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CABALLITO

Un preso que escapó de la cárcel tomó a dos policias de rehenes por 8 horas

Un vendedor ambulante que participó junto a un cómplice del asalto a una casa donde tuvieron cautivos a dos uniformados durante ocho horas, se había fugado en junio pasado de una penitenciaría de La Pampa. Tiene antecedentes de robo y homicidio.

César Alberto Díaz, de 41 años y vendedor ambulante, es uno de los dos delincuentes que durante ocho horas protagonizó una toma de rehenes en Caballito. Según se supo ayer debía estar preso para cumplir una condena por los delitos de robo y homicidio en grado de tentativa, pero el 3 de junio pasado se escapó de la Unidad 25 del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en General Pico, La Pampa.
El hecho se enmarca en la frustrada operación de un grupo de delincuentes que el martes a la noche tomó de rehenes a dos policías en una casa en el barrio de Caballito. Tras ocho horas de tensión la toma terminó y los delincuentes se entregaron.
Desde junio pesaba sobre el secuestrador Díaz una orden de captura, que se concretó la noche del martes cuando la Policía de la Ciudad lo apresó junto con su cómplice, Frank Maldonado Cuellar, un ciudadano boliviano de 32 años.
Nicolás Rossetti, hijo del matrimonio dueño del domicilio, aseguró que “lo único que quería” era que ninguno de sus padres lo “vieran con un arma de fuego apuntando a su cabeza”.
Rossetti, además, dijo desconocer si el único disparo efectuado durante el episodio fue realizado por los asaltantes o por los policías. El joven de 27 años argumentó que su padre “sufre de presión” y destacó que su madre permaneció dormida durante el hecho, que comenzó alrededor de las 20.30 de ayer y finalizó pasadas las 4.30 de la madrugada.
“Lo único que quería era que mis viejos no me vieran con un fierro en la cabeza”, enfatizó Rossetti en diálogo con radio Rivadavia. Nicolás contó que los delincuentes llegaron a cara descubierta al domicilio y que tendrían alrededor de 30 años. “Estaban nerviosos”, reveló el joven.
“Venían de robar en una veterinaria de la Avenida Directorio. Y se encontraron con el fondo de mi casa, que tenía la puerta abierta. Al primero que vieron es a mí y me redujeron”, contó Rossetti. La víctima, que detalló que su madre dormía, agregó: “Por suerte, logré que no vayan para adelante, donde estaba mi papá que sufre de presión. Les digo: “Vamos para el fondo”. “Nunca me golpearon. Me piden plata. Preguntan si teníamos un auto para escapar porque lo primero que me dijeron fue: “Nos está siguiendo la Policía”, narró.
Luego, los asaltantes introdujeron a Rossetti en una pieza, donde lo ataron de pies y manos. “Tocan el timbre, mi viejo abre la puerta y entra la Policía. Mi vieja no se despertó. En la pieza, se cruzan los delincuentes con la Policía. Hubo un disparo, que no sé quién lo da y pega en el piso”, relató. Y agregó: “Ahí, los ladrones reducen a los policías y yo me escapo. Fue una desgracia con suerte”.

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