Carpinella: “Se ha producido una disminución en el bienestar”

Cinco de cada diez adolescentes tienen el celular al alcance de su mano 12 horas por día,  según una encuesta online realizada por Motorola (“Quiz Phone Life Balance”), de la que participaron 2.500 adolescentes de la Argentina.
¿Cuántas horas por día el celular está al alcance de tu mano?, fue la pregunta que lanzó la marca y la respuesta de chicos cuyas edades van desde los 10 a los 19 años refleja la importancia del teléfono móvil en sus vidas.
Esta relevancia del celular en la vida cotidiana de los jóvenes se hace aún más clara cuando se analizan los dos extremos de la tabla: sólo un 2% dijo que lo tenía en su mano una hora o menos; y, en el otro extremo, un 20% lo tienen las 24 horas, todo el día, alerta.
Democracia consultó al psicólogo juninense Diego Carpinella (MP 10463 - R.N. 269310) quien se refirió al impacto de la irrupción de las tecnologías en la vida de los jóvenes pero también de los adultos. “Dentro de la irrupción tecnológica, el celular es el actor principal y en muchas ocasiones parece ser parte del ser, una extensión más del mismo”, afirmó el profesional.
Y agregó: “Si a nosotros como adultos nos cuesta tener un buen control del uso que damos a las pantallas, es lógico pensar que para un niño que ingresa al manejo de un smartphone es infinitamente más difícil. A sabiendas de que se hace cada vez a edades más tempranas”. 
“La particularidad en la adolescencia es la importancia que reviste el grupo de pares, donde las redes sociales se transforman en un gran medio para llegar a saber cómo los ven sus pares, obtener muchos “like”, seguidores, y también por esto, el sufrimiento ante el rechazo o la indiferencia”, asegura el profesional. 
Para Carpinella, “si bien no hay evidencia suficiente para conocer el impacto en el ser humano a largo plazo, porque los que nacieron con ellas aún no llegaron a la edad adulta, es posible que se pierdan ciertas habilidades pero seguramente se ganen otras”.
Igualmente, algunas investigaciones, según indicó, “muestran que el bienestar psicológico del adolescente es inversamente proporcional a las horas que están frente a las pantallas, lo cual indica que en los últimos años se ha producido una disminución en el bienestar de una gran cantidad de jóvenes (una baja en la autoestima). Esto no deja de ser un gran llamado de atención como sociedad, y lo que esperamos con respecto a ella”, aseguró.
Un buen punto de partida según los expertos es acordar el tiempo de uso del dispositivo y las acciones que realizan; qué momentos están libres de pantallas y qué otras actividades pueden realizar para que la tecnología no ocupe la totalidad del tiempo libre. 
Leer un libro, compartir actividades en familia, ir a una plaza, a un club, a un cine, a un museo o a la casa de un amigo pueden ser momentos apropiados para que estén libres de tecnología y que sus celulares pasen a un segundo plano, especialmente en épocas de mayor tiempo libre como lo son las vacaciones.
En cuanto a la relación de los más grandes con sus teléfonos, también es importante que los adultos estén al tanto de lo que hacen con las tecnologías, no solo los jóvenes, sino ellos mismos.

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