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INFANCIA

Los chicos y los regalos

Según una encuesta, el 70% de los padres considera que reciben más presentes que otras generaciones. Expertos advierten que puede tener repercusiones perjudiciales. Cómo regalar para que esto no pase.

Pasó Navidad, pasó el Día de Reyes y muchos chicos recibieron nuevos regalos que vinieron a sumarse a los del cumpleaños, el Día del Niño, entre otras fechas que se celebran mediante uno o varios presentes. Pero para la actual generación de chicos, la situación es un poco distinta: distintos estudios indican que son los que más regalos reciben si se los compara con generaciones anteriores, una tendencia que es mundial y se asocia a una sociedad consumista.
En los últimos tiempos, algunos psicólogos salieron a advertir sobre posibles consecuencias negativas de esta tendencia. Puntualmente, hablan de “niños hiperregalados” en los que crece el riesgo de que presenten baja tolerancia a la frustración, tengan poca imaginación o escasa capacidad para la fantasía. O que la abundancia de regalos a lo largo del año los convierta en caprichosos, egoístas y consumistas. O bien que les haga dejar de valorar el esfuerzo.
Frente a esta situación, algunos expertos proponen poner límites: afirman que lo ideal es que los chicos reciban como máximo cuatro o cinco regalos, siempre que sea posible. Pero en esta forma de ver las cosas no hay consenso. Otros creen que el número de regalos tienen una importancia relativa y que lo verdaderamente trascendente es qué mensaje y qué valores transmite el regalo que se hace. 
Por otra parte, el debate da pie a algunas consideraciones acerca de cómo elegir el regalo de los chicos.
En este sentido, los expertos hablan de elegir regalos variados, que contemplen algunos juguetes didácticos y que estimulen la imaginación. Y que se trate de regalos consultados con anterioridad a los chicos, para asegurarse de que se ajusten a sus deseos.
Pero en este último caso también proponen poner límites. Y aunque un reciente informe elaborado por una consultora on line afirma que el 85% de los chicos prefieren regalos tecnológicos, también demuestra que los padres son cautelosos antes de hacérselos y consideran la edad de cada chico y la conveniencia o no de que cuenten con un dispositivo propio.
“Es muy importante -apunta la doctora Marisa Navarro, autora del libro “La Medicina Emocional”- saber cuál es ese regalo que están esperando con tanta ilusión y para ello, además de hablarlo, lo ideal es jugar con ellos y saber así, qué es lo que les gusta, con qué juegan más, qué les hace ser más creativos o qué les resulta más divertido y emocionante”.
El juguete perfecto, agregan los especialistas, es aquel que “estimule las capacidades de cada chico, que puedan compartir y con el que pueda jugar con otros niños, pero sobre todo el que ayude a que el niño crezca en sus habilidades sociales”.

Oportunidad
Regalar es, al fin y al cabo y al decir de los especialistas, un momento “maravilloso para educar y formar en aspectos tan importantes como la moderación, la solidaridad, la toma de decisiones, y el establecimiento de prioridades, entre otros”.
Marisa Navarro cuenta que las fechas en que se regala son, además, una buena ocasión para conversar un buen rato con los niños y hacer balance de su año, saber qué les gustaría cambiar o mejorar, conocer sus deseos.
Se trata, explica, de una oportunidad perfecta para seguir fomentando los vínculos afectivos entre padres e hijos y conocerse mejor.

¿Cuestión de número?
Algunos expertos, como Navarro, indican que lo ideal es que cada chico reciba como máximo cuatro o cinco regalos, siempre que sea posible. En tanto, la psicóloga platense Marías Stoika, co-fundadora de la primera Escuela para Padres de La Plata, relativiza la importancia de la cantidad. Sostiene, en cambio, que la clave está en lo que se transmita al entregar ese o esos regalos.
Navarro dice que entre los regalos debería haber algo para leer, algo útil como un nuevo estuche de pinturas para la escuela, algo necesario como un abrigo y algún juguete.
Otra buena idea es recibir algo para otros niños, para sus hermanos, sus primos, o para algún niño que pueda necesitarlo, esto les educará en valores como saber compartir, la amistad, la solidaridad, la bondad, generosidad, gratitud, empatía, y muchos otros que les acompañarán en su vida adulta, indica la profesional.

Escuchar a tu hijo
Pero igual de importante, apunta la doctora, “es saber cuál es ese regalo que están esperando con tanta ilusión y para ello, además de hablarlo, lo ideal es jugar con ellos y saber así, qué es lo que les gusta, con qué juegan más, qué les hace ser más creativos o qué les resulta más divertido y emocionante”.
A la hora de elegir, el juguete perfecto es aquel que “estimule sus capacidades, que puedan compartir y con el que pueda jugar con otros niños, pero sobre todo el que ayude a que el niño crezca en sus habilidades sociales”.
Aunque sean juegos tecnológicos, deben fomentar que el niño piense, y que se realice un uso activo de los mismos, que les ayude a organizarse y a concentrarse, frente a un uso pasivo.
“De esta manera, los juguetes se convierten en un aliado de los padres en la educación de sus hijos”.
A veces los padres compran juguetes que les hacen mucha ilusión a ellos, pero tal vez a su hijos ninguna.

Regalos y padres separados
También hay niños hiperregalados de padres separados que se sienten culpables de la situación y temen perder su afecto.
Con el exceso de regalos, explica Navarro, no se le hace ningún favor a los pequeños y se les transmiten unos valores muy negativos, como dar poco o ningún valor a las cosas, pensar que todo es fácil de conseguir, y que no necesitan esforzarse para obtener lo que desean, “volviéndose enormemente cómodos y, en consecuencia, tenemos niños frustrados y con falta de imaginación e ilusión por las cosas, consumistas y caprichosos, que solo dan importancia a lo material”.
Estas características les acompañarán cuando sean adultos, y se reflejarán en todas las facetas de su vida.

Compartir tiempo
En opinión de Navarro, los padres tenemos mucha responsabilidad, pues pensamos que hacerles regalos es la mejor manera de demostrarles nuestro amor.
Trabajamos mucho y no les dedicamos el suficiente tiempo y atención, y nos sentimos culpables, así que les compramos más, incluso, de lo que ellos piden. Y no somos conscientes del perjuicio que les estamos haciendo.
“Los regalos no sustituyen el tiempo que podemos pasar con los niños, aprovechemos los juguetes para jugar con ellos, y prestarles la atención que requieren”, señala.
Pero lo que más desean los niños en las fechas que se celebran con regalos y también durante todo el año, insiste la experta, es estar junto a sus padres.
El tiempo que se pase junto a ellos, observa, tiene que ser de calidad. De nada sirve compartir espacio físico y que cada uno esté dedicado en solitario a su actividad favorita.

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