El tiempo de los amantes, es de esas películas que se quedan como pegadas a la piel, que revuelven el pelo y los sentimientos.
Emmanuelle Devos y Gabriel Byrne protagonizan con intensidad y equilibrio esta película de Jérôme Bonnell, que ya ha ganado varios premios en diversos festivales internacionales, y donde Devos se luce con una actuación por la cual también ha cosechado galardones.
Alix y Doug se conocen en un tren que va de Calais a París, las miradas resultan inevitables entre los dos desconocidos, como si no pudieran dejar de mirarse, así es que al arribar, uno de ellos dará un paso decisivo para acercarse.
Estos dos desconocidos volverán a encontrarse en una situación absolutamente impensada, y surgirá entre ellos una atracción y un entendimiento, que difícilmente se da entre dos personas.
Así la relación, que transcurre en una jornada irá creciendo en intensidad, con naturalidad y sin horizonte a la vista, con una profundidad de sentimientos y sensaciones fascinante.
La atracción, el sexo, la ternura, la entrega sin dobleces y una especie de dolor sabido de antemano por la imposibilidad de un futuro marcan el rumbo de la película y de estos amantes.
Muchos filmes relatan el encuentro entre dos desconocidos que se enamoran, podría acá citarse Antes del amanecer o Enamorándose, pero lo cierto es que El tiempo de los amantes va más allá, pone en jaque lo que se debe, lo que se puede, lo que se quiere.
Esto lo logra haciendo foto primero en Alix, que puede parecer absurda, perdida, avasallora y desvalida, todo al mismo tiempo, mientras que Doug permanece impey sorpendido. Luego, él también se irá descubriendo ante la cámara y ante Alix, para quedarse con el peso del filme entre sus manos.
Un romance inesperado y profundo como pocos, ha logrado contar Bonnell en esta película; una película que no relata un amor rosado, un romance perfecto, sino un momento de terrible intensidad, ese momento exacto, donde el mundo se pone patas para arriba, donde el tiempo se sale del tiempo, para que el encuentro imposible entre estos amantes ocurra.
Todas las escenas tienen una belleza que subyuga al espectador, y es fácil ponerse en la piel de esos personajes, a los que una vez en la vida les suceden cosas que ni ellos habrían imaginado. Un filme para enamorarse, para dejarse seducir por el encuentro de estos amantes.
EL CINE FRANCÉS UNA VEZ MÁS HACE QUE LOS ESPECTADORES SE ENAMOREN
"El tiempo de los amantes", el amor en presente absoluto
Dos desconocidos de pronto, sin preámbulos, se ven envueltos en una atracción que hará que vivan un romance único que quizás los lleve a repensar sus destinos.
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