"Gracias a Rantés todos nos sentimos medio extraterrestres", confesó Alejo Ortiz, el actor que asume ese personaje en la versión teatral de la película Hombre mirando al sudeste, también dirigida por Eliseo Subiela.
"Entre el personaje del cuerdo y del loco, creo que todos nos sentimos un poco locos o extraterrestres. Siempre, entre esas dos variables, hay más identificación con el personaje de Rantés, el diferente, que parece haber llegado de otro planeta", recalcó Ortiz.
La puesta teatral con protagónico de Lito Cruz que se presenta los jueves a las 21 en el teatro Siranush (Armenia 1353), llegó a las tablas 26 años más tarde para recrear, con una vigencia absoluta, al filme que se atrevió a cuestionar los límites entre la demencia y la cordura.
Filmada en 1986, Hombre mirando al sudeste transcurría en el psiquiátrico porteño José Borda, donde aparecía un tal Rantés quien aseguraba haber sido enviado desde otro planeta para investigar "la estupidez humana", mientras era objeto de observación por parte del psiquiatra Julio Denis.
"La película y el teatro son lenguajes y códigos diferentes así que el cambio está dado, por el medio que usamos para contar la historia", explicó el actor.
Con una prolífica presencia en la pantalla chica, que comenzó con su participación en la tira juvenil Verano del 98, la trayectoria del actor tuvo su punto teatral más representativo en Rodolfo Walsh y Gardel, dirección de Jorge Graciosi, donde encarnó al escritor y periodista desaparecido.
"El cine tiene la cámara, los encuadres, los primeros planos, las ediciones, los extras, en cambio acá somos nosotros arriba del escenario y necesitamos abordar otros códigos para contar esta historia", explicó Ortiz y remarcó que "la película dura para siempre, mientras que el teatro es el aquí".
"¿Recordás qué te provocó cuando viste Hombre mirando al sudeste en el cine? Lo que más me llamó la atención fue la reacción del personaje de Rantés. Hoy, tantos años después y trabajando la obra desde adentro, veo la historia más desde el lado del doctor Denis, con su soledad y su frustración. Además, hace 25 años la historia era prácticamente bíblica, Rantés era Jesús. Hoy lo veo más como el producto de la fantasía de Denis, que necesita esa presencia para romper su alienación. Pero es una interpretación absolutamente mía, solo digo que me cambió la mirada", dice.
ASUME EL DESAFÍO DE INTERPRETAR UN PERSONAJE COMPLEJO
Alejo Ortiz y el delgado límite entre la demencia y la cordura
El joven artista personifica a Rantés en la versión teatral de la película Hombre mirando al sudeste, junto al Litro Cruz, los jueves en el teatro porteño Siranush.
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