Se sacan los ojos: Recrudece la guerra de Jolie y Pitt por un viñedo... y algo más
LA HISTORIA SIN FIN

Se sacan los ojos: Recrudece la guerra de Jolie y Pitt por un viñedo... y algo más

A casi seis años de su estruendoso divorcio, la ex pareja dorada de Hollywood no solo no ha resuelto la custodia de los chicos, sino que además suma nuevos problemas legales

Es la historia sin fin. La guerra sin fin. Brad Pitt y Angelina Jolie se separaron hace ya seis años, pero la batalla sigue y ahora le han sumado un nuevo frente: ahora, Brad demandó a Jolie en tribunales del estado de California por vender su parte del viñedo francés donde se casaron en 2008, en lo que muchos ven una contraofensiva contra la actriz, que desde el año pasado ha vuelto a abrir los focos de conflicto cuando ya parecían cerrados.

Según una demanda presentada por Pitt, la pareja había “acordado que nunca venderían sus respectivos intereses en Miraval sin el consentimiento del otro”. Las superestrellas del cine que alguna vez fueron la pareja de más alto perfil en Hollywood, compraron una participación mayoritaria de las viñas de Chateau Miraval, en el sur de Francia, y allí se casaron seis años después. Pero disolvieron su matrimonio en 2016 y han permanecido enzarzados en batallas judiciales desde entonces, incluso por los derechos de custodia de sus seis hijos.

Y en ese contexto, en octubre pasado Jolie vendió su participación a “un fabricante de licores con sede en Luxemburgo controlado por el oligarca ruso Yuri Shefler”, dice el documento legal de los representantes de Pitt. La demanda de Pitt alega que Jolie rompió los términos de su acuerdo original al no ofrecerle el derecho de preferencia por su parte.

“Hace mucho tiempo que Jolie dejó de contribuir a Miraval, mientras que Pitt invirtió dinero y sudor en el negocio del vino, convirtiéndolo en la empresa en ascenso que es hoy”, afirma la demanda.

El escrito describe al viñedo como un “pequeño negocio de vinos no rentable” que “necesitaba renovación” antes que la pareja lo comprara en 2008. Pitt y Jolie pagaron por su parte “aproximadamente 25 millones de euros”, unos 28,3 millones de dólares. El actor aporto el 60% y Jolie el 40% restante.

Pero Brad Pitt pasó a pagar las renovaciones “de una manera muy desproporcionada a su participación relativa en la propiedad”, en el entendimiento de que Jolie no se retiraría de la inversión sin su consentimiento, sostiene la demanda.

El actor llevó a Marc Perrin, uno de los principales enólogos de Francia, para ayudar a transformar el negocio en un productor líder de vino rosado, pero “Jolie no participó en estos esfuerzos”, continúa. Según se informó, los ingresos crecieron de aproximadamente 3 millones de dólares en 2013 a más de 50 millones el año pasado.

¿TODO POR UN VIÑEDO?
Desde ya, los millones le importan al blondo actor. Pero está claro que para Pitt son montos de los que puede prescindir, sobre todo si eso le permite ahorrarse dolores de cabeza (y dólares) en litigios. El nuevo foco tiene otras dos lecturas posibles, más allá del dinero: Pitt sintió como una chicana personal que Jolie vendiera su parte, o Pitt intenta ”contraatacar”, luego de que en 2021 su ex pareja retomara la ofensiva en las diversas disputas legales que no se cierran hace ya un lustro.

Disputas que parecieron terminarse en diversas oportunidades, pero que no paran de resurgir. Hace casi cuatro años, en 2018, por ejemplo, la pareja ya había llegado a un acuerdo por la custodia de los chicos para evitar ir a juicio, aunque aquel era un acuerdo temporal.

Fue una tregua en un proceso de dos años que incluyó acusaciones de todo tipo, sobre todo contra Brad Pitt, que llegó a ser investigado por maltrato infantil mientras desde el entorno de Jolie deslizaban que la actriz y sus hijos habían vivido momentos de violencia doméstica. Mientras tanto, el actor reconocía haber tenido problemas de alcohol que afectaron su temperamento, mientras intentaba recuperarse de la tormenta.

Pero la tregua duró poco, y al mes Jolie afirmaba que Pitt no pagaba alimentos, tras lo cual el actor mostró que había contribuido con 1,3 millones y con un crédito de ocho millones a Jolie para que afrontara la compra de su nueva vivienda.

De acuerdo a los abogados de Pitt, el objetivo “calculado” de su esposa era “incrementar el conflicto” y “manipular la cobertura mediática”. Respecto a la respuesta dada por Pitt, el equipo de la cotizada actriz enfatizó que el documento registrado por su expareja es un intento de “oscurecer la verdad” de que no ha cumplido “por completo sus obligaciones legales”.

Tiempo después, Angelina demandaría a Pitt por violencia de género y hasta brindaría una entrevista contando que temió por la seguridad suya y de sus hijos durante su matrimonio con el actor.

“Me separé por el bienestar de mi familia. Fue la decisión correcta. Sigo centrándome en mi recuperación. Algunos se han aprovechado de mi silencio, y los niños ven mentiras sobre ellos mismos en los medios de comunicación, pero les recuerdo que saben su propia verdad. De hecho, son jóvenes muy valientes y muy fuertes”, afirmó Jolie el año pasado.

Los actores, mientras tanto, intentaban cerrar el tema de la custodia: atendía el caso el juez John Ouderkirk, retirado y que oficiaba de forma privada, pero cuando dictaminó una sentencia a favor de Pitt, que lograba otra vez custodia compartida de cinco de sus seis hijos - Pax, Zahara, Shiloh y los gemelos Vivienne y Knox- (la decisión deja fuera a Maddox por ser ya mayor de edad) Jolie no dudó un segundo en pedir que se recusara al juez.

Según ella, Ouderkirk no permitió testificar a sus hijos, acorde a las leyes californianas que no lo permiten para menores de más de 14 años, e impidió la celebración de un juicio justo al “excluir indebidamente pruebas pertinentes sobre la salud, la seguridad y el bienestar de los niños, que eran fundamentales en el caso”. La custodia compartida se definió en mayo; en julio, ya había conseguido su objetivo: una corte de apelaciones de California decidió que el juez John Ouderkirk se había beneficiado financieramente por otros trabajos con los abogados de Pitt y no lo había informado anteriormente, con lo cual fue descalificado del caso. La decisión básicamente significa que el caso comenzará de nuevo con otro juez, en la historia de nunca acabar. Una historia en la que, ahora sí, podrían hablar los chicos, y Angelina cree que los niños se pondrán de su lado en la corte y le da la confianza para hacerlo. Algo que no luce bien para Brad: Maddox, el hijo mayor, es a quien todos los hermanos menores escuchan, es extremadamente protector con su madre y considera a Brad como un agresor.

Angelina no habla mal de su padre, pero los niños ven la angustia que siente, saben el precio que le ha cobrado el caso y que también ha sido una fuerte carga emocional para ellos, agregó. “Aman a su papá, pero seguramente odian lo que esto le está haciendo a su mamá”, dijo una fuente cercana a la pareja.

Angelina no aceptaría la custodia compartida y se apega a que agotará las apelaciones el sistema judicial. Sin embargo Brad tampoco está dispuesto a dar marcha atrás, incluso se dijo que construyó un parque de patinaje en su propiedad para los niños y hace todo lo posible para hacer que su casa sea divertida y acogedora, como comprar una máquina de pinball y alquilar máquinas que disparan agua para sus cumpleaños. Así las cosas, la película del viñedo parece solo un capítulo más en una larga franquicia. De cine de terror.

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