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NARCOTRÁFICO

Condenaron a la sobreviviente de un crimen mafioso

La figura de Brisa Belén Amaral (18) quedó expuesta por primera vez el lunes 5 de febrero de este año, cuando los asesinos de uno de los hermanos que lideraban la banda del clan Funes la dejaron viva, como testigo de la venganza perpetrada por sicarios ligados a la familia Camino.
Después de matar a Jonatan “Bam Bam” Funes (28), los criminales le advirtieron a la chica: “Puta, te dejo viva para que denuncies”. Otro hermano del clan, Ulises (21), había corrido igual suerte el 7 de enero.
La adolescente iba a bordo de un Audi A3 y resultó ilesa en el ataque a balazos que se cobró la vida de “Bam Bam” cuando volvían de visitar a los hermanos Lautaro (alias “Lamparita”) y Alan Funes en la cárcel de Piñero.
Ambos eran sindicados como líderes de la otra organización que disputaba el control de negocios vinculados al narcotráfico en barrio Municipal y otros puntos de la zona sur de la ciudad. A “Bam Bam” lo ejecutaron en el cruce de las rutas Provincial 14 y la A012, al sudoeste de Rosario. Brisa había sido mencionada como su novia, aunque luego se supo que solo era su amiga.
La foto, tomada en el lugar por Juan José García, el reportero gráfico de Clarín, terminó siendo una de las más impactantes del año, ya que retrató la violencia narco que sacude a Rosario.
A pesar de que era una pieza central de la investigación para esclarecer el asesinato, la chica que cumplirá 19 años el próximo 16 de enero rehusó inicialmente contar con protección policial.
Con el correr del tiempo, la investigación sobre la asociación ilícita en la que también tallaba el clan Ungaro develaron el motivo de la negativa de la joven: había tomado la posta de los líderes de la banda mientras estaban en prisión y transmitía las órdenes en coordinación con otros miembros de la familia Funes y allegados.
Horas después de que el gobernador santafesino, Miguel Lifschitz, insistiera con que “la mayoría” de las bandas narcocriminales de Rosario “tienen a sus responsables detenidos o condenados”, la Justicia provincial dispuso una pena de prisión efectiva para Brisa.
Según la Justicia, ella comandó temporalmente una de esas estructuras en medio de los operativos policiales y los enfrentamientos armados que diezmaron al clan Funes a principios de 2018.
A partir de un acuerdo con el Ministerio Público de la Acusación (MPA), la chica recibió una condena de 3 años de prisión efectiva como partícipe, ya que sólo pasó un par de meses en ese rol hasta que las escuchas la delataron y quedó detenida el 27 de abril.
Como no contaba con antecedentes penales, sus abogados lograron que pueda reincorporarse al programa de protección de testigos y podrá pedir  libertad condicional.

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