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EL "TATA"

Una carnicería dedicada a la venta de menudencias en Junín y la Región

Si bien no es un rubro muy común en las carnicerías, la comercialización de las menudencias requiere un trabajo dedicado, para que la mercadería llegue bien fresca a las parrillas y a las mesas de los hogares.

Oscar Asín, de Cortes y Menudencias “El Tata”, es uno de los carniceros de nuestra ciudad dedicados a la actividad desde su juventud, aprendiendo el oficio de su padre, quien le enseñó, y él hoy continúa.
En diálogo con Democracia, Asín manifestó que “desde los 17 años que soy carnicero, hace 30 años que estoy trabajando en el rubro.
“Comencé con mi papá, acá en avenida San Martín 1022, con la carnicería y ahora me dedico más a las menudencias, en Junín y la zona, una especialidad que no es común en Junín”, comentó.
Según lo expuesto, las menudencias; las achuras, hígado, corazón, quijada, riñón, mollejas, chinchulín, tripas y demás se venden a precios más económicos. Aseguró que se venden más rápido y que el volumen de venta es mayor. “Eso es en mi local –afirmó- porque me dedico a eso puntualmente, el resto de los cortes lo tengo como anexo”.
Respecto a su clientela, Asín dijo que las menudencias se venden generalmente a las parrillas, que compran mucho volumen, tanto en Junín como en Lincoln, por ejemplo, pero que también las compra el común de la gente, en mostrador de su local, desde que se empezó a conocer esta actividad.
“Yo compro la mercadería directamente al frigorífico, a un mayorista exportador en Buenos Aires, para abaratar precios, por eso los precios son más económicos aún”, apuntó.
Sobre la utilización de la mercadería en los hogares, afirmó que con las menudencias se pueden hacer muchas comidas. “Hay muchas recetas lindas, con mucha variedad. Todo se puede consumir y los precios son mucho más bajos que los cortes vacunos”, acotó.
Las menudencias se venden por kilo, al igual que los otros cortes de carne. 
“Es un mercado que no estaba muy explotado acá en Junín. Yo lo empecé hace cinco o seis años y tengo un negocio dedicado a eso, que antes en nuestra ciudad no existía”, afirmó Asín.
Al parecer, comercializar menudencias implica mucho trabajo, para que la mercadería llegue fresca a las parrillas y a la mesa de los comensales.
“Todos los días cargo de frigorífico y traigo fresco, directamente. Con camiones propios voy al frigorífico y traigo la mercadería. Siempre hay que cuidar que tenga frío, para eso se necesitan transportes adecuados y cámaras en el local”, detalló.
Oscar dijo que el trabajo es continuo, no se puede parar. “A las 4 de la mañana salgo para Luján y luego Buenos Aires, cargo y a las 4 a 5 de la tarde vuelvo a Junín para descargar la mercadería. Al otro día se repite el trabajo, pero viaja mi empleado y yo me quedo acá”, explicó.

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