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La cultura de las vacaciones cambia y cada vez más operaciones se mudan a la web.
TURISMO

Cada vez más reservas para el verano se mudan a Internet: ventajas y riesgos

Especialistas sugieren que una nueva cultura en el consumo de servicios para las vacaciones debería ir acompañada de nuevas prevenciones y cuidados. Consejos para evitar contratiempos y estafas.

Cómodos y sin moverse de sus casas. Conectados a un dispositivo que a su vez los pone en contacto con una amplia gama de ofertas del país y del mundo en materia de vuelos, hotelería, alquileres. Este es el método con el que cada vez más argentinos eligen programar sus vacaciones. Un método que plantea su vez, nuevos desafíos.
Lo dicen los especialistas: la cultura de las vacaciones está cambiando rápidamente y cada vez más operaciones se mudan a la web, donde existe una creciente oferta de servicios turísticos tanto internacionales como locales.
Frente a ese panorama, desde entidades se Defensa del Consumidor recomiendan que esos cambios se vean acompañados, además, por una nueva cultura de cuidados y prevenciones para evitar contratiempos o ser víctimas de estafas.
Es que son numerosos los casos en los que, lo que debería ser un tiempo de rélax y diversiones se convirtió en otra cosa cuando se comprobó que las fotos del alojamiento contratado a kilómetros de distancia y a través de una pantalla no coincidía con lo previsto. O consecuencias aún más graves.
La nueva modalidad también genera otros problemas. Por ejemplo, en Punta del Este, por primera vez este año se van a controlar aplicaciones de alquileres. Lo hará la Dirección General Impositiva (DGI) del Uruguay, para evitar la evasión a través de contratos en negro.
En nuestro país, tanto la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor como la Defensoría del Pueblo bonaerense emitieron una serie de consejos para evitar estafas con los alquileres a través de la web.
Entre los consejos del organismo bonaerense se cuentan los de señar la vivienda de manera bancarizada, no saldar el total hasta ingresar al inmueble y chequear a través de Google Maps si la vivienda existe.
En tanto, en la dirección nacional suman a ese consejo el de manejarse a través de sitios seguros, que cumplan con parámetros internacionales y el de tomarse el tiempo necesario para comparar precios, teniendo en cuenta lo variable de las tarifas que se pueden encontrar,
Especialistas en informática, por otra parte, destacan la importancia de ser cautelosos con la propia actividad on line, al elegir un sitio con el cual operar y ocuparse de conocer la normativa vigente para saber qué grado de protección se puede tener según la operación que se hace y en qué plataforma.

Blanco de engaños
Sucede que los alquileres para veraneos fueron en algún momento, a nivel internacional, el principal blanco de engaños que después, en la misma modalidad “se mudaron” también a alquileres de larga duración, lo que lleva a la sugerencias que se reiteran cada verano, de ser precavidos.
Detrás de estos fraudes, en algunos casos se detectaron redes delictivas internacionales que convirtieron inicialmente a los turistas como su principal blanco, llevando luego sus redes a los alquileres convencionales.
Departamentos baratos, en buen estado y muy bien ubicados es el gancho para seducir a las víctimas. También los escasos (o nulos, en algunos casos) requisitos para ingresar. La ilusión empuja al salto. El haber pagado por una propiedad inexistente fue en alguna ocasión el golpe de realidad.
“Son muy comunes las estafas a través de internet, en todos los rubros. Desde la compra venta de departamento, hasta con los hoteles, casas de veraneo... Para generar confianza, los embaucadores siempre usan plataformas conocidas. Y lo que buscan es sacar algo de dinero rápido”, dice el abogado Raúl Martínez Fazzalari, experto en informática.
Algunos antecedentes en este terreno fueron especialmente resonantes. A fines del año pasado, la policía española detuvo a 20 personas que formaban parte de una banda que se dedicaban a cobrar alquileres adelantados (mediante transferencias) por viviendas inexistentes. A partir del engaño a 94 personas consiguieron juntar 56.000 euros.
El modus operandi que empleaban en nuestro país era siempre similar: primero promocionaban sus propiedades a través de portales conocidos y a veces a través de un castellano deficiente que es intencional: la excusa perfecta para no ser totalmente claros y pasar por alto inquietudes de los interesados. Otra característica común era que decían no residir en el país.
Como siguiente paso, enviaban un mail a la víctima haciéndose pasar por la plataforma que supuestamente se encargaría de la transacción y pedían un adelanto de alquiler.
Las empresas no tienen nada que ver con los fraudes, pero, conscientes de este tipo de prácticas, crearon apartados en sus páginas web en los que detallan cómo comprobar la veracidad del correo desde el que el supuesto arrendador escribe, y remarcan a sus usuarios que no realicen pagos en efectivo ni por transferencia bancaria.
“En ocasiones, hay personas que se dedican a crear correos electrónicos o sitios web falsos con un diseño que imita” a las plataformas, alertan desde las páginas.
En el mismo sentido, desde otra plataforma aclaran: “Todas las transacciones se facilitan a través de nuestro sistema seguro de pago en línea. Nunca realices transacciones que no sean en línea con dinero en efectivo o a través de servicios directos de transferencia de dinero tales”.
En los casos en los que se registraron estafas con alquileres de larga duración, dos excusas frecuentes de los estafadores son: que no pueden mostrar el departamento porque no viven en el país y que el precio es tan irrisorio porque lo que verdaderamente les interesa es que alguien habite la propiedad para evitar robos o usurpación.
“Son personas que saben lo que hacen, no es sencillo atraparlos. Si la cuenta bancaria que recibió la transferencia está en otro circuito financiero es difícil averiguar a quién pertenece”, dice Fazzalari.

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