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ESPECTÁCULOS

“Poco ortodoxa”: la historia detrás del nuevo éxito de Netflix

La miniserie de cuatro capítulos que ya han devorado cientos de miles de usuarios en esta cuarentena, está basada en la vida real de Deborah Feldman. Quién es esta mujer que se animó a rechazar sus raíces.

Deborah Feldman publicó en 2012 “Poco Ortodoxa: El escandaloso rechazo de mis raíces judías”, un libro que se convirtió rápido en un súper ventas y que Netflix, ávido de historias que “peguen”, la convirtió en una miniserie de cuatro capítulos que se transformó en otro suceso de la plataforma: una perla de la que todos hablan en esta cuarentena obligada. Nieta de sobrevivientes del Holocausto, quienes de chica la prepararon para “vivir el fin del mundo”, algo que pensaban estar viviendo ellos mismos mientras sobrevivían en el ghetto, Feldman describe en sus memorias cómo batalló -desde que logró ganarle la pulseada al deber ser- contra su propia comunidad en Williamsburg, Brooklyn; un barrio habitado por una sociedad de judíos ultraortodoxos, que hablan en yiddish, y que, guiados por un rabino de Satmar, Hungría, llegaron escapando de la Segunda Guerra Mundial. Estrictos, conservadores y sin concesiones con la modernidad, creen que esa es la única forma de mantener impoluta su religión y su escudo frente a un eventual nuevo cataclismo. Deborah, que tiene 33 años y se gana la vida como escritora, aseguró en una entrevista reciente que “cada regla que diseñaron (en su comunidad) era una interpretación extrema de una ley judía”, y esa fue una de las razones por las que su madre terminó huyendo. A los 17 años, el deber ser que imponía su religión la llevó a aceptar un matrimonio arreglado con un hombre con el que sólo había compartido media hora, mesa de por medio, casi sin mediar palabras. Como Deborah sufría de vaginismo, una condición que provoca dolores insoportables en las relaciones sexuales, tardó un año en consumar su matrimonio, por lo que no quedó embarazada lo suficientemente rápido, desatando una gran presión no sólo en la familia sino en toda la comunidad. El bebé llegó dos años después y Deborah, y su esposo, se mudaron a otro barrio de Nueva York. Allí se animó a inscribirse en el Sarah Lawrence College, una enseñanza que en “su mundo” le había sido prohibida, donde hizo amigos que la ayudaron a abandonar su matrimonio y comenzar una nueva vida que, ahora, se desarrolla en Berlín. La serie que se puede ver en Netflix, que lleva el mismo nombre del libro, es una producción alemana creada por Anna Winger y Alexa Karolinski, y dirigida por Maria Schrader. Aunque hay una licencia dramática, que en su mayoría se genera a través del recurso del flashback, la esencia general es la misma: el personaje principal, Esther Shapiro, interpretado por la elogiada actriz israelí, Shira Haas. “Era muy importante hacer cambios en nuestra historia y diferenciarla de la vida real de Deborah Feldman. Porque ella aún es joven, es una figura pública, una intelectual, y queríamos que la vida de Esther en Berlín fuera muy diferente de la vida de Deborah. Los flashbacks están basados en el libro, pero la historia en sí es totalmente inventada”, explicó Karolinski sobre la adaptación que hicieron para Netflix. “Una mujer judía jasídica en Brooklyn huye a Berlín de un matrimonio arreglado y es llevada por un grupo de músicos, hasta que su pasado llama”, se lee en la sinopsis oficial de la serie que, entre sus mayores logros, destaca el minucioso nivel de detalle que utilizó para recrear a la comunidad judía, sus costumbres y rituales. Para su protagonista, Shira Haas, cuyo abuelo también fue un sobreviviente de Auschwitz, la serie “es una historia hermosa, muy singular, que muestra dos lados: No es una historia sobre la existencia de Dios ni nada parecido, es más sobre el derecho a tener voz propia”. Para algunas personas, la historia de esta joven empoderada que se anima a romper con las cadenas del sometimiento que le dicta su comunidad, es un manifiesto feminista, una producción ideal contra los tiempos que corren donde el machismo es duramente cuestionado. Pero, ojo, advierte Deborah, que el machismo, en su caso, no fue sólo cosa de hombres. “Recuerdo que me sorprendí cuando fui a Sarah Lawrence, y tomé una clase de filosofía feminista en la que todos me dijeron: ‘¡Dejaste el patriarcado!’. Yo estaba como: ‘Bueno, sí, dejé el patriarcado, ¿dónde estaban todos los hombres en este patriarcado? ¿Por qué siempre se inclinaban sobre los libros mientras las personas que me oprimían eran mujeres? ¿Por qué las personas que más me hicieron daño fueron mi tía, mi suegra, maestras, la asistente de mikvah, la maestra de Kallah y la terapeuta sexual? ¿Por qué siempre me sentí lastimada y traicionada por las mujeres? Tuve muy poca interacción con los hombres, y lo poco que me había hecho ver a los hombres como muy pasivos y estancados”, dijo la joven escritora en una entrevista reciente con el New York Times. “Cuando me casé con mi esposo, solo recuerdo estar muy impresionada, de mala manera, por el hecho de que él estaba completamente en manos de su madre. Le llevó mucho tiempo liberarse de eso”, agregó. Aunque los cuatro intensos capítulos han dejado a muchos con ganas de más, Netflix aún no anunció si “Poco ortodoxa” tendrá una segunda temporada pero tiene en su plataforma un documental de 21 minutos con el detrás de cámaras imperdible: una mirada tras bastidores a una de las primeras series en describir y examinar en detalle los problemas que enfrentan las mujeres de las comunidades jasídicas.

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