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SUCEDIÓ EN 2017

Caso Di Marco: condenaron a la madre porque sabía que su pareja abusaba de su hija

La Cámara Penal de San Luis la consideró “partícipe necesaria” de las violaciones de Florencia Di Marco que terminaron en un crimen brutal.

Florencia Di Marco tenía 12 años y, según la autopsia, sufrió un calvario antes de morir hace dos años y un mes. La persona que abusó de ella, la estranguló y desechó su cuerpo debajo de un puente fue su padrastro, Lucas Gómez (32), quien no llegó a juicio por el crimen porque se ahorcó en la cárcel.
La que sí fue juzgada fue la mamá de la nena por considerar que dejó a su hija en manos de un violador. Este lunes, Carina Di Marco (35) fue condenada a 18 años de cárcel por la Cámara del Crimen Nº 2 de San Luis.
El tribunal integrado por Fernando De Viana, Gustavo Miranda Folch y Hugo Saá Petrino consideró a Di Marco culpable del “abuso sexual con acceso carnal agravado por el aprovechamiento de la situación de convivencia existente, en calidad de ser partícipe necesario”.
Cuando se la llevaban esposada al penal donde estuvo detenida los últimos dos años, Carina Di Marco dijo a las cámaras de TV que estaban en el recinto: “Es una injusticia”.
En tanto, también pidieron los jueces que se investigue por falso testimonio a la directora del colegio al que iba Florencia en Mendoza y a una docente que, durante el juicio, declaró que la “apretaron” para testificar que sabía sobre los abusos que sufría la chiquita.
Durante los alegatos, el fiscal de la Cámara Penal Nº 2 de San Luis, Fernando Rodríguez, consideró a la mamá de Florencia autora de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo por ser guardadora y por el aprovechamiento de la situación de convivencia existente, en calidad de ser partícipe necesario por omisión”. Y pidió que sea condenada a 18 años y medio de prisión.
Por su parte, la defensora Karina Mantelli solicitó la absolución por el beneficio de la duda, al considerar que no fueron debidamente acreditados los abusos anteriores a la muerte de la nena y la inexistencia de evidencia que indique que la madre conocía esos padecimientos. Tanto el fiscal como la defensora remarcaron la responsabilidad que pesa sobre las maestras de la escuela Florentino Ameghino de Mendoza, donde Florencia cursaba antes de radicarse en San Luis. Una de esas docentes fue la que escuchó de la chiquita la frase: “Hay veces que mi papá me toca”. Para Rodríguez y Mantelli, ellas no cumplieron con el protocolo de rigor, que incluye la denuncia de los hechos que la nena llegó a contarles. Hoy están sumariadas. “Hubo un pacto de silencio para conservar el trabajo”, sostuvo el fiscal Rodríguez, mientras que Mantelli agregó que las maestras “minimizaron” los dichos de Florencia cuando se animó a contar lo que vivía y eso hizo que se bloqueara, volviera a “encapsular” su dolor y permaneciera en silencio.
Frente al Tribunal y quebrada por el llanto, la acusada afirmó no tener nada que decir en su favor y se limitó a pedir que “se haga justicia”. Cuando declaró en la primera jornada del juicio, dijo que “jamás” supo nada de los abusos y que si hubiera notado algo, “tendría a mi hija aquí y no en un cajón”.

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