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ESPECTÁCULOS

Paris Hilton revela los abusos que sufrió en un internado cuando era adolescente

La socialité acusa a un colegio de maltrato: “Nos pegaban y nos estrangulaban”

Paris Hilton ya ha avisó de que su vida era una pose. Más allá de su docena de chihuahuas con mansión propia, sus vestidos rosas ajustados, su pelo rubio perfectamente ondulado y su eterna pose de chica rica, feliz y despreocupada, la vida de la joven millonaria no era tan rosa como ella quiso pintarla. “Lo siento, estoy tan acostumbrada a hacer mi personaje que ahora me cuesta ser normal. Nadie sabe quién soy”, así empieza el documental This is Paris , que se estrena en YouTube el 14 de septiembre, y que la socialité promete desvelar la verdad tras la ficción.

Adolescente rebelde

En el vídeo de avance de este programa, la nieta del hotelero Barron Hilton, fallecido el pasado septiembre, ya avanzaba: “Algo pasó en mi infancia que nunca le he contado a nadie. Y no podía contároslo porque, cada que vez que lo intentaba, me castigaban. Todavía tengo pesadillas al respecto”. Ahora, Paris ha explicado algo más sobre ese trauma a la revista People y ha dado detalles de los abusos que sufrió durante su adolescencia en uno de los internados a los que asistió. Un relato de pesadilla que incluye violencia física, verbal y psicológica.

Años antes de convertirse en una celebridad, Hilton (39) era una adolescente que vivía en el famoso hotel Waldorf Astoria de la ciudad de Nueva York con sus padres, Rick y Kathy Hilton, y sus hermanos menores, Nicky, que ahora tiene 36 años, Barron (30) y Conrad (26). Vivía despreocupada y disfrutando de los privilegios que le dio la vida y de las tentaciones que le ofrecía la ciudad de Nueva York con otros retoños de la alta sociedad, incluyendo a Nicole Richie y Kim Kardashian. “Me escapaba para ir a fiestas y a discotecas. Mis padres eran tan estrictos que provocaban que quisiera rebelarme. Me castigaban quitándome el teléfono móvil, la tarjeta de crédito, pero nada funcionaba”, explica ahora la socialité.

Para meterla en cintura y poner fin a esta conducta errática de la joven Paris, sus padres decidieron mandarla a una serie de internados que ofrecían herramientas para encarrilar adolescentes con problemas de conducta. El último de ellos fue la Provo Canyon School, ubicado en el estado de Utah. “Cuando llegué sabía que iba a ser peor que cualquiera de los otros colegios en los que había estado previamente”, asegura. “Se supone que era una escuela, pero las clases no eran el foco para nada”, rememora la rica heredera durante la entrevista.

Abusos en el internado

 “Desde el momento en que me despertaba hasta que me iba a dormir, tenía gente gritándome en la cara. Era una tortura continua”, asegura. “La gente que trabajaba allí nos decía cosas terribles. Constantemente te hacían sentir mal sobre ti misma, te hacían bullying. Creo que su meta era quebrarnos. También eran físicamente abusivos, nos pegaban y nos estrangulaban. Querían que reinara el miedo entre los chicos para que estuviéramos demasiado asustados como para desobedecerlos”.

En el documental, tres de sus excompañeros respaldan las palabras de Paris Hilton, incluyendo relatos sobre cómo los obligaban a automedicarse y los castigaban duramente, llegando a aislarlos en confinamiento solitario si se rebelaban. “Usaban eso como castigo, a veces nos tenían encerrados 20 horas en un día. Tenía ataques de pánico y lloraba todos los días. Era muy miserable, me sentía una prisionera y odiaba la vida”, asegura Hilton.

Los intentos de la joven de informar a sus padres sobre el drama que vivía en la escuela fueron infructuosos, porque la escuela lo impedía. “Realmente no pude hablar con mi familia –dice Hilton– quizás una vez cada dos o tres meses. Estábamos aislados del mundo exterior. Y cuando intenté decírselo una vez, me metí en tantos problemas que tenía miedo de volver a hablar. Me arrebataban el teléfono o rompían cartas que escribía diciéndome: ‘Nadie te va a creer’. Y el personal les decía a los padres que los niños estaban mintiendo. Así que mis padres no tenían idea de lo que estaba pasando”.

En 1999, después de cumplir 18 años, Paris Hilton dejó la escuela, regresó a Nueva York y se guardó la experiencia para sí misma. “Estaba muy agradecida de haber podido irme de allí. Tanto que ni siquiera fui capaz de recordar lo vivido y contarlo. Era algo que me avergonzaba y no quería revelar”, explica.

Cuando tenía 19 años, firmó con la agencia de modelos de Donald Trump, T Management y tres años después, la bisnieta de Conrad Hilton (fundador de Hilton Hotels & Resorts) saltó a la fama por su aparición en el reality The Simple Life, junto con su compañera y mejor amiga de la infancia Nicole Richie, la hija adoptada por el cantante Lionel Richie, y su esposa de entonces, Brenda Harvey. El orbe entero descubrió a esa joven pizpireta amante del color rosa y las lentejuelas que poco después se hizo imprescindible en las mejores fiestas y clubs, donde empezó a pinchar discos. Entre tanto glamour también hubo escándalos, entre los que sobresalen el vídeo de un momento íntimo y la condena que cumplió en prisión por conducir bajo los efectos del alcohol.

 “Escondí mi verdad durante mucho tiempo, pero estoy orgullosa de la mujer en la que me convertí. La gente probablemente asume que todo en la vida me resultó muy fácil, pero ahora quiero mostrarle al mundo quién soy realmente”, dice la heredera. “Quiero que estos lugares cierren, que se hagan cargo de lo que hicieron. Quiero ser la voz de los niños que han vivido algo así. Quiero que esto pare para siempre y voy a hacer todo lo posible para que suceda”, agrega Hilton, que pese al calvario que dice que vivió no emprenderá, de momento, acciones legales. Desde el colegio, han asegurado a la revista People que la institución fue vendida en el año 2000, y que actualmente la escuela está dirigida por otras personas.

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