Octavio ejecutado de un tiro por la espalda en diciembre de 2005. Tiñó su pelo, se vistió con un pantalón deportivo, una remera larga, una campera en invierno y zapatillas deportivas siempre.
Un día fue por más: sola, en la intimidad de su baño, tomó aire y empezó a cortar la encía con el filo de su uña. A fuerza de arrastre y presión, se arrancó dos dientes. Quería parecer una adicta a la que los dientes se le cayeron de tanto fumar paco. Lo hizo para encontrar a Facundo Caimo, el asesino de su hijo Octavio Damián Gómez.
Cuando lo mataron, tenía 16 años y le quedaba un año para egresar del secundario. El 7 de agosto de 2014, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 condenó a Caimo a 15 años de cárcel, luego de que Nélida lo encontrara y denunciara.

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