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El trigo necesita agua, pero la lluvia amagó y pasó de largo en la zona núcleo.
PANORAMA AGROPECUARIO

El agua se hace rogar y el trigo sufre

El 13,6% implantado a nivel nacional registra una condición hídrica por debajo del nivel regular.

La lluvia rondó por la región núcleo, amenazó con un tormentón y dejó al trigo con las ganas, pidiendo a gritos por un poco de agua para atenuar la sequía que en la región núcleo comenzó a preocupar.
Es que en la zona empiezan a aparecer algunos focos de plagas típicas de situación de estrés hídrico, tales como arañuela y pulgón. Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires destacan que el desarrollo de los cuadros de trigo implantados comienza a verse afectado por la falta de lluvias.
Actualmente, un 13,6 % del total nacional registra una condición de humedad entre regular y sequía, y un 10,5 % del área presenta una regular condición de cultivo, mientras que la semana pasada estos porcentajes estaban en 9,7 y 7,5 % respectivamente.
"Ambas variables podrían continuar empeorando de no registrarse lluvias en los próximos días", anticipan desde la entidad porteña. De igual manera, el viernes “se relevaron lluvias en amplios sectores del sur bonaerense, que podrían traer alivio al escenario actual".
En el norte del área agrícola, los primeros cuadros empiezan a transitar etapas críticas de floración, mientras que la mayor parte de los lotes aún se encuentran encañando. En este caso la oferta hídrica no solo cae por falta de lluvias y consumo del cultivo, sino también porque comienzan a registrarse temperaturas elevadas para la época.
Hacia el centro del país, con el grueso de los lotes entre macollaje y encañazón, la falta de humedad es solo superficial y no representa un problema serio, pero el grado de afectación de enfermedades continúa aumentando a niveles que requieren controles.
En los núcleos trigueros del sur del país, la falta de lluvias en los últimos meses, sumado al efecto de las bajas temperaturas, han impactado negativamente en la condición del cultivo. Por otra parte, también se encuentra comprometido el desarrollo del cereal, considerando que el estado de macollaje presenta una demora interanual de 22 puntos porcentuales en la región Sudeste de Buenos Aires.

Qué pasa con el maíz
La incertidumbre que pesa este año sobre el ciclo maicero continúa, pero de momento el agua no es un factor que amenaza al cultivo. "Las lluvias de otoño posibilitaron disponer ahora de muy buenas reservas hídricas en profundidad", se desprende del informe semanal de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario.
"En el primer metro hay escasez, pero las reservas son buenas, están, no como el año pasado", resumen los ingenieros cordobeses en contacto con la BCR.
El informe destaca que agosto marca cero milímetro en Córdoba y son pocas las chances de que la tormenta de Santa Rosa llegue al oeste: "Aunque los vientos cálidos aceleraron la desecación superficial, hay buenas reservas hídricas en profundidad para el maíz".
“El periodo frío de Argentina ingresa en su etapa final y las precipitaciones no muestran mejoría", comenta José Luis Aiello, doctor en Ciencias Atmosféricas. "Es posible que haya irrupciones de aire frío durante la primera quincena de septiembre", advierte.
Incluso en numerosas localidades indican que las napas están a 1,5 m de profundidad. Lejos de la escasez del 2018 que retrasó la siembra pero también de los excesos del 2017, con problemas muy graves, este año va a favor del maíz. Pero eso sí, para activar las siembras es inexorable que en los próximos 15 días lluevan 15 a 25 mm.
A días de la siembra ¿qué está pasando con el maíz en la región núcleo? "Una cosa es segura, los planes para sembrar el maíz temprano se van a hacer, pero sobre el resto hay dudas". Por ejemplo, en la tecnología a aplicar que sufriría un ajuste. Las dosis de los fertilizantes nitrogenados o fosforados bajarían entre un 15 a 20%. 

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