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En nuestro país muchos jóvenes y adolescentes tienen hijos no planeados a una edad en la que no se sienten preparados para afrontarlo.
SEXUALIDAD

Bajó 20% el embarazo adolescente en los últimos tres años en la Argentina

El embarazo adolescente bajó un 20% en los últimos 3 años en la Argentina, según el secretario nacional de Niñez Adolescencia y Familia, Gabriel Castelli, durante una jornada sobre embarazo no intencional en la adolescencia que se realizó en la ciudad de Salta.
"En 2015 hubo 111.000 nacimientos de madres adolescentes. En 2018 bajó a 87.118", aseguró Castelli durante la Jornada Prevenir y Actuar frente a los abusos sexuales y embarazos en la niñez y adolescencia.
El funcionario dijo que "la reducción del embarazo en menores de 18 años muestra la evolución positiva de trabajar intersectorialmente: gobiernos nacional y provinciales y sociedad civil".
La jornada, que se llevó a cabo en el Centro Cultura América, tiene entre sus objetivos relevar la magnitud de los abusos sexuales y embarazos forzados en niñas y adolescentes menores de 15 años y difundir el “Protocolo de intervención ante situaciones de maltrato infantil, abuso sexual y violencia de género” del Ministerio de Educación.

El embarazo en la adolescencia
En nuestro país muchos jóvenes y adolescentes tienen hijos no planeados a una edad en la que no se sienten preparados para afrontarlo.
Se trata de un problema que no tiene una sola raíz: existen factores personales, familiares, interpersonales, del contexto, institucionales, que favorecen que esto suceda. Y es por eso le puede ocurrir a cualquier adolescente.
Cuando empiezan los noviazgos entre adolescentes, también empiezan las preocupaciones en las familias: ¿tendrán relaciones? ¿Sabrán cómo cuidarse? No hablamos de esto con mucha frecuencia.

¿Por qué nos preocupa tanto la posibilidad de un embarazo?
Hay muchos motivos: queremos que disfruten la juventud, que puedan estudiar, trabajar, elegir con tranquilidad el camino… y ser padres y madres adolescentes no es algo fácil de llevar. Quizás lo sabemos por experiencia propia o por lo que le pasó a gente cercana. Durante esta etapa es difícil asumir con responsabilidad la crianza de los hijos.
Es común que las vidas de padres y madres adolescentes y las de sus familias se vean transformadas por la llegada de un hijo. Muchas veces abandonan los estudios o tienen más dificultades para conseguir trabajo. Por eso, es bueno hablar en familia, tanto con los varones como con las mujeres, sobre estos temas. Si todavía no lo hicimos, no nos desanimemos: siempre es buen momento para empezar.

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