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SISTEMA INMUNOLÓGICO

Lupus: Lo primordial es tener un diagnóstico precoz

Una enfermedad autoinmune en la que las defensas del organismo atacan a las células y tejidos del propio cuerpo; cansancio, fiebre y pérdida de apetito y peso son síntomas frecuentes.

“Nuestro sistema inmunológico produce anticuerpos para proteger al organismo de virus, bacterias y otras sustancias extrañas denominadas antígenos. No obstante, en personas con enfermedades autoinmunes como el lupus, el sistema inmunológico se ‘confunde’ y no diferencia entre los antígenos y las propias células o tejidos, de modo que produce anticuerpos contra sí mismo”, se explica desde la Sociedad Española de Reumatología (SER). Lo más importante es el diagnóstico para indicar los tratamientos a partir de los cuales el paciente puede llevar adelante una vida casi normal.
El lupus puede afectar a muchas partes del cuerpo como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón o los pulmones. Sin embargo, desde la SER se afirma que la mitad de los pacientes con lupus “tienen afectación casi exclusiva de la piel y las articulaciones”.
Esta entidad señala que los pacientes con lupus exhiben con frecuencia un eritema con forma de alas de mariposa en la nariz y las mejillas. Del mismo modo expresa que la enfermedad se llama lupus (lobo, en latín) porque estas lesiones cutáneas tan características simulan una forma de cara de lobo.
El lupus es una patología muy heterogénea, es decir, “prácticamente no hay dos pacientes con los mismos síntomas y cada persona tiene un patrón diferente de enfermedad, lo que, en ocasiones, dificulta el diagnóstico”, subraya la SER.
Por este motivo recomienda que, ante la sospecha de un posible lupus, se acuda a la consulta del reumatólogo.

Sintomas frecuentes

Hay síntomas generales de la enfermedad que son frecuentes, tanto en el inicio, como en el transcurso de la misma. Se trata de cansancio, pérdida de apetito, de peso y fiebre.
“La fiebre es un síntoma muy importante porque puede deberse, tanto a la propia enfermedad, como a una infección que pueda coexistir, por lo que es fundamental diagnosticar la causa para aplicar el tratamiento más correcto”, detalla la SER y añade que un 90% de los pacientes con lupus eritematoso sistémico presenta afectación del aparato locomotor y pueden tener “atralgias, es decir, dolor articular de características inflamatorias peculiares, o artritis”.
También puede haber manifestaciones hematológicas. “En el lupus puede haber una disminución del número de todos los tipos de células sanguíneas. La leucopenia (bajada de glóbulos blancos) suele ser muy frecuente, aunque también puede estar causada por algunos medicamentos que se utilizan en esta enfermedad. Asimismo, la anemia (disminución de glóbulos rojos) es habitual en el transcurso del lupus eritematoso sistémico. También puede producirse una bajada de las cifras de plaquetas y alteraciones en la coagulación”, manifiesta la SER.
Del mismo modo, recalca que hasta un 25% de las personas con lupus eritematoso sistémico puede tener pericarditis, es decir, inflamación del tejido que rodea el corazón.
Por otro lado, el infarto de miocardio afecta más a los pacientes con esta enfermedad, por lo que la SER insiste en la prevención, para lo que es necesario tratar de manera precoz la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo.
También puede haber manifestaciones pulmonares, gastrointestinales, renales, dermatológicas y neurológicas. Estas últimas son muy variadas y podrían llegar a ser graves. “Se pueden presentar, entre otros, trastornos psiquiátricos, estados confusionales, cefaleas, convulsiones, accidentes cerebrovasculares y afectación de los nervios periféricos”, describe.
El lupus “puede afectar a la piel, al sistema osteoarticular, la serie sanguínea o la esfera neuropsiquiátrica, entre otros. No obstante, no todos los pacientes tienen que tener toda la sintomatología”, explica Jaime Vilar Alejo, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
De los tipos de lupus conocidos, es el eritematoso sistémico el que demanda mayores cuidados. En cambio, el lupus exclusivamente cutáneo habitualmente tiene un comportamiento benigno, aunque un porcentaje de estos pacientes podría evolucionar hacia un lupus sistémico, por lo que deben ser sometidos a un control estricto. También existen el lupus neonatal y el inducido por fármacos.
El Dr. Vilar señala que la prevalencia del lupus eritematoso sistémico “ronda entre los 15 y los 47 casos por cada 100 000 habitantes”. 

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