Infancia clandestina, de Benjamín Ávila y con protagónicos de Natalia Oreiro y Ernesto Alterio, tratará mañana de consagrarse como la mejor película iberoamericana de 2012 en unos 27º Premios Goya que podrían estar atravesados por protestas contra los ajustes impulsados por el gobierno de Mariano Rajoy.
El filme argentino aborda el drama de la propia infancia del director, a través de un niño (a cargo del sorprendente Teo Gutiérrez Moreno) que sufre en carne propia ser hijo de militantes montoneros durante la última dictadura militar.
Infancia clandestina pugnará por el galardón español con tres obras de fuerte impacto aunque ninguna haya llegado a preseleccionar a los Oscar: la paraguaya 7 cajas, de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori; con la mexicana Después de Lucía, de Michel Franco; y con la cubana Juan de los muertos, de Alejandro Brugués.
La puja de Infancia clandestina por un Goya está respaldada por el premio del Festival de Huelva.
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