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La diabetes, una enfermedad crónica que avanza en el mundo.
NIÑOS

Chicos con diabetes: enseñar y educar

La educación diabetológica del niño y su familia es fundamental para la continuidad y éxito del tratamiento de la diabetes tipo 1, que cada día afecta a más niños y a edades menores.

Se estima que en el mundo hay 440.000 chicos con diabetes tipo 1 y cada día cerca de 200 niños menores de 15 años desarrollan esa enfermedad crónica lo que significa unos 70.000 casos nuevos por año.
Carmen Mazza, jefe de Servicio de Nutrición Infantil del Hospital Garrahan Mazza explicó que la incidencia de diabetes tipo 1 "tiene un ritmo de incremento del 3 por ciento anual en niños y adolescentes y del 5 por ciento en menores de 5 años", y destacó que "incluso la diabetes tipo 2 también está aumentando de manera alarmante entre niños y adolescentes". 
La clasificación de diabetes incluye 4 tipos:
* tipo 1, que es la que aparece con mayor frecuencia en niños y adolescentes y que se produce por la destrucción de las células que fabrican la insulina.Los síntomas típicos del tipo 1 son sentirse muy sediento, hambriento o cansado; tener visión borrosa; perder peso inexplicablemente y orinar con mayor frecuencia.
* tipo 2, que es más frecuente en adultos pero que está apareciendo en adolescentes y está muy relacionada a la obesidad. En esta forma de diabetes hay primero alteraciones de la acción de la insulina y luego se afecta su secreción.
* tipo 3, incluye subgrupos de formas de diabetes, casi todas muy poco frecuentes.
* tipo 4, es la gestacional que aparece en la mujer durante el embarazo. 
"El incremento de la incidencia no puede ser explicado por factores puramente genéticos. Existen algunas causas probables: características de la dieta, enterovirus, exposición a químicos, factores relacionados con aumento de incidencia de obesidad, entre otros", dijo la médica.
Además, la especialista comentó que como complemento de los esfuerzos para intentar controlar una enfermedad que amenaza seriamente con convertirse en pandemia en los próximos años, "es indispensable centrar la atención en el tratamiento intensivo del paciente y en particular en la educación diabetológica que recibe tanto él como su familia y entorno, especialmente en paciente pediátricos". 
En ese sentido, Mazza remarcó que "la clave radica en que el paciente se convierta en protagonista de su tratamiento porque se mejora notablemente la tasa de adherencia (continuidad) y por ende, se obtienen mejores resultados". 
"No es el equipo médico aislado quien podrá tratarlo sino su propio entendimiento y dedicación para respetar las pautas y recomendaciones que el equipo de salud le brinda.Por ejemplo, cuando un niño y su familia entienden porqué es clave que se mida el nivel de glucosa entre 5 y 6 veces por día, lo hace; cuando es algo impuesto sin entender la dimensión o importancia, es complejo lograrlo", enfatizó la especialista.
Para la médica, el desafío adicional "es comunicarse con niños y adolescentes estimulados por múltiples variables y que exigen nuevas estrategias para interesarse por los contenidos". 
En este sentido, destacó que "las nuevas tecnologías como puede ser aplicaciones multimedia para plataformas como iPhone, iPad o iPod con trivias y juegos interactivos son herramientas novedosas para la educación terapéutica de niños y adolescentes". 
"Un estudio reveló que las complicaciones de la diabetes (ceguera, insuficiencia renal, cardiopatía, dermopatía, entre otras) representan del 5 al 10 por ciento del costo del gasto en salud en países de la comunidad europea. Al tratarse de una enfermedad crónica, sin cura al día de hoy, se requiere de tratamientos intensivos y mutidisciplinarios que acompañarán de por vida al paciente", comentó.
Entre las recomendaciones para el cuidado y el tratamiento de chicos con diabetes figuran: 
* La atención en manos de un equipo de Salud entrenado en diabetes infantil (diabetólogo pediatra; enfermería especializada; educador; y licenciada en nutrición, psicólogo y trabajador social).
* La disposición de suficiente equipamiento material y técnico.
* Y la realización de Programas de Educación diabetológica estructurados.
"Son tres ejes clave en lograr el mejor control metabólico, para la mejor salud futura con la mejor calidad de vida. Sabemos que el buen control previene las complicaciones crónicas, y que para tener buen control deben implementarse tratamientos con múltiples dosis de insulina y automonitoreos frecuentes.
La adherencia a estos tratamientos sin afectar calidad de vida del niño o adolescente requiere de un  fuerte componente educativo, y red de contención", dijo Mazza.
"Por ello, los objetivos generales de un programa de educación deben tender también a favorecer la transición desde el cuidado paterno al autocuidado, y preparar al paciente para una posible intensificación de tratamiento", destacó la especialista.

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