Roger Federer protagoniza convertido en violinista la última campaña de uno de sus principales patrocinadores del Festival de Lucerna. En lo que aparenta ser la tranquila llegada a una sesión de entrenamiento sobre tierra batida, el suizo llega al banquillo y extrae dos raquetas del raquetero. Después de comprobar que la tensión es adecuada, vuelve a rebuscar dentro de la bolsa más material deportivo. Y para sorpresa de todos, extrae un violín. Con gesto extrañado y llegando a dibujar swings en el aire como si de una raqueta se tratara, el de Basilea se coloca el instrumento al hombro e intenta tocarlo. Saca un arco del raquetero y prueba fortuna. Después de chirriar durante algunos segundos, Roger desiste en el intento. “No, probablemente seguiré con el tenis. Pero espero que el Festival de Lucerna tenga un feliz 75 aniversario, es un logro impresionante. Y... ¡tengo una idea! Espero practicar violín, no tenis, durante otros 25 años y quizá podamos celebrar juntos vuestro 100º aniversario”, remata Federer en el aviso.
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