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ENTREVISTA CON DEMOCRACIA

Sylvia Iparraguirre: “Cualquiera que sea lector tiene una vida invisible”

La autora juninense de títulos como “La tierra del fuego”, “El país del viento”, “La orfandad” y “Munch”, entre otros, presentó en esta ciudad su último libro, “La vida invisible”, una autobiografía literaria de corte “casi intimista”, donde repasa su trayectoria como lectora, escritora y académica, los años compartidos con Abelardo Castillo y un capítulo dedicado al profesor Borges.

La reconocida escritora Sylvia Iparraguirre (Junín, 1947) presentó su nuevo libro, “La vida invisible”, el viernes último, en la Biblioteca Municipal, con muy buena convocatoria de público, y en una entrevista con Democracia hizo un repaso de su último trabajo, una autobiografía literaria donde se conjuga el mapa íntimo de las lecturas con la crítica y los años en la academia.
Así, el descubrimiento de una vida paralela que “empezaba y terminaba con la lectura”, el encuentro con autores admirados, las clases de literatura a cargo de Borges y los rituales de lectura y escritura compartidos con Abelardo Castillo son algunos de los momentos de la autobiografía de la autora de títulos como “La tierra del fuego”, “El país del viento”, “La orfandad” y “Munch”. 

Junín, “un ritual”
“Para mí es un ritual presentar un libro en Junín, los libros terminan su etapa de presentación cuando lo presento en Junín; y viene siendo así desde mi primer libro.” Con esas palabras y el recuerdo siempre presente de su ciudad natal, Iparraguirre abrió la charla en la Biblioteca, ante un auditorio colmado, ávido de escucharla. 
“Es un libro particular porque fue realizado a pedido, me llamaron de la editorial Ampersand, que se especializa en temas de libros, bibliotecas, historias de la edición de libros en la Argentina, y lanzaron esta colección que se llama ‘Lectores’, para la cual convocaron a todos colegas excelentes, como Noé Jitrik, Alan Pauls, Sylvia Molloy y Daniel Link, entre otros. El formato tenía un límite, eran 110 ó 120 páginas. Cuando me lo propusieron me pareció fantástico; nada mejor para un escritor que hablar de los libros que te marcaron. Esto fue en 2016, llegué a casa y enseguida se lo comenté a Abelardo, me salieron como 40 páginas, así, de asociaciones, y después me empecé a dar cuenta de que era un libro muy difícil de escribir, no podía ser una guía telefónica (me gustó este… y este…) porque es aburrido, entonces decidí dos cosas, que fuera de narrativa –que no fuera académico, ni crítico-, y que fuera de corte autobiográfico, empezar por mi familia, con las bibliotecas que me formaron, con el hecho de irme a Buenos Aires a los 18 años”, contó.

Un libro “casi íntimo”
“Es un libro completamente distinto, profundamente personal, casi íntimo, porque aborda la relación con los libros, que es lo que yo llamo la vida invisible, lo que no le contás a nadie, una lectura silenciosa, cualquiera que sea lector tiene una vida invisible, que es su relación con lo que la lectura le propone”, explicó en diálogo con este diario. 
“El libro podría haber estado armado de distintas maneras, yo elegí el tono narrativo y autobiográfico, empiezo con mi infancia y la adolescencia, porque parto de que la lectura es una experiencia vital, una experiencia metida en la vida y tiene esa intensidad, así que está mi casa, mis padres, mis hermanas, la vida diurna, el colegio, y por otra parte accedía a la vida invisible, los castillos de Escocia, las pirámides, un náufrago en una isla desierta, todo lo que te proponía la lectura de esos años, ya que el libro está estructurado de manera cronológica, porque yo lo armé así. Robinson Crusoe fue capital en mi vida, no solo a los doce años, sino que después lo continúe leyendo”, relató. 
“Hay un capítulo que se llama ‘Un profesor’ y allí digo que es el 11 de diciembre de 1978, que no sé cómo estoy sentada, que estoy por dar un final de una materia en la facultad, que estoy de lo más nerviosa, y que del otro lado del escritorio el que me toma es Borges, que fue mi profesor de Literatura Inglesa. Hablo de mi relación con Borges y de mi relación con los libros de Borges”, afirmó. 
“Hay otro capítulo que se llama ‘La educación sentimental’, que es mi encuentro con Abelardo Castillo y un retrato de él como lector, que fue un lector alucinante y que incluso influyó en mi modo de leer. No es un registro hacia afuera sino mi relación con los libros que me marcaron”, señaló. 
“Hay espacio para la crítica también, porque me defino como una lectora con dos vertientes, una la espontánea, la hedonista, la que ha leído libros que le han caído en las manos o que se los han dado, le dedico buena parte a la biblioteca en la casa de mis abuelos en Los Toldos, que es donde descubro los dos libros fundamentales que me marcaron de Tolstói, como “Marido y mujer” y “Robinson”, en estas dos lectoras, una es la hedonista y la otra, la académica”, explicó. 
“En el capítulo ‘De la vida académica y otros sucesos’ hablo de la crítica y la teoría que hice en la facultad y particularmente de Bajtín, que me cambió la vida”, afirmó. 

La vida con Abelardo
“Mi vida, para decirlo de una manera muy escueta, se pulverizó el año pasado, con la muerte de Abelardo, fue algo muy difícil de sobrellevar, 47 años juntos, en fin, tuve que recurrir a todas mis fuerzas, a toda la fuerza que él me había dado, pero en concreto tengo el compromiso de entregar el diario de Abelardo, la segunda parte, la primera parte ya se publicó, y ahora queda el tomo dos, que quedó inconcluso, no el texto en sí, que lo alcanzó a revisar todo, con mi ayuda, porque estaba con mucho dolor de espalda últimamente, nos sentábamos los dos en la máquina de él, yo lo ayudé, pero sabía todos los vericuetos de ese diario, quedó a mi cargo la edición, con una editora maravillosa que me puso la editorial, Gabriela Franco, y nos llevó todo el año pasado reconstruir todos los textos que acompañan el volumen, sean conferencias, reportajes, textos de todo tipo. Por ejemplo, si en 1996 Abelardo menciona que está escribiendo un artículo sobre el escritor en la posmodernidad, y comenta eso en el diario, después de ese año va el artículo completo, del que él ha hecho un esbozo en el diario. Ahora ya tengo el compromiso de entregarlo en septiembre, más las fotos, porque van fotos como en el tomo uno. Tengo una novela mía que quedó parada, este libro, que me sobrepuse para entregarlo porque la editorial quería presentarlo en la Feria del Libro, y tengo una novela y varias cosas para hacer, estoy dictando un curso sobre literatura rusa clásica, así que sigo. Un poquito más armada, retomé una cantidad de cosas que el año pasado no pude hacer”, expresó. 
 “El último capítulo, es un diario de libros, unas 27 reseñas breves, donde están Puig, Faulkner, Donoso, Virginia Woolf, Katherine Mansfield”, cerró.  

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