Una joven de 14 años es una de las únicas personas en el mundo que tiene la particularidad de recordar todas y cada una de las caras que ve. No importa si son familiares o amigos, también lo logra con alguien que se cruza de casualidad en la via pública.
Su extraña patología fue descubierta cuando a su madre le llamó la atención que su hija podía reconocer por la calle sin problemas a alguien que había visto cuando solo tenía cinco años, incluso aunque hubiera cambiado considerablemente de aspecto con el tiempo. A la vez, viendo la tele, identificaba a quienes cruzaban fugazmente la pantalla como personas que se había encontrado anteriormente en un día cualquiera.
Fue entonces cuando decidió llamar a una especialista reconocida que se encargaba de buscar y seleccionar personal para trabajar en el reconocimiento de rostros de la policía.
En el laboratorio de Sarah Bate la especialista, le dijo que tenía que hacer un par de pruebas para lograr saber si era o no eficiente en esta habilidad.
En ellas, la adolescente logró resultados comparables a los de los escasos súper-reconocedores adultos conocidos. Y en algunas hasta superó esas marcas.
La muchacha tiene un coficiente intelectual normal y no se puede considerar extraordinariamente capaz en ningún otro aspecto. Es más, como sucede en los adultos con su don, sus puntuaciones eran normales memorizando objetos, manos o rostros invertidos. Tampoco se destacó identificando emociones en las caras. Ella solo tiene un don: grabar en su memoria las facciones de la gente.
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