Esa maldita adicción

De todos los componentes del cigarrillo, la nicotina es la sustancia que específicamente crea adicción. Después de una inhalación, la nicotina pasa al torrente circulatorio a través de los pulmones y alcanza el cerebro en 7-9 segundos, donde libera una serie de mediadores neuroquímicos que aportan la aparente sensación placentera del fumador. Y esa sensación agradable que provoca el fumar hace que nuestra memoria aprenda a asociar lugares y situaciones con el efecto de esta droga. Así, el fumador recurre al tabaco en momentos en que su estado emocional tiende a bajar y remonta mediante la nicotina, o bien emplea el tabaco para serenarse si está demasiado tenso. Sin embargo, a pesar que los fumadores creen que fumar relaja, se ha demostrado que la nicotina puede provocar angustia, depresión y estado de ansiedad.

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