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ESPACIOS CHICOS PERO AMIGABLES

Pequeños cafés en la ciudad, una amena invitación para disfrutar momentos

Más allá de una moda, para los dueños de tres cafés juninenses se trata especialmente de una forma de preservar el trato cálido con el cliente, destacando la atención y buscando que éste se lleve la mejor experiencia tras su paso

Lejos de los grandes espacios a los que estamos acostumbrados, hoy proliferan en la ciudad muchos cafés de dimensiones más pequeñas que captan la atención de los juninenses que deciden visitarlos para disfrutar un momento de distención o un break laboral, por la mañana o por la tarde.
Más allá de una moda, para sus dueños se trata especialmente de una forma de preservar el trato cálido con el cliente, destacando la atención y buscando que éste se lleve la mejor experiencia tras su paso, traducida tanto en un rico café como un batido natural o bien en la clásica y exquisita pastelería que ofrecen cada uno de ellos.
Democracia visitó Café Alem, Rosa Mosqueta y Collins, tres lugares que cumplen esa norma e invitan a disfrutar de una manera más que amigable. 

Buscar tranquilidad
El Café Alem, en Alem 193 (esquina Cabrera) es el proyecto que hace casi tres años emprendió Esteban Merlo junto a su familia, en un sector dentro del denominado polo gastronómico, zona con una gran impronta ferroviaria.
“Me gustó mucho el rubro, yo me dedicaba a otra cosa y se me ocurrió generar otro tipo de recurso con mi familia. Agiornándonos a la temática del barrio, el empedrado, pensando en la estética del lugar, tratando de apostar a un público grande”, cuenta Esteban. 
Café Alem ocupa el espacio donde alguna vez funcionó la panadería La Unión, y el café conserva esa parte ya que cuentan con el rubro de panadería.

“Surgió de ser una cafetería y panadería”, asegura Estaben y agrega: “Creo que hoy el día a día de la gente la aleja un poco de la zona más fuerte de comercios. Muchos buscan el espacio de tranquilidad, muchos quieren escapar. Se vive muy acelerado y un poco por lo que uno escucha, se escapa del bullicio del centro”. 
“Además de una tendencia de que se expande, la zona creció mucho, hay mucha gastronomía”, asegura Esteban.
A su entender, los bares y restaurantes son los que “más se animaron a salir de la zona centro”.
En Café Alem el cliente no solo se puede sentar en una de las mesas, dentro o fuera, sino que además preparan también el café para llevar, en el formato “take away”.


Sobre las preferencias de los juninenses, Esteban asegura que sus clientes se vuelcan mucho por lo clásico: “Uno apunta a tener de todo pero el juninense, parte de mi público es muy clásico”, lo que incluye café, café con leche, entre otros.
Con un público que en general es mayor de 30 años, Esteban asegura que “los clientes terminan siendo en definitiva la identificación del lugar”.
El Café Alem abre de lunes a viernes de 7 a 21 y los sábado de 7 a 14. 

Con elaboración casera
En Belgrano 108, a pocos metros del corazón de la plaza 25 de Mayo se encuentra Rosa Mosqueta, una pequeña casa de té y café cuyo fuerte es la pastelería propia.
Su dueña, Constanza Catuzzo contó a Democracia que la elaboración artesanal es una impronta del lugar.

“Nuestra pastelería casera, artesanal es lo que nos caracterizó siempre. Se elabora todo en el café”, cuenta y destaca que la especialidad de Rosa Mosqueta es “el crumble de manzana y el cuadrado de limón, los que más se piden desde que abrimos”.
Sobre la clientela, Constanza aseguró que es variada: “Hay clientes fijos, que trabajan en lugares cercanos y por eso vienen, pero es variado. Viene gente grande, chicos, jóvenes. Y muchos vienen a comer algo”.

Sobre la elección de Rosa Mosqueta, un lugar pequeño pero amigable, que invita a pasar el rato su dueña aseguró: “Creo que la gente trata de irse del centro. El que viene acá elige venir aunque esté más alejado del centro”.
Además aseguró: “Nos gustó que sea chico porque le dimos prioridad a la elaboración que también hacíamos para afuera, por encargue. Y surge después el agregado de las mesitas para probar y conocer y al final tuvo mucha aceptación”.  
Rosa Mosqueta abre de lunes a sábado, con horario de comercio, de 9 a 13 y de 17 a 20. 

Romper con lo conocido
Collins Café es un nuevo lugar en Sáenz Peña 34 que recientemente abrió sus puertas y que busca romper con lo establecido, según palabras de su propietario, Mauricio Rolla. 
En Collins los clientes pueden sentarse y tomar lo que gusten o bien llevarlo. 
“No solo café, también los milkshakes, batidos a base de helado, y comidas. Y vamos a tener un sistema de reparto en todo el centro” contó.

Consultado sobre lo que distingue a Collins Café del resto, Mauricio destacó los productos pero también la atención y la impronta del lugar.
“Tenemos muchos productos que nos diferencian pero funciona porque desde lo estético quisimos romper un poco con los estilos vigentes. Collins es descontracturado, un elegante sport, como me gusta llamarlo”, asegura.
Pero además, aseguró que buscan mantener un trato diferente con los clientes.

“Buscamos humanizar el trato, nos gusta el trato diferente porque vemos que se ha perdido el ambiente que se daba antes en bares y cafés, ese trato ameno”, y que en muchos casos rememora a la cantina.
Además del café, los batidos y la pastelería, también se pueden disfrutar cenas, con minutas, pizzas, empanadas, paninis, ensaladas y tartas, entre otras. 
Collins abre de lunes a jueves, de 7 a 21; los viernes y sábados de 7 a 1 y los domingos, de 16,30 a 12 o 1.

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